Por SALVADOR FLORES LLAMAS
Esa noche me acosté pensando en las denominaciones “jefe de la mafia del poder”, “el mero mero mandón”, “el prepotente en turno” y “el hombre más poderoso de México”; quizá por eso mi subconsciente deambuló durante la vigilia por paisajes imaginarios donde un solo hombre controlaba grupos de agitadores, crueles narcotraficantes, huachicoleros, y mafias criminales como la CNTE, el Ejército Popular y sindicatos de esquiroles.
Inclusive a sindicatos como el ferrocarrilero, que ya sin contratos colectivos, tiene de líder a Víctor Flores Morales, que cobra cuotas a trabajadores de riel, enriquecido exponencialmente y sanguinario con quienes no se le someten.
Grupos de choque, desprendimientos de la CTM y la CNC, agrupaciones que otrora encabezaron dos pilares básicos del obsoleto PRI, y el esqueleto de la Central Campesina Independiente, de Alfonso Garzón Santibáñez, Los 400 Pueblos, de César del Ángel y Antorcha Campesina, de Telésforo García Carreón.
Pretende formar una federación sindical, que controlaría Napito Gómez Urrutia, el líder del sindicato minero, que heredó el cargo de su padre Napoleón Gómez Sada, sin haber trabajado un solo día en una mina, y se refugió en Canadá a disfrutar 55 millones de dólares que birló a los auténticos mineros, de la liquidación de la legendaria mina de Cananea.
Intentan crear una especie de Congreso del Trabajo, como el de Fidel Velázquez.
El jefe se rodeó además de una clake de periodistas, destripados de diversos medios por dudosa conducta, pero ellos dicen que fue porque no se plegaron al poder.
La sección 18 de la CNTE en Michoacán, dizque movida por su sección IX indígena de Calzontzin, comunidad cercana al puerto de Lázaro Cárdenas, mantuvo 28 días el bloqueo de 500 vagones con partes de autos, vehículos y mercancías, pérdidas diarias de 50 millones de dólares y gran desprestigio para el país como punto de inversión extranjera y de frágil economía.
Al son de que el gobierno federal no reprimiría, la CNTE exigió cuanto le vino en gana, obtuvo 25 mil millones en pagos y para fines diversos; hasta que su patrocinador secreto le ordenó que ya le parara, rompió el bloqueo, reanudó las clases, pero mantuvo el plantón ante el Palacio de Gobierno de Morelia, por más denigrante y espantaturistas que sea.
El mero mero decidió acabar con las guarderías infantiles y entregar las mensualidades a las madres de familia directamente para que ellas vean quién atiende a sus hijos mientras van a trabajar. Su objetivo es aumentar su clientela electoral con la entrega directa del dinero, gran parte del que iría a parar a los “ninis” y demás vagos que él patrocina.
Como balde de agua fría cayeron a exfuncionarios que dirigieron y a empresarios que signaron contratos en y con el sector energético, las imputaciones del Manuel Bartlett, director de la CFE, por culparlos de la debacle de esa industria; sólo que la el exsecretario de Gobernación carece de calidad moral por la caída del sistema cuando hizo ganar fraudulentamente la presidencia en 1988 a Salinas de Gortari, y todo mundo vio que Cuauhtémoc Cárdenas triunfó.
Lo malo es que no sólo Bartlett, sino hay otros que rodean al actual mandatario con pieles muy manchadas. ¿Tendrá ahora el jefe cachaza para dar lecciones de moralidad?
Al permitir a Bartlett esos alardes, el presidente abre la puerta para que los afectados le reviren; difícilmente lo harán porque saben que les echaría encima una jauría que los acusaría hasta de lo que van a morir, mientras al pueblo empieza a rechocarle la voz de “me canso ganso”, cada vez más chillona y que tiene que soportarla diariamente y a todas horas.
Quien también se montó en ancas es Armando Guadiana, senador por Morena, que anda feliz porque el gobierno tiene el monopolio del carbón mineral para generar energía eléctrica, del que él es gran productor en la Cuenca de Burgos, Coahuila.
El cierre del aeropuerto de Texcoco con sus efectos financieros y de espantar a inversionistas foráneos es sólo un eslabón de la cadena de proyectos, como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya y el aeropuerto en la Base de Santa Lucía, echados a andar contra todos los estudios de viabilidad y técnicos.
En el fondo quien manda reafirma al Ejército como contratista de obras, que obviamente los militares no erigirán, sino las concesionarán a auténticos constructores, en adjudicación directa y con fuertes ganancias; similar a lo que hizo Hugo Chávez para apoyar sus reelecciones en Venezuela y hoy sostiene a Nicolás Maduro, que ha tenido que permitir a mílites corruptos hacer grandes negocios para que lo sostengan en el poder.
De nuevo reluce la sintonía del gobierno mexicano con el de Venezuela, que apoyó a López Obrador con más de 20 mil tuits durante su campaña, valido de la tecnología digital que le proporcionó Rusia y le ha permitido seguir en el poder contra viento y marea.
En consonancia, diputados de Morena y PT recibieron con alborozo en San Lázaro a funcionarios y negociantes rusos encabezada por Alexandr Barbakov, amigo de Putin, enriquecido, entre otras, con empresas en Ucrania y Crimea, y financiero del partido francés de Marine Le Pen; y por la empresaria Anastasia Zamarkina, del “Legint Buro”, que propone “soluciones de promoción internacional de iniciativas nacionales e intereses rusos”.
O sea, insisten en cerrar la pinza con el gobierno de la 4T.
Esto me cimbró y apresuró el despertar. Con razón en la mañana tenía la sensación de haber sufrido una pesadilla, pues es claro que el mejor camino para México no es de un autócrata, sino de respeto y colaboración de los tres poderes federales y los tres niveles de gobierno, señalados en la Constitución
Porque el país no merece ser manejado por “il capo di tutti capi”, sino su destino lo escribió en el cielo el dedo divino, como canta el Himno Nacional.
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