Francisco J. Siller
- Están moralmente derrotados nuestros adversarios.
- 97 minutos de triunfalismos, sólo uno de autocrítica.
- Presentó un país imaginario, pero con buenas intenciones.
El Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador –en su primer informe– presumió que los mexicanos tienen hoy un país más democrático, en tanto en el Congreso de la Unión, Porfirio Muñoz Ledo calificó de “vociferantes” a los opositores en las cámaras legislativas. “Democracia si, autoritarismo no” exigieron los panistas con pancartas. Un congreso donde se habló de vencer, no convencer.
Vaya democracia, en la que la ley vale menos que los intereses del partido que lo llevó a Palacio Nacional. Los morenos no están dispuestos y así lo demuestran a pasar sobre lo que le pongan enfrente para salirse con la suya, me refiero al gobierno de San Lázaro que pretenden conservarlo durante los tres años de la actual legislatura, sin compartirlo. Y López Obrador defendiendo el imperio de la ley.
La secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero –a nombre del presidente – al entregar el legajo del Primer Informe de Gobierno, les dijo a los legisladores que las transformaciones positivas son el resultado de un logro y no mérito exclusivo de un sólo partido. “Los mexicanos no quieren cambios superficiales ni cambios que provoquen divisiones, conflictos o rupturas”, en clara alusion a lo que ocurre en el seno de los diputados.
Por la mañana en Palacio Nacional. Andrés Manuel López Obrador presentó su “Primer Informe de Gobierno” –el tercero se leía en el display, porque cuenta el de los 100 días y el del 1 de julio– horas antes de entregarlo oficialmente al Congreso de la Unión. Un informe de corte triunfalista que dejó de lado la realidad nacional. Un triunfalismo peligroso que presentó como realidad lo que hoy son solamente buenas intenciones.
Nueve meses lleva el gobierno de la Cuarta Transformación con avances contados con los dedos de una mano. El presidente debe entender que sus deseos transformados en discurso, no reflejan la realidad, debe evitar el lenguaje ficción, soslayar que su narrativa corresponda a la realidad política del país, si quiere que este sea mas igualitario, mas honesto, mas plural y de respeto a las leyes.
Durante una hora 37 minutos, López Obrador mostró sus buenas intenciones para México. Comenzó su discurso con el tema de la migración –con un punto de vista eminentemente político– y lo concluyó asegurando que sus adversarios políticos “están moralmente derrotados”. Criticó el modelo neoliberal caracterizado por la prostitucion y el oprobio. También dijo que los que se oponen viven aturdidos y desconcertados.
Tres temas destaco del mensaje presidencial. El aeropuerto de la Ciudad de México, la desaparición de Pro México y el crecimiento de economía nacional. Del primero esperabamos algo más que su buena voluntad de construir el aeropuerto de Santa Lucía. No tiene fecha de inicio, mientras no se resuelva la lluvia de amparos. De eso no habló. Para que meterse en apreturas.
En una de sus “Mañaneras” aseguró que haría valer el interes nacional para construir la terminal aeroportuaria. El mensaje presidencial dejó pasar el momento oportuno para fijar el como haría valer ese interés sin violar las determinaciones del Poder Judicial. Lo que sí informó es que se liquidaron todos los compromisos del Gobierno Federal con los inversionistas y constructores del Aeropuerto de Texcoco. No hay marcha atrás.
Respecto a Pro México, al presidente le conviene estar mejor informado –o los que le hablan al oído–, pues aseguró convencido que el cierre de las 51 representaciones de esa empresa “dedicadas supuestamente a la promoción del país”es parte del despilfarro gubernamental. “En ninguna parte existen oficinas ProAlemania, ProCanadá, ProFrancia, etcétera, etcétera”, Claro, no existen con esos nombres, pero si operan y son muy exitosas.
Y el asunto del desarrollo económico, puede tener buenas ideas, como los programas que favorecen al campo y el fortalecimiento de la economía popular, sin embargo quedan multiples dudas sobre su política en este rubro en el que combina el bienestar material y el bienestar del alma, con la vida sana, los valores morales y espirituales. “El crecimiento económico y los incrementos en la productividad y la competitividad no tienen sentido como objetivos”. Crecimiento y desarrollo van de la mano y aún no lo entiende.
Fueron 97 minutos de autocomplacencia política y solo un minuto de autocrítica: El tema de la seguridad es una piedra en el zapato Lópezobradorista y tuvo que reconocerlo. No hay avances, al revés. No hay estrategia para combatir al crimen organizado y los homicidios violentos se van acumulando. Esa actitud de “abrazos y no balazos” no ha servido de nada y tuvo que reconocerlo. Y la Guardia Nacional, bien, gracias.
López Obrador no fijo postura a muchos otros temas que han creado crisis en su gobierno, como lo es el aspecto de la salud, y la falta de medicamentos. Solo ofrecimientos. La cancelación de obras estratégicas. El subejercicio presupuestal que causa retroceso económico y no avance. La austeridad republicana que abandera, parece no estar dando resultados porque está dejando graves carencias. Si no, debe preguntarse al “pueblo sabio”.
El combate a la corrupción –bandera primordial de la 4T– ha creado una mayor polarización en los ambitos gubernamentales. Todos menos nosotros, son corruptos. Los de ayer y los de hoy. Rubro que no ocupó sitio preponderante en el mensaje presidencial. Decir que la “casa se limpia de arriba hacia abajo”, no es suficiente. Datos, cifras y acciones.
Este primer –o tercer informe– tuvo un discurso anti neoliberal, no así anti empresarial. Expresó elogios a Carlos Slim, a Carlos Salazar, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, y Antonio del Valle, presidente del Consejo Mexicano de Negocios, por su apoyo. Hoy olvida que a estos personajes los acusó de formar parte de la “mafia del poder”. Que fácil se olvida el discurso de 18 años de lucha opositora.
Sostener –como lo hizo en su discurso– que el pueblo de México vive “feliz, feliz, feliz” con la Cuarta Transformación. “Por fortuna”, es colgarse medallas que no le corresponden. Quizá debe preguntarle a los padres de niños enfermos de cáncer, a los miles de burócratas despedidos, a las madres que perdieron las estancias infantiles, a quienes han perdido dinero con la cancelación de contratos firmados por el Gobierno Federal, a más del 60 por ciento de los mexicanos que no votaron por él.
Este “Primer Informe de Gobierno” en Palacio Nacional, fue un discurso destinado a satisfacer la necesidad protagónica de comunicar una narrativa de igualdad que no refleja la realidad de las decisiones contradictorias que se han tomado, de un país imaginario, amenazado por las contradicciones en el ejercicio del poder. De victorias no conquistadas.Apenas es el primer round y faltan cinco. Es una pelea de campeonato que se ganará por decisión y por el aguante de los mexicanos.
Adendum (para romper la solemnidad):
Por cierto, que durante este mensaje emitido desde Palacio Nacional, los memes circularon por las redes sociales a velocidad vertiginosa.
Sí Star Wars comenzó con el capítulo IV, Porque Dart-AMLO no puede iniciar en el tercero.
O el de “Tercer informe, y no conté las mañaneras”
O comparar al presidente con el Coyote de la caricatura del correcaminos y el gato Tom: “Personajes cuyos planes nunca funcionan”.
O el de “La derechiza llora este día…” ¡Toma, te hice un gansito de origami con tu papel de víctima!
Y este otro para concluir:
–Presidente, aumentaron las cifras de muertos.
–¡Así es! Muertos de felicidad por su Primer Informe de Gobierno. Ja, ja, ja.