JORGE HERRERA VALENZUELA
Desde que se iniciaron los gobiernos sexenales en el sistema presidencial, los titulares del Poder Ejecutivo Federal vivieron y despacharon en Los Pinos, sin abandonar las oficinas de Palacio Nacional. No encontré ningún dato relacionado con la existencia de un gobernador del histórico, legendario y colonial edificio, salvo los dos últimos años del gobierno de Antonio López de Santa Anna, en 1853-1855, cuando creó el mencionado cargo.
A partir del sábado 20 del mes en curso, de acuerdo con el Decreto Presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación, “se retoma el cargo de gobernador de Palacio Nacional”. El secretario de Hacienda y Crédito Público creará una Unidad Administrativa dependiente del Presidente de la República, quien nombrará al funcionario que tendrá rango de gobernador. Averigüe que al comienzo del actual sexenio, el encargo del mantenimiento de las instalaciones de Palacio era responsabilidad de la licenciada Adriana Román Castillo.
El presidente ha declarado que “siempre ha existido un gobernador de Palacio Nacional, pero como no se usaba el Palacio, porque todos, en referencia a los expresidentes de México vivían en Los Pinos, pues ahora necesitamos que se mantenga en buen estado, se cuide el recinto”. Seguramente este comentarista está mal informado, pero no recuerdo la existencia de un gobernador de Palacio Nacional, desde mis días de reportero, en 1956, de la “fuente presidencial” por el diario Zócalo.
Por cierto que la respetada colega y amiga Martha Anaya en su detallada información, publicada el viernes en El Heraldo de México, nos da una muy documentada nota periodística, sin mencionar que en los últimos cincuenta años en Palacio Nacional hubo un gobernador.
CON LÓPEZ DE SANTA ANNA
Aunque el presidente tabasqueño ha dicho que en la época de Benito Juárez hubo un gobernador de Palacio Nacional y se llamó Manuel González, compadre de Porfirio Díaz, el dato no lo pude corroborar en diferentes libros y enciclopedias.
Lo que si figura en la historia es que en su último período presidencial, de los once que tuvo, decidió nombrar un gobernador de Palacio Nacional, el cual, según el reglamento respectivo, debería de encargarse “de los ramos de seguridad, conservación, policía y ornato”. El funcionario contaba con “un conserje, un escribiente, dos mozos, un capellán, un relojero, dos serenos y personal de limpieza”.
El nuevo gobernador, en este 2021, tendrá como funciones prioritarias las de conservación, mantenimiento y restauración” del Palacio Nacional. El Presidente de la República también ha manifestado que “antes se le llamó, en un tiempo, gobernador, en otro se le llamó Intendente, pero siempre ha habido alguien encargado de cuidar el Palacio que es, pues, un edificio histórico de todos los mexicanos, del pueblo de México”.
El tabasqueño señaló que “antes dominaba, el Palacio Nacional, el Estado Mayor Presidencial, pero ahora no hay Estado Mayor Presidencial, por eso se crea esta figura”.
Bueno, si alguno de nuestros lectores como el cronista e historiador Jaime Orozco Barbosa tiene más información sobre el tema, será muy útil para despejar la ignorancia al respecto.
LUTO EN EL CINE Y EN EL PERIODISMO
A un año de que los mexicanos fuimos atacados por el coronavirus COVID 19, los estragos que ha causado se contabiliza en casi 180 mil personas fallecidas. Son hogares desintegrados, viudas, viudos, huérfanos, seres que están atravesando por situaciones extremadamente difíciles en lo moral, en lo material, en lo económico. La pandemia no cede y todavía hay miles de hombres y mujeres que se resisten a usar el cubrebocas, que no observan las mínimas medidas sanitarias.
En esta ocasión comento sobre las muertes de varios conocidos artistas del cine, la radio, la televisión, así como de los integrantes de la familia periodística.
En el medio artístico uno de los primeros fue el cantante Yoshio, cuyo nombre era Gustavo Nakatani Ávila. Su sobrenombre japonés significa “hombre noble”, como lo fue el también actor. En diciembre, se fue Armando Manzanero, un yucateco muy querido y uno de los últimos grandes compositores del romanticismo. Ambos y el no menos reconocido cantautor Oscar Chávez, en el curso del año pasado, igual que el actor Raymundo Capetillo.
