Luis Alberto García / Yuzhno-Sajalinsk, Rusia
* Lejos de la civilización, es fuente de riqueza gasera y petrolera.
* La disputa por ambos recursos ha modificado la vida en Sajalín.
* Serio diferendo internacional protagonizado por Moscú y Shell.
* En 2003 se decretó la revocación de licencias de impacto ambiental.
* Éxito de la asociación energética entre Rusia y Unión Europea.
* Además, Sajalín tiene pescado y langostas mejores que las de Alaska.
La isla de Sajalín, situada al Norte del Océano Pacífico, separada de la costa Este de Rusia por el estrecho de Tartaria y de Japón por el de La Pérouse, en un territorio aparentemente alejado de la civilización es, como lo han mostrado las evidencias, fuente de riqueza energética por sus yacimientos de gas y petróleo.
Alterando la existencia de este lugar, éstos recursos han entrado en disputa a causa de un diferendo entre la empresa Shell y el gobierno ruso por un campo petrolífero, obligando a que la Comisión de Energía de la Unión Europea (UE) pidiera a los representantes de Rusia y a la poderosa empresa anglo-holandesa que resuelvan el contencioso a la brevedad posible.
Les advirtió sobre la reciprocidad en la no discriminación de compañías extranjeras, pidiendo a las autoridades rusas resolver el conflicto con la petrolera Shell, para que pueda retomar el proyecto energético Sajalín-2, una gran superficie para la explotación de crudo y gas natural en esa zona insular del Oriente asiático.
El Ministerio de Recursos Naturales ruso decidió revocar la licencia de impacto ambiental concedida en 2003 al proyecto Sajalín-2 que lidera Shell, lo que supondría la paralización de una inversión de unos 15 mil millones de dólares.
La Comisión señaló en un comunicado que todos los países tienen “el legítimo derecho y también la obligación” de garantizar que la extracción de petróleo o gas en su territorio si se hace respetando los criterios medioambientales, objetivo ampliamente compartido por la UE.
No obstante, prosiguió, en el caso de que se hayan detectado este tipo de problemas en el proyecto de Sajalín-2, deben ser identificados “de manera clara e inequívoca” por las autoridades rusas, que deben dar a Shell el “tiempo suficiente” para resolverlos de acuerdo a criterios “definidos y claros” estipulados de antemano.
“El éxito de la asociación energética entre Rusia y la UE”, continuó, descansa en “el respeto mutuo de la transparencia, la predictibilidad y la no discriminación”, y en su opinión, esto debe aplicarse a las compañías europeas que invierten en Rusia y al derecho de las compañías rusas a vender gas y petróleo libremente a la UE.
Finalmente, recordó que, para garantizar que las compañías puedan invertir en proyectos energéticos de varios billones de dólares, es necesario contar con un clima inversor “previsible” en Rusia, en la UE o en cualquiera otro país.
“Sin ello, la inversión en nuevos proyectos energéticos será complicada y generará incertidumbre sobre el futuro suministro mundial de energía”, advirtió, cuando los cálculos de especialistas calculan reservas de gas y petróleo de 45 mil millones de barriles.
Esto quiere decir que esas reservas energéticas tensan la relación entre Rusia y los países occidentales, luego de las revelaciones de las imágenes aéreas que muestrasn una superficie blanca, del color del hielo que recubre toda su superficie en los meses de invierno en la casi totalidad de sus 948 kilómetros de largo, 160 de ancho y 76 mil 400 kilómetros cuadrados de superficie.
Dos cordilleras montañosas, una en el Este y otra en el Oeste recorren la isla de Norte a Sur, separadas por el valle de Tym-Poronaiskaya, los nombres de los principales ríos de la isla, un territorio de contrastes, en donde se ven de forma extrema las oportunidades y los conflictos del desarrollo de la región oriental de Rusia.
El monte Lapatin, en la sierra Este, es el pico más alto de la ínsula con mil 609 metros sobre el nivel del mar, que parece vigilar lo que el escritor Antón Chéjov describió en el siglo XIX en un libro memorable en que se refería a las penurias que vivían los habitantes de la isla, en su mayoría delincuentes y presos políticos desterrados.
Sajalín tiene como pasado en haber sido colonia penal y puesto militar soviético, situada en una zona propensa a terremotos, que en ocasiones han destruido todo, rodeada de aguas frías que han permitido el florecimiento de un importante sector pesquero.
El pescado del mar de Ojotsk nutre a más de tres millones de aves marinas, además de que este enclave es el único donde se alimenta la ballena gris del Pacífico occidental, especie cazada implacablemente –sobre todo por los japoneses- en peligro de extinción.
Hasta la primera década del siglo XXI, la pesca había sido la principal y más tradicional actividad de Sajalín, eclipsada por la explotación petrolera y la industria de la construcción, y en el mercado de Yushzo-Sajalinsk hay cangrejos, pulpos, caviar y camarones.
Tiene especies marinas a la altura de otros puertos pesqueros de prestigio mundial, para beneplácito y júbilo de algunos empresarios restauranteros locales que también incluyen a las langostas en el menú, que presumen son mejores que las atrapadas en Alaska, la América rusa hasta 1867, cuando los estadounidenses la adquirieron por unos cuantos dólares.
Sin embargo, la pesca se ha hundido y las licencias tienen que ser autorizadas en Moscú con la consabida tramitología y burocracia que impide desarrollarla, además del temor fundado de que el sistema vigente convierta a los pescadores en delincuentes, ya que se ven privados de la posibilidad de comercializar mejor sus capturas, obligándolos a venderlas a los japoneses en alta mar.
El presupuesto de la isla de Sajalín arroja números rojos, con un relativo beneficio del petróleo que supone el 40% de los ingresos de la isla, y que han permitido reducir la subvención del gobierno federal del 30 al 18%.
Esas son las cifras proporcionadas por la Secretaría de Finanzas de la División Administrativa (oblast en ruso) responsable de que todo marche de acuerdo al potencial de una región estratégica; pero tan lejana de Moscú y otros incuestionables centros de poder de la Rusia de Vladimir Putin, reelecto el 17 de marzo de 2018, para aplicar su personal modo de mandar y gobernar.