Carlos Ferreyra
Este texto puede ser el último de 2020 o el primero de 2021, es lo mismo. Porque vea usted, amigo lector lo que sucederá entre hoy y mañana.
Mañana, claro, será otro año y será otro día, distintos pero iguales.
Puede haber pasado la más feliz de las nocheviejas y el más alegre amanecer de Año Nuevo. Pero allí está presente, acechándonos una realidad cuya manifestación patente es el Corona virus, tragedia que va ocultando inexorable nuestra vida cotidiana.
Tenemos pendiente sobre nuestros cuellos, la amenaza de mayores males políticos que se traducen en fallida administración, con sangrado permanente a la Hacienda Pública.
Asoma la cabeza Félix Salgado Macedonio, el toro desmecatado cuya máxima obra fue la filmación de una película de aventuras, él, desde luego, el héroe; la esposa de un cercano amigo suyo, como dama joven.
Es posible que se haya exhibido en Acapulco pero así y todo, lo dudo.
Al abrir los ojos sabrán que Bartlett ordenó o imaginó el incendio de pastizales que lo obligaron a seleccionar quiénes tendrían luz y quiénes no. Igual que en Tabasco, decidió a quiénes ahogar y a quienes preservarles intactas sus mansiones.
Un genio este señor que logr que quitaran todo castigo a su cachorrillo,León, comprobado defraudador que vendió chatarra como respiradores a hospitales hidalguenses.
Habrá que seguirle la pista al Bartelette, porque lo mencionado demuestra que la política del funcionario, con apoyo de su jefe y protector, es de tierra arrasada.
Pero dice don Peje que neoliberales y fifíes, usan a Manolo para atacarlo a él, el omnímodo, el único, el inmarcesible, la Voluntad Suprema, la que usó para nombrar a su colaborador cuyas culpas se apropia.
Lo dicho: la novia en las bodas, el muerto en los velorios, esa es su vocación y, piensa, su destino.
Esto que tenemos hoy, lo tendremos mañana con el agregado de que Lozoya y familia ya disfrutan sus extensas propiedades vacacionales. Son varias, imposible saber en cuáles.
Maravilloso y muestra de la justicia pronta y a modo del público: al ex gobernador de Jalisco lo matan en un hecho en el que sus acompañantes debieron ser partícipes. Vea usted, el señor luego de varias copas siente la necesidad de acudir al baño. Lo hace pero al.i ya lo esperaba su ejecutor.
Las veloces investigaciones hacen caso omiso de quienes lo acompañaban y sabían dónde estaría. Rápidamente atrapan a dos temibles cerebros de la banda de afanadores limpia baños.
Sí, las eficientes autoridades apresaron a las dos mujeres a las que ordenaron limpiar el baño, lavar la sangre, pues. Por cierto, tarea base misma de su empleo.
No sabían y supongo que ahora se enteran, que estaban alterando el escenario de un crimen. Y eso, ni en el canal cinco donde pasa La Ley y el Orden, se permite.
Las autoridades jalisquillas pueden presumir la prontitud con que atendieron y resolvieron ante el público, pero no ante la justicia.
Esperemos , pero usos y costumbres en boga desde que México es presuntamente soberano, permiten solucionar en estos términos los crímenes mayores. Coloquialmente se llama a los acusados chivos expiatorios.
Cuando abra los ojos a su nueva esperanza, encontrará que nada cambió que todo sigue igual. Y que como acostumbramos, nos abrimos a una esperanza renovada, “este año será mejor” y por arte de Birlibirloque, siguen los mismos donde estaban y toman las mismas decisiones personales.
Es lo de cada año. Como lo fue cada sexenio, “éste será mejor, sabe mandar”. Y no, parece que la degradación nacional es como un avión en picada, nadie lo detiene.
En 1968 marcamos un parteaguas, México ya no sería igual. No sólo sigue igual sino que gran número de los antes hasta violentos opositores, terminaron trabajando para el Gobierno. Algunos en áreas policíacas.
Pasamos al 85 y el inolvidable sismo. El pueblo volcado en los rescates ante la cobardía de un mandatario asustado y débil, muy débil físicamente. Fue otro parteaguas.
Los mexicanos heroicos y solidarios pasaron al olvido, borrados por los badulaques de siempre que inventaron rescates, construcciones y obras abundantes como los Bejarano Padierna y sus conjuntos inmobiliarios de la Nueva Tenochtitlán, que no pudieron ocuparse por serias deficiencias y riesgos de que se derrumbaran si algún inquilino estornudaba con fuerza.
Y seguimos con los parteaguas. Matan a Colosio, la esperanza, el que sabía cómo hacerlo y lo sustituye un empleado de trasnacionales, Ernesto Zedillo, hombre poco imaginativo pero muy hábil para seguir instrucciones.
Primero la familia, sí, la suya que hasta negocios turísticos obtuvo.
Creo que a pesar de tantos fracasos se mantenía la esperanza con el arribo de Vicente Fox al poder. Era otro parteaguas que se disolvió en agua de borrajas. Tonto y por eso mismo vanidoso y atropellante, dejó un tiradero que heredó un compinche partidario, Felipe Calderón.
Desbocados los cárteles de la droga a partir de las negociaciones triangulares entre los gobiernos de México, Washington y los criminales, repartiendo equitativamente los fondos generados por ese infame comercio, Calderón acudió al reclamo de Lázaro Cárdenas Batell, gobernador de Michoacán.
Se desató, sin sustento legal y mucho menos táctico, la matazón que hasta la fecha se realiza de Sonora a Yucatán, de frontera a frontera sin que las policías y hoy el Ejército, intervengan.
Seguimos y de nuevo nos encontramos en un parteaguas. Un nuevo sistema de control gubernamental, nada apegado a leyes y normas constitucionales, pero propio para garantizar mayoría legislativa en los comicios de mediados del 21. El gobierno d3 un solo hombre.
Aparte del alud de cursilerías lanzadas con la llegada del nuevo año, el pasado 20 nos brindó una sorpresa: no sabíamos que en un país donde crecen toda suerte de filias religiosas, todos, o casi todos, imploran, se encomiendan y piden oraciones a Dios.
Nones, año de dones. Olvidan esos fieles que la hoja del árbol no se mueve sin la voluntad del Señor. El todopoderoso que ha permitido esta masacre criminal por el bicho incontrolable, al que ya estará mutando o cambiando para que los humanos no nos sintamos ángeles echados del Paraíso.
El Plan de Dios es perfecto, los caminos los marca Él, aseguran sus fieles, y sólo nos queda implorar aunque en vano y seguir aguantando.
Con este nuevo intento de país despertamos el primer día del nuevo año. Y bueno, seguimos arando con los mismos bueyes y con otros peores…