Miguel Ángel Ferrer
A partir del lunes 19 de junio y hasta el miércoles 21 se realizará la 47 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la ciudad de Cancún, en el Caribe mexicano. Al mismo tiempo, y en el marco de esa Asamblea General, se reanudará la reunión de consulta de ministros de Relaciones Exteriores de la OEA sobre la situación en Venezuela.
El 31 de mayo pasado se realizó la primera reunión de consulta sobre la crisis venezolana, pero los cancilleres resolvieron suspender esa instancia para consensuar un texto que reconciliara los borradores propuestos por los países que integran la Comunidad del Caribe (Caricom) por un lado y el firmado por Canadá, EU, México, Panamá y Perú, por otro.
Pero ese consenso es materialmente imposible, puesto que las quince naciones del Caricom sostienen que la solución a la crisis venezolana sólo será posible y sostenible si es interna y basada en un diálogo entre las partes (gobierno y oposición) que deben deponer su enfrentamiento, mientras que la propuesta de EU, Canadá, México, Panamá y Perú aboga por las viejas políticas intervencionistas, de amenazas y presiones contra Venezuela, en una reedición histórica de la actitud de la OEA contra Cuba en los años sesenta del siglo pasado.
Ese consenso imposible, sin embargo, no frena los propósitos injerencistas de la OEA contra Venezuela. Y en claro apoyo a esos afanes la OEA ha organizado y patrocina, a trasmano, desde luego, en el mismo lugar y los mismos días, el V Foro Regional Juventud y Democracia de una entidad fantasma denominada Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (Redlac). Se trata de una de las tantas ONG financiadas por la National Endowment for Democracy (NED) que, como bien se sabe, es un organismo fachada de la CIA estadounidense.
Consecuente con sus orígenes y su financiamiento, la Redlac es utilizada por la OEA y por Washington para dar cobertura “progresista y democrática” a la labor subversiva que la CIA desarrolla en Latinoamérica y el Caribe contra los gobiernos que no se someten a los dictados de la Casa Blanca: Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y ahora y muy principalmente Venezuela.
Para tener una idea más clara de la naturaleza mercenaria de la Redlac, baste saber que la actual presidenta de esta organización es la cubana de Miami Rosa María Payá, hija del fallecido contrarrevolucionario a sueldo Osvaldo Payá. Y que la primera jefa de la Red fue la destacada macrista y también agente de la CIA, Micaela Hierro Dori. Y por si quedaran dudas del carácter mercenario de la Redlac, debe saberse que para el Foro de Cancún, la Red ofrece, con cargo a los fondos de la CIA y de la OEA, 20 becas completas (pasaje aéreo y estadía) junto a 20 becas parciales (solo estadía). Ah, turismo, contrarrevolución e intervencionismo de la mano de la OEA
La agenda, desde luego, está clara. La OEA y la Redlac concurren a Cancún a promover el intervencionismo en Venezuela. No en balde uno de los miembros de la Redlac es el venezolano Hasler Iglesias, miembro del partido Voluntad Popular, cuyo gerente en turno es el multihomicida y terrorista Leopoldo López. Voluntad Popular, además, es miembro de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), cónclave de partidos y organizaciones ultraderechistas y cabeza de los disturbios, guarimbas, saqueos, guerra económica, asesinatos e incendios que buscan derrocar al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
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