CIUDAD DE MÉXICO, 01 de abril, (AlMomentoMX).- Ayer por la noche, cuando viajaba en el Metrobús de la línea 1, -Doctor Gálvez a Indios Verdes- me senté como de costumbre en el lado destinado “a las mujeres”. Dicho trayecto fue toda una travesía, en realidad pude sentir enojo, preocupación e indignación; para mí, fue una muestra fiel y clara de que no todos los conductores manejan como bestias ni todos los ciudadanos de la Ciudad de México son civilizados -por si alguien tiene duda-.
Comenzando el trayecto, entre la estación Teatro Insurgentes y Río Churubusco, donde se llevan a cabo las obras del desnivel Mixcoac-Insurgentes, un trío de amigos -dos mujeres y un hombre- cruzó durante pleno semáforo en verde. El conductor del transporte disminuyó la velocidad y comenzó a pitar la bocina; el chico escuchó -o vio al vehículo-. Por suerte, jaló a una de las chicas y la otra corrió: no hubo incidentes.
El segundo caso se suscitó entre la estación Félix Cuevas y Parque Hundido, un hombre de edad madura cruzó el camellón; justo cuando el Metrobús continuaba su recorrido, el sujeto decidió quedarse parado en la orilla del carril que está destinado a éste, en espera de que los vehículos detuvieran su marcha. Por fortuna, el flujo de los autos en los carriles disminuyó y así, el hombre pudo pasar. Otro caso parecido ocurrió entre Insurgentes y Hamburgo, el destino o la suerte hicieron que el joven que cruzó, llegara a la otra acera.
Por último, antes de arribar a Indios Verdes, una camioneta Jeep Cherokee negra -modelo reciente- ante el pesado tránsito de Insurgentes, decidió que “todos somos iguales, unos más que otros” en palabras de Orwell en Rebelión en la Granja y se le hizo fácil irse por el carril confinado al autobús articulado. Justo en el punto que inicia la México-Pachuca y que el Metrobús toma un puente a manera de retorno; la camioneta esperó sobre el carril para reintegrarse al tránsito habitual y en este caso, el Metrobús estuvo a centímetros de impactar.
Lo único que pensé sobre la situación es que los ciudadanos debemos estar conscientes de nuestras acciones y las consecuencias que pueden suscitarse de éstas. Acatar el reglamento de tránsito debería ser parte de nuestra cultura cívica, sin embargo, hay mucho que atender y poco de que quejarnos en esa materia.
AM-MX/mlac