Jorge Meléndez Preciado
Nunca pensé ver lo minúsculo en que se han convertido el PRI y el PAN. Organizaciones que en mis años mozos eran de lo más representativo. Los comunistas fuimos una minoría que hacía grandes esfuerzos por destacar, aunque siempre tuvimos los medios en contra. En 68, por ejemplo, se acusaba a los jóvenes de recibir dinero de Moscú, La Habana y China. Aunque los gobernantes de aquel año, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría, eran agentes de la CIA y conocidos como Litempo (ver Sergio Aguayo: Los estudiantes, el presidente y la CIA– Ediciones Proceso).
El PRD que llegó después, está reducido a un grupo testimonial. Y de los otros partidos no hay mucho que decir. Se irán extinguiendo todos. Máxime en un momento donde la política es otra cosa, la cual nada tiene que ver con lo vivido en los últimos decenios del siglo pasado.
Así pues, los gigantes políticos de antaño sucumbirán.
Pero lo que al parecer se sostendrá, no importa el descrédito al que han llegado, son las televisoras. No por buenas razones, más bien porque se han sabido acomodar, ellas sí, a todos los espectros políticos que les han tocado. Y también debido al miedo que todavía le producen a los que andan en la grilla y en el poder. Quienes no obstante las redes sociales existentes, les proporcionan favores múltiple a las televisoras a pesar de que vayan en caída libre. Estos monstruos de nuestra infancia, parece que continuarán siendo la pesadilla de muchos.
Esto último porque recientemente el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) refrendó las concesiones hasta 2041 a Televisa y Tv Azteca. Un golpe más de última hora de Enrique Peña Nieto, quien no sólo quiere blindarse de un juicio a través del ministro Eduardo Medina Mora, que lo protegerá contra el gobierno de Chihuahua, sino además desea tener quien lo cobije informativamente ya que salga de Los Pinos.
Para el doctor Lorenzo Meyer (Aristegui Noticias, 5 de noviembre), es necesario que Andrés Manuel López Obrador tome cartas en el asunto, pues de no revertirse dicha concesión, las televisoras privadas serán un poder transexenal, y ante ello pocos se han pronunciado en contra, algo que muestra cómo el acento generalmente se pone en los pleitos entre los que aparentemente controlan a la sociedad, pero no en los grupos financieros y medios de difusión, los cuales parecen intocables.
Jenaro Villamil señaló respecto a Televisa (Aristegui, ídem), que puede incluso lograr el control del 80 por ciento de la televisión de paga, si compra Megacable. Una operación que no necesita el aval de ningún órgano regulador, sino únicamente una operación bancaria. Lo que muestra claramente la falta de protección a los usuarios de esos instrumentos de control ideológico.
Por su parte, el especialista Gabriel Sosa Plata (Sin embargo, 6 de noviembre), anota que mientras Imagen Televisión controla 123 canales de televisión, Tv Azteca manejará 179 de las influyentes pantallas.
El debate ahora, empero, está en la portada de la revista Proceso, que en su cuadragésimo segundo aniversario, puso “AMLO se aísla. El fantasma del fracaso” (ronda en esta cuarta transformación). Una entrevista de Álvaro Delgado al constitucionalista Diego Valadés. Muy atendible, por cierto, ya que plantea la necesidad de que al presidente que tomará posesión el uno de diciembre lo acompañe su grupo más cercano en sus acciones, lo ayuden en sus tareas y lo cubran en momento delicados. Algo que vino a realizar, en lugar de algunos otros de sus nombrados, su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, la cual tuvo una ríspida polémica con Rafael Rodríguez Castañeda, el director del semanario.
Pero como sinterizó muy bien el caricaturista Magú en tuiter: “No hay crítica en (el) artículo (de) @proceso. Hay un análisis que indica una falla en su proyecto de gobierno. En realidad le ayudan a AMLO a que su proyecto no falle. Y ni las gracias le dan…”
Gran sentido, y ahora no sólo del humor sino del momento que vivimos.
Como señala en una entrevista Boaventura de Sousa Santos (El País, 5 de noviembre), cinco grandes compañías mueven 50 trillones de dólares de los 90 trillones del PIB Mundial. Para enfrentarse al desafío del cambio, es necesaria la unidad de la izquierda y realizar transformaciones políticas, económicas y mediáticas de gran calado, a riesgo de fracasar en toda la línea (véase el caso de Brasil).
PD 1: Antes de enviar el texto, Proceso pidió una entrevista con López Obrador para discutir los términos de la libertad de expresión. Bien.
PD 2: A esto se debe que la Fraternidad de Reporteros (Raúl Correa y María Elena Matadamas) junto con el Club de Periodistas (Celeste Sáenz y Moris Saolum) haya organizado el seminario ante la Cuarta Transformación del País, donde se debatirá acerca de noticas falsas y el surgimiento de nuevos medios ideológicos.
@jamelendez44