José Antonio Aspiros Villagómez
(Primera de dos partes)
En fecha reciente acaparó la atención el tema de los medios públicos de información, por el propósito del gobierno federal entrante de crear un instituto autónomo que agrupe a esos organismos.
El anuncio al respecto se refirió a los medios electrónicos -radio y televisión-, que funcionarían como la Agencia de Noticias del Estado Mexicano (Notimex) la cual desde 2006 tiene por ley autonomía técnica, editorial y de gestión, y se convirtió así en el primer organismo en su género en el país.
La iniciativa del nuevo presidente de México fue para crear una “BBC mexicana”, esto es, algo equivalente a la Corporación de Radiodifusión Británica, concebida como el organismo público de radio y televisión del Reino Unido.
Al margen de lo que resulte con esa propuesta, es de recordarse que durante la presidencia de Miguel de la Madrid fueron creados los institutos mexicanos del cine, la radio y la televisión, y tuvieron distinta fortuna.
Invitados en 2004 por el Club de Periodistas de Taxco a participar en un seminario para colegas del estado de Guerrero, dijimos entonces que, “en términos generales, los medios públicos tienen una función educativa y su propósito fundamental es brindar un servicio periodístico despojado de intereses ideológicos, políticos, religiosos, raciales, de género, comerciales o de cualquier otra naturaleza. Deben divulgar noticias de interés para la comunidad, con un gran sentido ético, sin matices ni tendencias, y mantener informada a la población de la manera más objetiva posible.
“Y según muchas opiniones calificadas, deben participar en la definición de la política editorial de esos medios todos los sectores de la sociedad, como un requisito democrático. Se distinguen de los medios privados, en que éstos pertenecen a empresas particulares que, como tales, lo que buscan es la ganancia, la rentabilidad.
“Dicho de otra manera, mientras que para los medios privados la información es una mercancía que se vende mejor mientras más atractiva resulte para su clientela, para los medios públicos -al menos en teoría- esa misma información debe ser tratada y distribuida como un elemento que contribuya a enriquecer la identidad cultural de la comunidad, pero también a reflejar su diversidad.
“Y algo muy importante, deben evitar la difusión de rumores y contrarrestar con noticias veraces e inclusive con desmentidos, las campañas que desde el exterior pudieran distorsionar la realidad nacional” (fin de la transcripción).
Además, el concepto de ‘medio público’ es diferente al de ‘medio oficial’ o ‘gubernamental’ como lo fueron en su momento la revista Tiempo al tomar su control el gobierno, el periódico El Nacional y la misma Notimex, donde por cierto quedará acéfala la dirección general a partir del próximo sábado.
En efecto, el periodista Alejandro Ramos Esquivel presentó su renuncia a tal cargo a partir del 1 de diciembre y en tanto se nombra a su sucesor estará como encargado del despacho el director editorial Enrique Valdez quien, aun cuando tiene buenas relaciones con el sindicato de la empresa, una de sus primeras tareas será enfrentar el emplazamiento anual a huelga que habrá en diciembre, en demanda de aumento salarial.
La renuncia de Ramos con motivo del relevo en el Poder Ejecutivo Federal, es a pesar de que la ley que creó la Agencia de Noticias del Estado Mexicano dispone una duración de seis años en el cargo, pero en años distintos al del relevo presidencial. Tan es así, que el artículo séptimo transitorio de esa ley dispuso que el primer director (que fue Sergio Uzeta) duraría sólo un cuatrienio (2006-2011) para no empatar con la sucesión de 2012.
Y por ello el presidente Felipe Calderón designó a Héctor Villarreal para el periodo 2011-2017, pero como renunció en 2013 y en su lugar fue nombrado Alejandro Ramos sin una precisión de cuánto duraría su cargo, se rompió la secuencia para la etapa 2017-2023.
Debido a varias irregularidades, Valdez será el sexto encargado del despacho en un lapso de apenas 18 años durante los que ha habido siete directores, de los cuales Ramos tuvo la mayor duración, un lustro, lo que le permitió consolidar a la institución como un organismo moderno, con credibilidad y reconocimiento internacional.
Conforme a la ley, corresponderá al ya para entonces presidente Andrés Manuel López Obrador proponer al Senado un candidato que cumpla con el requisito de diez años de experiencia en agencias de noticias, y la legisladora tendrá un plazo para conocer el proyecto de trabajo del nominado y aceptar o rechazar su nombramiento.