Salvador Flores Llamas
Hay quienes dicen que López Obrador no debió criticar al INE por multar a Morena por el fideicomiso para ayudar a los damnificados del 19/S, pues ya debe comportarse como próximo Jefe de Estado.
(Ciro Murayama, consejero del INE, le respondió que éste no abusó de sus atribuciones al revisar el fideicomiso, porque el artículo 209 de la ley electoral prohíbe a los partidos cualquier apoyo a la población, en efectivo o en bienes y servicios).
Lo que pasa es que él está cambiando los moldes políticos y hace prever que saltará a la plaza a defender a su partido y a los suyos cuando crea conveniente.
Si sus 50 propuestas para ahorrar gasto y combatir la corrupción desataron intensa controversia; se dijo que empezó a menguar el bono democrático que le dio la elección del 1 de julio y parece que cree que durará la luna de miel con sus electores; mas a esos pasos se desvanecerá rápido.
(Empero su plan de austeridad no incluye a los partidos, ¿será porque Morena recibirá ahora más de 1,500 millones anuales, como nunca, y muchos dicen que Amlo lo maneja como su propiedad?).
Hemos de acostumbrarnos a un gobierno unipersonal y vertical, en el que su voz sea la única que cuente. Esa costumbre suya la refuerzan los 30 millones de votos que obtuvo, más que todos los candidatos presidenciales.
Y que todos los candidatos de Morena se cobijaron en él para ganar. Eso le viene como anillo al dedo para forjar su dictadura unipersonal y potencialmente hereditaria.
Muy diferente de la “dictadura perfecta”, como Vargas Llosa definió a la priista, en la que había un rey sexenal, que se renovaba inexorablemente, y Andrés sienta sus bases.
Acaba de anunciar que no asistirá a la reunión de países latinoamericanos en Guadalajara, a la que lo invitó el presidente Peña cuando se encontraron en Palacio Nacional. Arguyó que no debe asistir porque aún no lo declaran presidente electo.
Él ya sabía que tal declaratoria tiene de límite el 6 de septiembre y era previsible que no se diera antes de concluir julio.
La verdadera rezón es que en la cumbre de países izquierdistas que acaba de celebrarse en La Habana, con los presidentes de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y otros, una delegación de Morena (en la que figuró Fernández Noroña, pejista de corazón, que será de nuevo diputado federal) respaldó los acuerdos de la junta.
Se convino fundamentalmente apoyar la “revolución” sangrienta de Daniel Ortega para afianzar su dictadura, y a Maduro para que se perpetúe en Venezuela sobre la miseria, el hambre de su pueblo.
No rechacemos vernos en este espejo. Que Dios nos agarre confesados, pues parece que hacia allá vamos.
Entre las medidas anunciadas por Amlo está desaparecer las oficinas de prensa de secretarías de Estado y dependencias federales, y concentrar todo en la de la Presidencia. Parecería acerado para evitar abusos de muchos jefes de prensa y periodistas “chayoteros”. Aquéllos pasan grandes listas de comunicadores y se embolsan el dinero y éstos cobran mensualidades aquí y acullá.
Mas de lo que se trata es que sólo la voz del jefe suene; él marcará temas y línea, y en eso es maestro.
Tras reunirse con su gabinete, este domingo dio a conocer el mensaje que mandó a Trump con sus enviados que lo visitaron; subraya la migración, el desarrollo y la comunicación bilateral.
Anunció grandes cambios en su gobierno sobre todo en migración y que en el presupuesto de 2019 incluirá recursos para desarrollar la región México-Centroamérica y atender las causas de ese fenómeno.
Al parecer sus entrevistas de prensa serán muy frecuentes, Andrés es su propio publicista, así sostuvo su campaña presidencial de 18 años.
Es claro que ya eclipsó a Peña Nieto, quien tuvo un respirito el jueves, al cumplir 52 años (12 menos que el sucesor), aunque anunció que informará el avance de los compromisos que contrajo en su ya lejana campaña electoral, cada día los medios le dan menos espacio porque, aunque aún no ha muerto, ya hay nuevo rey.
Seguirán respuestas y críticas a las propuestas de Amlo y sus colaboradores y a nombramientos que haga. Ojalá no muestre una piel demasiado sensible, y sobre todo acepte críticas y respete la libertad de opinión y de expresión.
@chavafloresll