Sergio Gómez Montero*
¿Qué corazón saldría de este insomnio (…)
si no me pareciera tanto a mis ojeras,
ni a esta tarde de invierno, así doblada!
C. Oliver Labra: “Elegía para decirme”
Es extraño que aún todo esté indeciso. Que no sepamos aún en dónde queda la izquierda y dónde la derecha. ¿Por qué tantas dudas al respecto? En reciente charla de café con mis compañeros jubilados, me dicen que de qué me sorprendo si nosotros desde tiempo atrás (desde 18 años atrás ellos, yo bastante más) ya sabíamos que esas dudas iban a surgir, porque ya desde entonces no había lucha de contrarios, porque AMLO nunca se había considerado de izquierda (con ideas socialistas, por ejemplo) y era difícil saber cómo caminar junto a quien a lo más el populismo nacionalista de la revolución mexicana (algo de lo que nos heredó la Constitución del 17) era una forma de oponerse ideológicamente al neoliberalismo (una de las formas más amargas de capitalismo). Como sea, por eso tanto los izquierdistas como los nacional populistas éramos contrarios a los pripanistas que desde 1988 dominaron los gobiernos de este país. De eso, desde entonces no había dudas.
Es decir, habría que entender hoy, a estas alturas del partido, en un afán de comenzar a clarificar las cosas, que con el triunfo electoral de López Obrador las fuerzas políticas del país se recompusieron con mayor claridad y hubo un bloque, el compuesto por las fuerzas nacional populistas y de izquierda electoral por un lado (quienes, con altibajos, defendemos el confuso, hasta hoy, programa de López Obrador) y por el otro, los neoliberales del PRI, PAN, PRD y la chiquillada acompañante que siguen defendiendo a ultranza al neoliberalismo y nos consideran enemigos jurados a los del otro bloque. Por eso, por ejemplo, dentro del periodismo esos dos bloques se reflejan entre quienes tratamos de impulsar un periodismo que busca a toda costa defender los intereses de quienes, más de la mitad de la población, manifestamos en las elecciones pasadas nuestro hartazgo ante la corrupción y la descomposición social generada por el neoliberalismo y consideramos que eso, como marca la ley, debe ser castigado. El otro grupo de periodistas, los comentócratas de Milenio, El Universal, Televisa, Canal 13 y demás, forman un bloque firme hoy en querer defender a como dé lugar al neoliberalismo y puesto a defender a como dé lugar su regreso al poder.
Ojo, porque en eso se concentra hoy la lucha entre los dos bloques que se están disputando actualmente el poder en el país y que realmente son bloques contrarios, por más que el nacional populismo manifieste, como decía en mi nota anterior, un espíritu cristiano de perdón universal a toda costa por encima del castigo que prescribe la ley para quien ha cometido delitos graves en contra del interés de la nación y que bien pueden considerarse delitos de lesa patria. Más nos vale irnos con cuidado con eso y saber quién sí y quién no merece castigo, con quién sí y con quién no jugar a las inversiones y proyectos, pues quien juega con dinero sólo cuida el dinero (el que juega con fuego, se quema). Sobre eso no hay duda
Está costando trabajo sacar adelante el juego político de estos días, porque han faltado definiciones que ayuden a saber cómo jugar y con quién. Aunque uno no ha dejado de confiar en AMLO, por los muchos años de saber quién es él.
*Profesor jubilado de la UPN
gomeboka@yahoo.com.mx