Salvador Flores Llamas
¿Mera casualidad? Aunque es mayúsculo, en este lío de escasez de gasolina no hay protestas ni detenidos; el gobierno lo minimiza y no lo resuelve.
Un dato: Michoacán podría no enviar 120 mil toneladas de aguacate que le piden de EU para el super bowl de Atlanta para fin de mes, y bajita la mano perdería 50 mil millones de pesos.
Si esto le hubiera ocurrido a otro presidente, Amlo habría armado “la de Dios es Cristo”, con marchas callejeras y gritos de inepto.
Que no hayan ocurrido demuestra que él es quien urdía esas algaradas, como experto agitador social, con sus mesnadas: los Panchosvillas y chusmas de Iztapalapa, Atzcapotzalco, Gustavo A. Madero y otras alcaldías, incluso del Edomex.
Tampoco hay detenidos por el huachicoleo; eso sería muy fácil, empezando por los dueños de las gasolineras que expenden el combustible succionado de los ductos y su cadena de cómplices.
Que los gasolineros no se quejen de sus ventas bajas por falta de mercancía, indica que están amenazados con retirarles concesiones o permisos, si protestan.
Amlo se cansa de repetir en sus entrevistas mañaneras que hay cómplices desde altos funcionarios de Pemex, y nada se les hace.
Mas no se dice que la secretaria de Energía Rocío Nahle canceló, por orden del jefe, 1.4 millones de barriles de petróleo ligero (del que se obtiene la gasolina), aunque México no produzca lo suficiente para el abasto, ni gas ni turbosina.
Ante la urgencia, el agrónomo Octavio Romero Oropeza, director de Pemex, decidió importar, mas se retractó ante el berrinche de su patrón y paisano.
Esto es peor que un gasolinazo, porque es más caro el producto que no existe.
En Coatzacoalcos y Tuxpan hay 30 busques-tanque varados desde diciembre; el gobierno les impide descargar y le cuestan a México millones de dólares, como si no tuviéramos ya con los 145 mil que se perderán por el Aeropuerto de Texcoco.
¿Qué oculta Andrés Manuel con todo esto?
Si quisiera resolver el huachicoleo bastaría con poner a vigilar la red de ductos a los miles de sus “ninis” consentidos, que implican al país una pérdida anual de 194 mil millones de pesos (0.9% del PIB) cuatro veces el presupuesto de la UNAM, y todavía va a regalarles miles de millones.
Fácil es concluir que se oculta un negocio en todo esto.
Quiso desmentirse que el reparto “por goteo” del combustible que realizan pipas es negocio de la esposa de Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones, que las heredó de su padre Pascual Gutiérrez Roldán, quien fue director de Pemex con López Mateos.
Los días pasan y Amlo no resuelve el problema del desabasto, aunque lo dé por muerto; dice que “el desabasto es causado porque nos abastecemos de más”
O sea las víctimas son las culpables, absurda cortina de humo, y lo menos que indica es su incapacidad para enfrentar el problema.
Estamos además ante un gobierno que encubre los problemas:
Amlo dijo, por caso, que liberó a 26 presos políticos; cuando le preguntaron sus nombres, expresó que no los revelaría para protegerlos, como si fueran culpables y no hubieran sido encarcelados por imputaciones dolosas.
¿O no liberó a nadie?
Llama también la atención el silencio de meses de Elba Esther Gordillo. Liberada cuando Amlo ganó la elección, lógicamente por mediación suya; hizo declaraciones tronantes y anunció que volvería a tomar las riendas del SNTE. Una vez que Alfonso Cepeda resultó líder del sindicato, ella guardó silencio.
Sin duda, hubo acuerdo con su amigo y jefe Amlo, a quien apoyó al abolir la Reforma Educativa de Peña Nieto.
Total, como dijo el clásico: “No sé qué está pasando, o ya pasó lo que estaba yo entendiendo”.
@chavafloresll