Claudia Rodríguez
Se termina este 2018, con el inicio de un Gobierno en México de tonos muy distintos a los vividos y sufridos por décadas, pero resulta que más que cordialidad de quienes aun votando perdieron en las urnas; lo que hay es un enfrentamiento social hasta ahora verbal, que a muchos tiene intranquilos.
Lo que no se comprende todavía, es que igual “tirios y troyanos” con apoyos o no a distintos partidos políticos, todos reprobábamos la corrupción y el abuso del poder, a veces priista y otras panista a nivel federal. Pero ahora muchos se han convertido incluso en defensores de quienes antes señalaban.
Todo este movimiento en contra de Andrés Manuel López Obrador –incluso hasta tacharlo de dictador, cuando arribó al poder por la vía electoral de manera legítima con 30 millones de votos ciudadanos— parece ser una oleada pro corrupción.
Los jueces nos quieren perder sus privilegios, tampoco distintos funcionarios públicos y hasta legisladores de la oposición. Lo que resulta un fraude para la sociedad porque muchos de los que aún operan en el servicio público, fueron artífices de obsequiarse altísimos estipendidos.
México no puede transformarse, mucho menos avanzar si siguen existiendo tremendas diferencias en las remuneraciones de quienes laboran. El ser conocedor y experto en alguna materia, no es argumento para adjudicarse tremendos sueldos y beneficios, sobre todo cuando se convierten en una especie de mafia a la que sólo pueden acceder los familiares y amigos cercanos.
Al presidente de México, López Obrador, se le escucha sereno ante las discrepancias de quienes con Estado de Derecho o sin él, buscan vulnerar las nuevas disposiciones del nuevo Gobierno.
Nunca vimos a los ministros de la Suprema Corte de Justicia (SCJN), arrebatarse e interponer amparos colectivos, ante la oleada de reformas del pasado sexenio, que sólo han beneficiado al poder económico, y empobrecido más a nuestro México, además de casi regalar nuestros recursos.
Este revuelo no se trata de legalidad. Es sin lugar a duda, una revuelta para seguir haciendo negocios ilegales, al amparo del servicio público y de los recursos de la nación.
¿En dónde están los valores y los principios de muchos? Porque si lo que se arguye es justicia, la ley se reforma y se transforma.
Acta Divina… “Defender la Constitución es preservar el Estado de Derecho”. Ministro Luis María Aguilar Morales
Para advertir… Sólo que muchos jueces, incluidos los ministros de la SCJN, han obviado defender otros preceptos constitucionales cuando del pueblo se trata.
Deseo que sean unos días de reunión familiar. Nos reencontramos el enero siguiente. Gracias por leer el Acta Pública.