jueves, abril 18, 2024

ANÁLISIS A FONDO: Migrar, un derecho humano

Francisco Gómez Maza

  • El Viejo régimen y la Corrupción

  • Trueque: aranceles vs inmigrantes

En México hay un Nuevo Régimen de gobierno de corte nacionalista, cuyo objetivo declarado es “combatir la corrupción” y “atender a los pobres”, olvidados por los gobiernos del neoliberalismo, que pudrieron al sistema político y al viejo régimen del PRI, el dictador perfecto, y del PAN, uno de sus beneficiarios, y que tuvo resultados desastrosos: una economía en bancarrota, por lo menos 70 millones de pobres, salarios de hambre y una opípara concentración de las riquezas en muy pocas manos.

Los altos mandos del priismo, encabezados por el ex presidente Peña, están bajo la auscultación de los fiscales por presuntos delitos de soborno y los que resulten. El es director de Petróleos Mexicanos anda a salto de mata eludiendo a las policías que lo buscan para aprehenderlo bajo la acusación también de soborno.

Y mientras el nuevo régimen se consolida, entre éxitos y errores – apenas cumple poco menos de siete meses de haber sido inaugurado, el viejo, el régimen anciano, corrupto hasta las cachas, se niega a morir y patalea, y ha creado un ejército de robots e internautas ignorantes para denostar al presidente Andrés Manuel López Obrador, que llegan, en su fobia enfermiza, a acusarlo de tonto. Lamento que compañeros cercanos participen de esa amlofóbica, porque será, conforme transcurra el tiempo, un búmerang que los torturará. Tendrán que soportar 5 años y medio más al objeto de sus diatribas. Y es que no entienden que ya no está en La Silla ni un priista, ni un panista, que los consentía, que los alimentaba, y que pagaba sus caprichosos embustes.

Lo que a mi no me gusta de todo esto es que quienes están pagando los embustes de Donald Trump son los paisanos centroamericanos, prietos como nosotros, los que buscan emigrar porque en sus pueblos originarios viven como extranjeros discriminados, humillados por las pequeñas pero poderosas oligarquías caseras. Y el gobierno de López Obrador, en lugar de enfrentar con valentía las políticas proteccionistas y agresivas de Donald Trump, mirando hacia otros horizontes comerciales, trocó los amenazadores aranceles a los productos mexicanos, anunciados por Trump, por la suerte de los migrantes centroamericanos.

Militarizar la Frontera Sur para no permitir el paso de los migrantes es un acto unilateral sin nombre. El simple hecho de cerrarles el paso, de cerrarle las puertas, es una violación flagrante a los derechos humanos. México, antes de los oscurantistas gobiernos del periodo neoliberal, fue la casa de todos los perseguidos políticos en Latinoamérica. Pero ahora, muchas capas de la sociedad mexicana, enfermas de odio racial, aplauden la decisión del presidente López Obrador, pero estoy en desacuerdo. Había, hay, otras alternativas para sortear los efectos de la política agresiva de Trump, concretada en el anuncio de la imposición de aranceles a los productos mexicanos.

Estados Unidos, con ser uno de los más grandes mercados, no es el único. Hablando de potencias, ahí están China y la Rusia, o los Tigres Asiáticos. O la misma Europa. Sólo hay que encender el motor de la imaginación. Nadie se va a morir porque tengamos que pagar aranceles inflados. Le subimos al precio y a ver si lo aguantan los consumidores estadounidenses. Nadie se ha muerto por los bloqueos decretados por el imperio. Pero con esta actitud timorata, Trump se creció y sus seguidores lo están impulsando para que repita en la Casa Blanca, hecho que sería desastroso para los países periféricos, especialmente para nosotros, que somos el traspatio.

Y el Burlador de Washington, aseguro, no quedará satisfecho con lo que empezó a hacer el gobierno de México para detener el paso de los centroamericanos en la frontera de Chiapas, Tabasco, Quintana Roo. Querrá más y más y seguirá burlándose de los mexicanos.

Con todo, yo – no sé ustedes – me niego a volver a ver en el poder a los que desmantelaron este país, a los que se enriquecieron a costillas de la pobreza, la miseria, el hambre, las enfermedades y la muerte de millones de ciudadanos, a quienes robaron las arcas nacionales. Estos tienen que estar en la cárcel.

Veo que la minoría no quiere a López Obrador. Pero no se trata de querer o no querer. En este sistema mexicano, el presidente lo es hasta por medio voto, como lo fue Calderón. Por qué no protestaron. Por qué bajaron la cabeza y presentaron el trasero. Y es mucho mejor que le bajen, porque lo tienen que soportar cinco años y medio más, con la seguridad de que ni el PRI ni el PAN tienen muchos márgenes para resucitar. Y está en chino que surja otro personaje del arrastre popular de López Obrador que satisfaga los instintos politiqueros de los enemigos del tabasqueño.

Supongamos que López Obrador no es la opción para este México, aunque la mayoría haya votado por él. A quién ponen en su lugar. No es la opción, acepto sin conceder. Quién es el hombre o la mujer ad hoc para gobernar a los mexicanos, para servirlos, y no para robar el erario, para no asaltar las arcas de la nación. Por lo menos para eso. Busco ese ciudadano entre la clase política y, por el momento, no lo veo. analisisafondo@gmx.com

Artículos relacionados