QUINTANA ROO.- Atravesando callejones, carreteras y la selva del sureste de México se llega al Santuario de la Cruz Parlante, un lugar fundado en la antigua ciudad maya conocida ahora como Felipe Carrillo Puerto.
Para encontrarlo hay que recorrer el pueblo y mentalizarse a que no se trata de un lugar turístico sino de uno sagrado, lleno de significado maya.
Carrillo Puerto es uno de los 11 municipios que integran Quintana Roo, el Estado más turístico del país. Y aunque parece ser un territorio insignificante al lado de otros como Tulum, Bacalar y Chetumal, Carrillo Puerto representa el corazón de la cultura maya.
La ciudad se fundó como centro de los mayas rebeldes con el nombre de Chan Santa Cruz durante la Guerra de Castas, luego cambió su nombre a Felipe Carrillo Puerto, en honor a un gobernador socialista de Yucatán.
La leyenda de la Cruz Parlante
Los mayas auténticos de esta ciudad cuentan que antes de empezar la rebelión, la original Cruz Parlante fue encontrada en un pequeño cenote. Mide de 7 a 10 centímetros en lo ancho de su madera de caoba.
La ciudad fue originalmente adaptada del catolicismo, lo que resultó en hacer perdurar las tradiciones y creencias autóctonas.
El culto era dirigido por los llamados maestros cantores e interpretes de la cruz que hablaban en su nombre y recogían esa potestad directamente de dios.
José María Barrera, un mestizo expulsado de Kampocolche, colocó la cruz en un pequeño altar y ayudado por Manuel Náhuatl que tenia facultades de ventrículo respondía a los Mayas que frecuentaban el cenote y pedían a su dios que los ayudara de sus males y los liberara del yugo de la conquista.
Al morir Náhuatl y desaparecer Barrera, la cruz se comunicaba mediante un secretario llamado Juan de la Cruz Puc.
Los mayas adoradores de la cruz se autonombran CRUZOOB y están dirigidos por jerarquías militares que van de: general, comandante, capitán, teniente, sargento y cabo, ¿sus objetivos?, custodiar la cruz.
Sobre el Santuario
Para llegar hay que atravesar un callejón paralelo a la calle 60. La vibra sagrada se percibe desde que uno se aproxima a la entrada del Santuario.
Una vez que estas frente a la capilla principal debes descalzarte, entrar sin gorra ni sombrero.
No hay un tiempo límite para permanecer dentro del Santuario y si quieres admirar de cerca la cruz también puedes hacerlo, aunque por respeto, ¡no debes tocarla!
Alrededor hay un patio de área verde, también podrás recorrerlo y encontrarte con más cruces.
La entrada al Santuario no tiene ningún costo y el tiempo de tu estancia es libre. Eso si, seguramente te encontraras con uno o dos vigilantes que se turnan para nunca dejar sola a la cruz.
La cultura maya tiene aún 17 santuarios distribuidos en cuatro municipios del Estado: Solidaridad, Lázaro Cárdenas, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos.
AM.MX/vgs