En la lista también figuran: Lucía Guilmain, recién fallecida. Era hija de la gran Ofelia Guilmain y hermana de Juan Ferrara. Rodrigo Mejía, Eduardo Jiménez, Ricardo Silva, Ernesto Yáñez y Cecilia Romo, complementan el grupo.
Del ambiente periodístico, el más reciente ha sido el muy estimado reportero Juan Arvizu Arrioja. Le antecedieron los colegas como Fernando Mora, hijo del también desaparecido Gustavo Mora. Héctor Velasco, con quien compartí en los Noticieros de Canal 11 del IPN y aunque no precisamente por contagio, sino por otras enfermedades también dejaron este mundo, Ricardo Perete, Héctor Martínez Serrano, Aurelio Silva Laurencio y Julio León Sardaneta, entre otros.
Según la organización Press Emblem Campaing, con sede en Ginebra, Suiza, la pandemia ha cortado la vida a 42 periodistas mexicanos que estaban laborando en Chihuahua, en Aguascalientes, en Veracruz, en Baja California, Estado de México y en Michoacán.
DÍA DEL SOLDADO
De 1932 hasta marzo de 1950 el gobierno federal conmemoraba la gesta heroica del soldado Damián Carmona el 27 de Abril, calendarizado como Día del Soldado. Mediante decreto presidencial del licenciado Miguel Alemán Valdés se instauró el Día del Ejército Mexicano, el día 19 de febrero, en reconocimiento a la fundación del Ejército Constitucionalista, plasmado en el Plan de Guadalupe.
José Damián Carmona Ortiz, humilde campesino, originario de San Luis Potosí, pasados los 20 años de edad se alistó en las fuerzas federales y combatió como soldado raso en la intervención francesa. Durante el sitio en Querétaro, en 1867, Damián fue comisionado como centinela de un cuartel y estando de guardia, los invasores arrojaron bombas hacia el pórtico del cuartel y golpeó el arma del centinela, estallando más adelante.
Carmona permaneció inmóvil y lanzó un grito: “¡Cabo de Guardia, estoy desarmado!”. Era 27 de abril de 1867, meses después fue homenajeado por sus superiores. Fue ascendido a sargento primero y recibió 114 monedas de oro que fueron recolectadas entre el pueblo. Este leal militar murió muy joven, a los 25 años de edad, en 1869.
P.D. En esta sección comentaré en torno a tres personajes del ambiente artístico y que son figuras relevantes, una de esas personalidades ya no está entre nosotros. Por edades, comienzo con Xavier o Javier López Rodríguez, el popular “Chabelo”, que nació el 17 de febrero de 1935 en Chicago, Illinois, pero se convirtió en más mexicano que las memelas. Su trayectoria comienza en 1952 y concluye en 2015. Lo trascendente es que durante 48 años condujo su programa televisivo para los niños, las niñas y los papás de esos infantes. Domingo a domingo, hasta el 20 de diciembre de 2015, disfrutamos En Familia con Chabelo, en el Canal 2, hoy “Canal de Las Estrellas”…También en un 17 de febrero, pero de 1940, llegó a tierras guadalajareñas Vicente Fernández Gómez, “El Charro de Huentitán”, que a partir de 1964 inicia una victoriosa carrera como cantante de ranchero. Se convierte en ídolo no sólo en México, sino fuera de nuestras fronteras y cobra fama con su frase “Mientras ustedes sigan aplaudiendo, yo sigo cantando”…Pronto se cumplirán dos años del fallecimiento del cantautor y actor internacional y muy querido de México, José José. Él también vio la primera luz un 17 de febrero, de 1948, en la Ciudad de México. Fue bautizado como José Rómulo Sosa Ortiz, hijo del tenor José Sosa Esquivel y de la pianista Margarita Ortiz. Llevó una vida muy azarosa, desordenada y truncó una brillante carrera. No olvidamos sus interpretaciones de “La Nave del Olvido”, “El Triste” y “Lo pasado, pasado”, entre las muchas que cantó.
jherrerav@live.com.mx