José Sánchez López
DESDE el viernes 23, los tlalnepantlenses notaron inusual actividad en las inmediaciones de la Ex Hacienda de Santa Mónica.
Cuadrillas de trabajadores remozaban guarniciones, pintaban fachadas, recogían hasta el papel más pequeño.
Limpiaban como deberían hacerlo siempre.
La ruta hacia lo que fue ex convento de los frailes Agustinos, construido en el siglo XVI, venido a salón de fiestas, fue embellecida. Sembraron plantas, árboles, flores.
Los comercios cercanos a lugar tuvieron que cerrar desde la tarde-noche del viernes, hasta la mañana del domingo 25, por órdenes del área de Normatividad de Tlalnepantla.
Nada que afeara el panorama.
Es un abuso de poder y un acto de prepotencia, dijeron los afectados, pero era la orden.
Simultáneamente, se observaba el tráfico intenso de vehículos pesados que trasladaban equipo, mobiliario, mesas y diversos utensilios.
Toda la zona, sin disimulo alguno, había sido acordonada con guardias estatales, algunos con armas largas, así como personal de Logística y Protección Civil del gobierno del Estado de México, que cual cancerberos, no permitían el acceso a ningún extraño.
Las calles aledañas también fueron cerradas a la circulación.
-¿Pues quién va a venir? se preguntaban los moradores.
Su incógnita se despejaría hasta la tarde del sábado.
Al filo de las 18 horas, un convoy de al menos media docena de vehículos, blindados, iba custodiando otro que circulaba al centro.
Se dirigía a la emblemática ex hacienda.
El exclusivo y colonial inmueble, es rentado para eventos sociales a precios accesibles. Desde los 95 mil hasta los 200 mil pesos, pero sólo por concepto de renta, los gastos de servicios, banquete, vino, música, son aparte.
Los servicios fueron contratados para medio millar de invitados (llegaron más de 600), que irían al enlace matrimonial de ERUVIEL ÁVILA VILLEGAS y MARÍA IRENE DIPP WALTHER.
“Quiero para mi boda un evento chiquito, íntimo, sólo con mis seres cercanos, por lo que no invitaré a nadie fuera de mi familia”, había dicho ERUVIEL.
A los invitados se les pidió no llevar cámaras fotográficas y dejar sus celulares a la entrada, “para evitar filtraciones”, dijeron.
La novia, fiel a la tradición, llegó con el debido retraso, pero de inmediato el cardenal CARLOS AGUILAR RETES, el mismo que caso a ISIS, la hija mayor de ERUVIEL de su primer matrimonio, dio inicio a la liturgia.
La ceremonia tuvo lugar en el patio, cuyos corredores eran iluminados con antorchas y faroles.
ENRIQUE PEÑA NIETO, ALFREDO DEL MAZO, GERARDO RUIZ ESPARZA, JOSE ANTONIO GONZÁLEZ ANAYA, IGNACIO PICHARDO PAGAZA, EMILIO CHUAYFFET, JOSÉ MANZUR, CÉSAR CAMACHO, VIDAL FRANCISCO SOBERÓN SANZ, SALVADOR CIENFUEGOS, JOSÉ NARRO, JOSÉ ANTONIO MEADE, AURELIO NUÑO, LAURA BOZZO, fueron algunos de los asistentes al casorio.
Lo más granado y distinguido de la sociedad atlacomulquense, así como uno que otro colado, se dieron cita para atestiguar el trascendente evento.
Algunos de los invitados llegaron desde el jueves.
Un avión oficial del Estado de México, iba y venía de Toluca a Mexicali, tierra de la consorte, para traerlos.
La aeronave realizó varios viajes para movilizar a los invitados especiales, que fueron hospedados en uno de los mejores hoteles de Toluca, invitados por el novio, dicen.
Antes, desde el comienzo de esa relación sentimental, hubo muchos otros viajes aéreos del Estado de México a Baja California, para traer a amigas y familiares de MARÍA IRENE, para recorridos turísticos en la entidad.
Concluida la ceremonia religiosa, los centenares de invitados recorrieron los pasillos alumbrados con candelabros, arañas y luces robóticas, para ocupar sus lugares en elegantes mesas, con árboles y champagne al centro.
ERUVIEL aprovechó para decir que muy a su pesar no habría luna de miel, “por cuestiones de trabajo”.
El evento había sido todo un éxito. Nada que empañara la felicidad de ERUVIEL y MARÍA.
No hubo nadie (mejor dicho no dejaron entrar a nadie) que cuestionara por qué el Estado de México ocupa el segundo lugar en el país, en muertes violentas, 478; ni tampoco el tercer lugar en secuestros, una tasa de incidencia del 17% y el por qué de la alarmante cifra de 37 feminicidios en lo que va del año.
Menos aún el por qué operan siete cárteles de la droga en el estado: “La Familia Michoacana”, “El Cartel del Estado”, “La Empresa”, “Guerreros Unidos”, “La Nueva Empresa”, “Los Zetas”, “Caballeros Templarios”, “El Cártel de Sinaloa” y hasta uno nuevo, el de “La Sombra”; todo ello con la presunta complicidad de policías municipales, estatales, ministeriales y funcionarios de distintos niveles.
Pero vamos, no era momento de nimiedades; lo importante era que la esperada boda se consumara felizmente y así fue; luego, ya con calma, seguramente el señor ÁVILA VILLEGAS, abordará esos pendientes y los resolverá.
¿O hay dudas?***VOTA POR EL QUE PROMETE MENOS, SERA EL QUE MENOS TE DECEPCIONE.***AU REVOIR.