viernes, abril 19, 2024

ALFA OMEGA: Tornel, 14 Veces Secretario de Guerra y Marina. 50 Años de Bilbatúa y su Cámara. Camelo M., Estimado Regio

Por Jorge Herrera Valenzuela

Lo prometido, ¡se cumple! Mantengo mi receso para referirme a lo que sucede en el comienzo del sexenio gubernamental y abro el espacio para comentar en torno a personajes que, en su momento, contribuyeron al progreso nacional desde su oficio, ocupación o profesión. En nuestra historia encontramos a hombres y mujeres que, desde antes de la igualdad de género, han contribuido al progreso de este hermoso México.

EL ORIZABEÑO TORNEL Y MENDIVIL

En las páginas de la historia del Siglo XVIII detuve la lectura al encontrarme con la narración cronológica de la biografía de José María Tornel y Mendivil, nacido en los finales del mencionado siglo, precisamente en la lluviosilla y acogedora Orizaba, en el Estado de Veracruz, donde nacieron ocho hombres que llegaron a Presidentes de México.

Si Usted alguna ocasión pasó por la Colonia San Miguel, en el Poniente Chapultepec de la Ciudad de México, vio el nombre de una calle: Gob. José María Tornel y supongo que se preguntaría:  ¿este quién fue? ¿qué hizo? Pocos tienen la contestación. Supe de él hasta que busqué sus datos y solamente María del Carmen Vázquez Mantecón escribió sobre la vida del orizabeño y el libro fue editado en 1997 por la UNAM.

El personaje central comenzó sus estudios de seminarista en Tehuacán, Puebla, pero desistió de ser sacerdote y, ¿qué creen?, ¡se alistó, se enroló! en el Ejército Insurgente, a las órdenes del general Epitacio Sánchez y después pasó a las filas comandadas por Ramón López Rayón. Para entonces, José María cuatro veces cayó en las redes de los enemigos, los del Ejército Realista, en la primera ya estaba preparado su fusilamiento cuando intervino el obispo de Tlalpujahua, Ignacio Arévalo, y fue liberado.

Después de adherirse al Plan de Iguala y ser parte del Ejército Trigarante, Tornel es secretario particular de Antonio López de Santa Anna, quien a los 15 años de edad sirvió a los realistas y combatió contra Miguel Hidalgo. Bueno, el audaz militares diputado en el Segundo Congreso Constituyente, en 1823; al lado de Guadalupe Victoria será su secretario particular, cargo que también desempeñó con su paisano Santa Anna.

Antes de que terminara la década de los años veinte, Tornel y Mendivil en 1828 fue gobernador del Distrito Federal y un año después recibió el nombramiento de Ministro Plenipotenciario ante Estados Unidos. Entre 1833 y 1853, la plena era de dominio “Santannista”, el orizabeño vuelve a gobernar el D.F. y lo es en su natal Veracruz, además de director del Colegio de Minería, traductor de las obras de Lord Byron, autor de dos narraciones históricas que se editaron como libros. En una refiere los sucesos desde la Consumación de la Independencia hasta 1828 y en otra, las relaciones entre México y Estados Unidos. También intervino como actor en la puesta teatral “La Muerte de Cicerón”.

Finalmente les comento que nadie igualará el récord impuesto por José María Tornel y Mendivil: siete veces Secretario de Guerra y Marina en los gabinetes de López de Santa Anna, dos con Anastasio Bustamante y una con cada uno de los siguientes presidentes: Miguel Barragán, José Justo Corro, Nicolás Bravo, Valentín Canalizo y Mariano Paredes y Arrillaga.  A los 58 años de edad, en 1853, Tornel murió en su casa en el entonces alejado pueblo o municipio de Tacubaya, en la Capital del País.

DEMETRIO BILBATÚA, HISTORIADOR GRÁFICO

Sin temor a equivocarme, con el ánimo de no despertar los clásicos comentarios negativos, la mitad del pasado siglo, la parte de una evolución sorprendente un México, en su ámbito nacional, está en la valiosa serie de documentales filmados por Demetrio Bilbatúa Rodríguez, quien, hoy, a sus 84 años de edad “está entero”. Me alegra saludarlo y mi último encuentro con él, fue en el homenaje póstumo al colega Adrián Ojeda Román. Por cierto, Demetrio me comentó, sin abundar en detalles, que la Universidad  Anáhuac le rendirá un homenaje. Espero estar presente.

Al conocer una síntesis de la reseña de la vida de un apasionado profesional en el manejo de las cámaras de cine, no dudo en calificarlo como el más importante historiador gráfico del desarrollo de un país floreciente, a partir de los años cincuenta al despegar en su industria, en llegar a la autosuficiencia alimentaria por su vasta producción agropecuaria, cuando nace la Ciudad Universitaria, seguir en la modernización de sus vías de comunicación, en el impulso a las investigaciones científicas, en el respaldo incondicional a los literatos y pintores.

