
La decisión tomada por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, de desechar el proyecto del nuevo aeropuerto en Texcoco generó una reacción de irritación que se expresa en la prensa escrita y en las redes sociales. En México, bajo el amparo de la libertad de mercado y la propiedad privada, se ha producido una de las situaciones que los defensores originarios de la acepción liberal de la “libertad de expresión” no previeron, la cual no es otra que la concentración de los medios de comunicación en muy pocas manos. En la radio de la Ciudad de México, seis grupos radiofónicos cuentan con 35 frecuencias que tienen un alcance promedio acumulado de 60% de la audiencia.
Los grupos de poder económico han convertido a los medios en instrumentos de presion política. La prioridad de los dueños de los canales de televisión, de las estaciones de radio y de las publicaciones impresas y digitales no son los contenidos que emiten, sino sus actividades en otros sectores productivos, los medios y las redes se han convertido en muchos casos en instrumentos de extorsión. Como consecuencia de esta concentración, nos encontramos ante lo que se conoce como “efecto ventrílocuo”, que se podría resumir del siguiente modo: a pesar de existan diferentes empresas de medios de comunicación, todas repiten las mismas noticias.
El reciente análisis “Libertad de prensa en México. Lucha por un derecho fundamental”, expone las duras condiciones en las que actualmente se ejerce el periodismo en México y analiza críticamente el papel de los medios masivos de comunicación en el país, en especial la televisión, cuya concentración del poder, concluye, no sólo sirve para controlar a la opinión pública sino también para, en muchos casos, difamar y criminalizar a los informadores críticos. El gobierno de Enrique Peña Nieto es el que más gastó en la historia del país en campañas publicitarias. Ningún presidente antes había gastado tal cantidad de dinero para promover su imagen y la de su partido político. El estudios señala que en el año 2014, el 83% del gasto de publicidad de la Presidencia de la República y de los gobernadores de los estados fue a parar a Televisa (57.6%) y a TV Azteca (25.6%). En 2009, el relator especial de las Naciones Unidas para la Promoción y Protección de la Libertad de Expresión, Frank La Rue, advirtió en el Senado de la República que los monopolios en medios de comunicación son una amenaza para el Estado de derecho. De este tamaño es el desafío que tiene el próximo presidente.