Por Gustavo Rentería*
En casi todas las encuestas conocidas se percibe un común denominador en Michoacán: la coalición electoral conformada por el Morena y PT ha bajado su fuerza.
Es decir, si hoy fueran las elecciones, ganaría todavía el candidato del presidente López Obrador, con 37 por ciento de los sufragios; mientras Carlos Herrera, de la coalción PAN-PRI-PRD obtendría 32.8 por ciento de los votos. Únicamente existe 4.2 % de diferencia, dice el estudio demoscópico de Massive Calller, empresa que comanda Carlos Campos.
¿Por qué se desplomó Alfredo Ramírez Bedolla? Algunos aseguran que porque lo impusieron. El bueno, comentan muchos de izquierda en Morelia, era Cristóbal Arias, pero lo ningunearon. Por cierto, el candidato de Fuerza por México, ni cuenta en la próxima elección, porque no obtendrán ni el 2.5 por ciento de los votos.
Otros aseguran que el gobierno de Silvano Aureoles -el único perredista de la Conago- no está nada mal calificado por sus gobernados, a pesar de la pandemia, y los problemas que le heredaron los priístas, relacionados con el narcotráfico. La inseguridad no es hoy lo que le preocupa más al michoacano, como fue durante la década pasada.
Otros dicen que el desplome de Morena en Michoacán es porque ya se ve, desde semanas antes de la elección, la infraestructura de la alianza; es decir, la “operación”. Nadie puede negar -y si lo hace cualquiera no saben mucho de política- que los sindicatos, organizaciones gremiales, poderes fácticos, dueños de medios, transportistas, y obviamente los proveedores del actual gobierno, no quieren cambios.
Saben todos los anteriores, que es mejor como están, a quedarse fuera. Hay una resistencia al cambio, porque Michoacán a sufrido mucho; porque los que ahí viven están hartos de de choques de trenes. Hoy con Aureoles, llevan viviendo 5 años de mediana estabilidad.
Así es la política y esta guerra electoral, como una noria, donde a veces estás hasta arriba, y a veces te toca abajo; pero qué mejor que se pare la rueda de la fortuna a la mitad de la vuelta, y quedarse en medio, donde la vista no es tan mala.
Hace unos meses, e inclusive cuando empezaron las campañas, Morena lideraba las encuestas, por mucho; pero la intensión de voto cambió. Los errores del Presidente, el cambio de candidato obligados por el Tribunal Electoral, y el desconocimiento del aspirante oficial de la 4T contribuyeron al desplome. Le alcanzaba bien para ganar la capital, pero muchos dudan que tengo con qué para pelear por la oficina de Aureoles.
Falta muy poco para saber si encarcelarán al gobernador Cabeza de Vaca, o la Fiscalía General de la República elimina a los punteros en Nuevo León, mientras tanto, Aureoles “calladito” puede rebasar a todos, por el centro, y dejarle la firma en la chequera a Herrera.
Guarde este texto.
*Periodista, editor y radiodifusor
@GustavoRenteria
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