Francisco Gómez Maza
- ¿Y la frontera entre la autoridad y la criminalidad?
- La punta del iceberg en el estercolero de corrupción
Da pena ver cómo no hay línea divisoria; no hay frontera entre criminales y autoridades. Son gemelos del crimen. Desde gobernadores corruptos, ladrones, hasta policías que hacen mancuerna con los traficantes de drogas.
Pero no es lo mismo que se lo cuenten a que pueda usted comprobarlo mediante una imagen de video, como el que publicó, este lunes 14 de mayo, El Universal, en su página digital (http://www.eluniversal.com.mx/metropoli/cdmx/video-muestra-mando-al-recibir-narcosoborno-en-vecindad-de-tepito), en el que puede apreciarse la sociedad, la complicidad, entre comerciantes de drogas ilícitas y policías corruptos. Sólo la punta del iceberg de la corrupción que corroe el cuerpo de esta sociedad, en donde ya no se sabe con quién está uno tratando. Si todavía hay algo de honestidad en el manejo de la cosa pública, o estamos en las garras del crimen, convertido en otra institución más de la república. Perdón que lo diga tan crudamente. Pero si un par de policías pillos se exponen a ser grabados recibiendo dinero de narcotraficantes, qué se puede esperar de los estratos superiores. Y muchos no quieren creerlo. O están comprometidos con esta forma de vida. Mas. frente a estas situaciones en las que se hace gala de complicidad criminal, quien calla otorga.
Es la avaricia por tener más de la cuenta, por intentar enriquecerse, a costa de lo que sea, lo que obliga a funcionarios gubernamentales a embarrarse con las heces de los criminales, de los vendedores de drogas. La avaricia los iguala. Da vergüenza. Da pena. Da rabia que esta sociedad sea presa de las garras de esta asociación de delincuentes del sector público y del sector privado.
Parece un texto de la literatura negra. Pero el video no miente: muestra a mando policial al recibir un “narco soborno” en vecindad de Tepito, el barrio más maltratado por el crimen en la Ciudad de México. Jefe de grupo policial y agente fueron grabados y la Procuraduría de General de Justicia capitalina inicia investigación.
En las imágenes se observa al jefe de grupo de la PGJ, René Domínguez, y al policía de Investigación, Juan Pedro Bernal, en la vecindad de Tepito marcada con el número 6 de la calle de Jesús Carranza, recibiendo dinero de dos presuntos narcomenudistas, El Fernando y El Daniel, este último es supuesto líder de vendedores de drogas del Palacio Negro, o Cártel del 6, ligado a La Unión, según la procuraduría.
René Domínguez, número de empleado 213400, tiene más de 25 años en la Procuraduría. Del agente Bernal Ramírez, número de empleado 938625, la procuraduría informó que tiene apenas un par de años en la corporación. Ambos están adscritos a Cuauhtémoc 3, bajo el mando del comandante Carlo Marco Yáñez Martínez.
El 6 de Jesús Carranza es un punto rojo para autoridades capitalinas, narra la nota periodística, pues desde hace décadas no sólo se vende droga las 24 horas, sino que desde ahí operan también afamados narcos del barrio bravo. Es el caso de Hugo Aldave Larios, El Gordo, acusado de ordenar el atentado contra Julio César Sánchez Anaya, mando de la Secretaría de Seguridad Pública, el 15 de febrero de 2008 en avenida Chapultepec. El Gordo fue encarcelado en 2008 y tras dos años salió; lo detuvieron otra vez en 2015 por delitos contra la salud, pero ahora está libre.
La procuraduría destaca que el vecindario es una de las narco tiendas más peligrosas de la zona. El 13 de agosto de 2017, policías preventivos armaron una redada allí y decomisaron varios kilos de marihuana. El operativo se montó después de un tiroteo en el que fueron lesionadas cuatro personas, en calles aledañas. La fama del 6 de Jesús Carranza o Palacio Negro consta en informes; se la ganó a principios del año 2000, cuando desde ahí reinaba un poderoso narcomenudista: El Karateca. Este hombre es hijo de Héctor Arias Pérez, quien aún habita en uno de los departamentos de la vecindad. El Karateca fue, hasta que desapareció del mapa delictivo, uno de los principales distribuidores de drogas del barrio de Tepito, e incluso en algún tiempo fue jefe de Jorge Ortiz Reyes, El Tanque, a cuyo hijo, Jerzy, lo raptaron y asesinaron, junto con 12 jóvenes más en el bar Heaven en 2013.
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