jueves, diciembre 5, 2024

Despojo y deforestación en Montes Azules

Adrián García Aguirre / Zamora Pico de Oro, Chiapas

* Visita a territorios comunales de la selva Lacandona.
* Prohibidos los nuevos asentamientos, cazar y talar.
* Así lo señalan unos pequeños letreros de madera.
* El gobierno estudia “ordenar” asentamientos irregulares.
* En esa zona son conocidos como “invasiones”.

Las asambleas lacandonas advierten que es un hecho que las irregularidades provocarán despojo y deforestación en Montes Azules.
Después de varias horas de caminata por en medio de la selva, entre fango profundo, madera devorada por las termitas y pendientes de 45 grados, el grupo encabezado por el guía Daniel Saturnino Moreno Guzmán llega a una casa construida por algún invasor en el pasado.
Cerca de aquí, en territorio del municipio de Marqués de Comillas, fronterizo con Guatemala, en la margen derecha del río Lacantún, transitaba un jaguar que inspiró el logotipo de “Jaguares de la Selva”.
Dice Daniel que parecía posar delante de las cámaras de las fototrampas; y también una de las primeras jaguares hembras que registraron y siguieron por una década, lo que demostró que fue una reina en sus dominios por largos años.
De igual manera otra conocida como la Marquesa, que seguido aparecía con sus cachorros, lo mismo que otro felino con una media luna sobre su lomo y que se haría célebre porque apareció descuartizado en 2019.
Posiblemente fue por el tráfico ilegal a China, país en el que hay una gran demanda de partes de jaguar, documentada en el estudio Ilegal trade in wild cats and its link to Chinese-led development in Central and South America.
Ahora la expedición de Daniel Saturnino sigue el rastro del último ejemplar capturado por las cámaras que revisan en la estación biológica.
Los exploradores limpian la maleza de la zona que servirá de campamento, revisando si hay serpientes nauyacas, escorpiones u otras especies venenosas.
En una esquina afuera de la choza hay tres huellas de jaguar que Daniel se hinca a revisar, luego encuentra otra en el interior, y al parecer, dice, el animal ha visitado este lugar en más de una ocasión.
En las próximas horas el guía y su equipo colocarán las primeras cámaras trampa para cazar al cazador de esta selva, sin que, como espectadores de documentales, pueda parecer sencillo captar a los felinos en esos movimientos con cámaras lentas.
Esa es una tarea para la que se necesita tanto el conocimiento de la ciencia como la sabiduría sobre el terreno de los habitantes y comuneros indígenas, quienes recibieron el reporte de 41 incendios forestales activos en la región.
Cuando cae la noche, después de más de muchas horas de caminata, la expedición enciende una hoguera en el campamento, cuando comienzan a sonar los gemidos estridentes de los monos saraguatos y los moscos pican a los integrantes del grupo.
Sentados alrededor del fuego sobre los trozos de madera de la vieja choza, alguien pregunta sobre el Tren Maya, el megaproyecto supuestamente “estrella” del gobierno federal, rodeado de polémicas y resistencias de varias comunidades.
Por estos parajes se construirá la estación de Palenque, la primera de las 18 que conforman los siete tramos de un tren que, según documentos del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), va a “restaurar la conectividad biológica de áreas naturales para cuidar a los animales y la vegetación”.

 

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