CIUDAD DE MÉXICO.- En 1906, el médico alemán Alois Alzheimer describió por primera vez una enfermedad que provocaba pérdida de memoria, desorientación y deterioro cognitivo progresivo.
Desde entonces, durante más de un siglo, los tratamientos disponibles apenas se enfocaron en aliviar síntomas, sin detener el avance de la enfermedad.
Durante la mayor parte del siglo XX, el tratamiento del Alzheimer se centró en los síntomas. Los medicamentos como los inhibidores de la colinesterasa (por ejemplo, donepezilo, rivastigmina) y los antagonistas del receptor NMDA (memantina) se desarrollaron para ayudar a mejorar la memoria, la atención y otras funciones cognitivas de forma temporal.
Estos fármacos no detenían la progresión de la enfermedad, sino que buscaban aliviar algunas de sus manifestaciones más notorias, permitiendo a los pacientes y a sus cuidadores manejar mejor el día a día.
Sin embargo, en las últimas décadas, la investigación ha evolucionado significativamente. Los científicos han logrado una comprensión más profunda de la biología subyacente del Alzheimer.
“Estamos en la era de intentar modificar el curso de la enfermedad, no de una curación total”, explica el neurólogo y neurofisiólogo Alberto José Mimenza Alvarado, coordinador de la Clínica de Trastornos de Memoria del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición ‘Salvador Zubirán’.
Se ha confirmado que la acumulación de la proteína beta-amiloide y, posteriormente, de la proteína tau, en el cerebro son elementos clave en la patología de la enfermedad.
Estas acumulaciones forman placas y ovillos neurofibrilares que dañan las neuronas, lo que lleva a la pérdida de memoria y a la disfunción cognitiva.
La verdadera revolución proviene del desarrollo de anticuerpos monoclonales dirigidos contra la beta-amiloide. Estos anticuerpos, administrados por vía intravenosa, actúan como “detectores” que se unen a la proteína amiloide en el cerebro, ayudando al sistema inmunológico a eliminarla.
Los resultados de los ensayos clínicos con estos fármacos han sido muy prometedores, mostrando una reducción significativa de las placas amiloides en el cerebro de los pacientes.
El gran avance se ha visto con medicamentos como aducanumab, lecanemab y donanemab. Estos fármacos han sido los primeros en recibir aprobación regulatoria o estar en las últimas fases de investigación con el objetivo de ralentizar la progresión del Alzheimer en etapas tempranas, no solo de tratar los síntomas.
Es importante destacar que no se trata de una cura, sino de un tratamiento que puede retrasar el deterioro cognitivo, lo que le da a los pacientes más tiempo de lucidez y calidad de vida.
Por ejemplo, estudios con lecanemab demostraron una reducción del declive cognitivo en un 27% en pacientes con Alzheimer temprano.
Si bien el porcentaje puede parecer pequeño, representa un avance enorme, ya que es la primera vez que se ha logrado modificar el curso de la enfermedad de manera estadísticamente significativa.
A pesar de estos avances, aún existen importantes desafíos. Estos tratamientos son costosos, requieren una detección temprana de la enfermedad a través de pruebas como las tomografías por emisión de positrones (PET) o análisis del líquido cefalorraquídeo, y pueden tener efectos secundarios, como la inflamación o hemorragia cerebral (conocida como ARIA), que requieren un monitoreo cuidadoso.
Además, el enfoque en la beta-amiloide no es el único. La investigación también está trabajando en:
Terapias contra la proteína tau: Se están desarrollando anticuerpos y otros fármacos para atacar los ovillos de proteína tau, que se correlacionan de manera más directa con la gravedad de los síntomas.
Tratamientos combinados: Es probable que, en el futuro, el tratamiento del Alzheimer implique una combinación de diferentes fármacos que ataquen múltiples aspectos de la enfermedad, de forma similar a como se tratan el cáncer o el VIH.
Detección ultra-temprana: La clave para el éxito de estos tratamientos es la detección precoz, incluso antes de que aparezcan los síntomas, cuando el daño en el cerebro aún es mínimo.
AM.MX/fm