Francisco Gómez Maza
En esta economía quasi capitalista y neoliberal a la mexicana, corrupción e impunidad, las mayorías de mexicanos son pobres; lo que les pagan no les alcanza para vivir una vida digna y esto lo puede usted comprobar tan solo subiéndose al metropoliano de la ciudad de México. La pobreza y la riqueza no pueden ocultarse y los millones de ciudadanos que usan el metro para transportarse indudablemente que no pueden ocultar la pobreza en la que sobreviven. Y de ribete los agobia la carestía de la vida, lo que los economistas llaman inflación que mide los platos rotos que pagan los pobres porque la inflación es el impuesto de los pobres. Los ricos no la sienten porque tienen en demasía y pueden pagar lo que sea. Es como arrancarle un pelo al gato. Pero los pobres, los millones de trabajadores empleados pero muy mal remunerados, los millones de desempleados, los que viven de la caridad, esos o pagan lo caro, aunque esté podrido, o no comen y de ahí tantos muertos de hambre que no están en ningún plan de desarrollo.
Ni el secretario de hacienda, ni el director del INEGI, ni el gobernador del bsnco central, ni el jefe del ejecutivo se fijan en estos millones de pobres empobrecidos por lo que ellos llaman inflación que simplemente es el resultado no de las leyes de la oferta y la demanda sino de las de la necesidad y del abuso. Ni la economía de los ricos se beneficia, porque no hay un mercado interno ni siquiera medianamente capaz de llenarle las cuentas bancarias a los ricos. Y muchos políticos están tan ocupados con su vida de negocios ilícitos y sucios y algunos (¿o serán muchos?), entendiéndose con los empresarios de la droga y del asesinato de periodistas, de mujeres, de defensores de derechos humanos, que les interesa un comino que al país se lo esté llevando la chingada porque a millones de mexicanos pobres se los está llevando.
Este año no será la excepción, como ocurre desde hace poco más de tres décadas en esta economía otrora boyantemente petrolera, pero la corrupción logró que la empresa de México se fuera a pique. Ya no me quejo de por qué los corruptos de Pemex no hay sido encarcelados.
Alguien escribió este fin de semana, perdón que no recuerde quién (si lee este texto que me reclame por favor) que, “si pensabas que en lo que resta del año el nivel de inflación se mantendría estable o descendería, prepárate porque el Banco de México (Banxico) espera que el Índice Nacional de Precios y Cotizaciones (debo creer que precios al consumidor) repunte durante los próximos meses de 2017.
“La inflación podrá alcanzar un máximo de 6.38% en junio y se espera que de mayo a septiembre la inflación interanual esté por arriba del 6% para terminar el año en 5.8%”, estimó Gabriela Siller, directora de análisis Económico y Financiero de Banco Base.
Al anunciar el tercer ajuste del año de 25 puntos base a su tasa de interés para ubicarse en 6.75%, el instituto bancario central mexicano previó que la inflación general anual continúe viéndose afectada temporalmente, en particular por el incremento en las tarifas de autotransporte y de algunos productos agropecuarios.
A esto se suma la debilidad del peso frente al dólar y el impacto ante el alza del petróleo y los aumentos en la gasolina y diésel.
Y yo creo que el factor inflacionario más cabrón, no es lo que apuntan los economistas del banco central, sino algo imposible de cambiar, imposible, que es la avaricia. Por eso he inventado mis propias leyes económicas. Y aunque el Banco de México eleve el costo del dinero o controle el tipo de cambio para frenaAquí más información: Banxico eleva el costo del dinero para frenar la inflación
Esta expectativa se traza cinco meses antes de la salida en noviembre del Gobernador del banco central mexicano, Agustín Carstens. El pasado 11 de mayo, el banquero dijo que se iría tranquilo con el rumbo de la inflación estable.
“Me voy con tranquilidad de que voy a dejar la inflación encaminada hacia nuestro objetivo”, comentó durante el foro True Economic Talks: Afrontando el Cambio, organizado por el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Carstens está poniendo todas las políticas a su alcance para tratar de conseguirlo, una de ellas: aumentar la tasa de interés y asegurar a que la inflación empiece a bajar a final de año, consideró Jorge Gordillo, director de Análisis Económico de CIBanco.
Se espera que la inflación general ascienda hasta 6.38% aunque en septiembre inicie un retorno hacia 5.8% y hasta 3.8%, comentaron analistas financieros consultados por Forbes.
Con el objetivo de contener la inflación general anual, la institución que gobierna Agustín Carstens continuará elevando las tasas de interés hasta alcanzar 7.25% o 7.50%, lo que puede disminuir el principal motor de la economía, el consumo, así como la inversión extranjera en nuestro país.
El aumento de la inflación está relacionado con un efecto de traspaso por factores como la depreciación del peso en los últimos meses de 2016, comentó en entrevista Siller.
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“En 2016, el tipo de cambio se depreció casi 16%. La economía no creció mucho, esto provocó que los importadores no pudieran traspasar el incremento de sus costos hacia los consumidores finales, disminuyeron sus márgenes y hasta tuvieron pérdidas. Este año estamos viendo mayor movimiento en la economía y aprovechando que, desde enero, se están incrementando precios. También está el hecho de que al inicio del año se temía que el tipo de cambio alcanzara 25 pesos por dólar y probablemente muchos de los importadores estén cubiertos de una parte de sus ingresos y están pagando dólares por arriba del tipo de cambio de mercado hoy por hoy”.
Aunque la decisión de Banxico de elevar la tasa de interés fue sorpresiva, la actuación del organismo central ha sido acertada, reconoció Olaf Sandoval Rodríguez, economista de GBM: “Estábamos esperando estos aumentos a partir del siguiente mes, luego de que la Fed incrementará su tasa de interés. Una vez que pones atención a los detalles del comunicado [de Banxico] está marcando una señal de que ve un balance deteriorado en términos de inflación por lo que tuvo que apretar la tasa de interés.”
Los aumentos a la tasa de interés por parte del Banxico impactan a los consumidores a través de los créditos como los automotrices y de vivienda.