Estoy seguro de que los documentales realizados por Demetrio, desde 1944, al arribar a suelo mexicano hicieron que mi amigo empezara a querer a su nueva patria. Procedentes de España llegaron Demetrio y su hermano Ángel. En 1954 se iniciaron en el cine mexicano, asociándose con el célebre periodista de la sociedad, Agustín Barrios Gómez. La producción de su trabajo queda resumida en nada menos que en 1,000 documentales de 35 milímetros y que fueron adquiridos por el empresario Carlos Slim Helú.

En una plática entre Demetrio y el colega Enrique Castillo Pesado, nuestro personaje expresó: “Es vital el hablar de la profunda huella que hemos ido dejando mi hermano Ángel (qepd) y yo en este bello trabajo”. Simplemente en “ese bello trabajo” está una crónica objetiva, precisa, sobre todos los momentos de la vida de los mexicanos, no solo de la Ciudad de México, sino de muchos rincones y de sucesos tan memorables como los campeonatos mundiales de futbol, las dos Olimpíadas, sin olvidar los sucesos de la Noche de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.  

Demetrio Bilbatúa Rodríguez es más mexicano que el pulque y el maíz. Desde 1970 es ciudadano mexicano. Ganador de premios y reconocimientos tanto en nuestro país como en el nivel internacional. Miembro de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Sencillo en su trato, como lo son los grandes genios y él, es uno de ellos.

COLONIA JULIO CAMELO MARTÍNEZ

Con el propósito de otorgar un reconocimiento a la extraodinaria labor realizada por su presidente municipal, los habitantes de la capital de Nuevo León, determinaron imponer el nombre Julio Camelo Martínez, a una calle de la ciudad capital de Monterrey y también a una colonia del mismo municipio. Eso ocurrió hace casi 50 años y, hoy, les comento que se trata de un economista egresado de la UNAM que ha dedicado gran parte de su vida al servicio público, con una característica que lo distinguen entre los políticos.

El licenciado Julio Camelo tenía 35 años de edad cuando es elegido como Presidente Municipal de la capital neoleonesa, en 1972. Para esos días ya había realizado amplia labor partidista y era uno de los dirigentes de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, el sector popular del PRI. En las venas traía la sangre revolucionaria, pues se recuerda que su abuelo materno, don Gregorio D. Martínez fue alcalde regiomontano en 1913.

Camelo Martínez es uno de los muy contados y excepcionales políticos de quien siempre se hacen comentarios positivos, dada su calidad humana de servidor público, hombre recto, que en su gestión como munícipe dejó gratos recuerdos entre sus paisanos. En su paso como Director Corporativo de PEMEX, el licenciado Camelo dejó una huella imborrable, entre empleados y trabajadores, porque permanente estaban abiertas las puertas de su despacho y atendía cortésmente a todos. Fue Subsecretario de Reforma Agraria y también en Educación Pública, director de Algodonera Comercial Mexicana y en su natal Nuevo León figuró como secretario general de Gobierno.

Considero importante señalar que Julio  heredó de su señor padre y de su señora madre el carácter humanitario para tratar a sus semejantes. El doctor Manuel Camelo Camacho, pionero de la medicina psiquiátrica en México, nació en el principio del siglo pasado en Villahermosa, pero hizo su vida, junto con su esposa doña Carmen Martínez entre Monterrey y París, además de Julio tuvieron otro hijo, el doctor Manuel Gregorio.

Por ahora hasta aquí mi comentario en torno al economista y político mexicano, porque en una fecha próxima les platicaré sobre la fructífera carrera del doctor Camelo Camacho y la continuidad que le han dado sus hijos a la Fundación Dr. Manuel Camelo Camacho, A.C. que, anualmente, otorga una beca a los estudiosos de la psiquiatría.

P.D. La semana anterior comenté sobre la intervención de María Idalia en la primera telenovela que produjo Telesistema Mexicano, en 1958, y por razones de espacio omití algunos datos. Por ese “olvido” agradezco los mensajes de dos colegas, mi querida Claudia Pérez Atamoros, y mi no menos estimado Roberto Villarreal Morales. Efectivamente María Idalia fue una reconocida reportera de la Sección B en la época de oro el diario Excélsior. La artista fue esposa del actor Lorenzo de Rodas y mamá del actor Leonardo Daniel….Joaquín Gutiérrez Niño en alusión al comentario del homenaje a nuestro amigo y colega Adrián Ojeda Román, escribió que al leer lo que escribí le “pareció oír una voz grave y su grato tono coloquial (la de su servidor) que tantas veces escuché por “Línea Directa”, en el noticiero vía satélite a 67 estaciones del interior de la República, desde Radio Chapultepec”, el noticiero de las tres de la tarde, de lunes a viernes, que conducía y dirigía Adrián. Muchas gracias a Joaquín.

jherrerav@live.com.mx

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