Carlos Galguera Roiz
El mapa mundial de comunicaciones, amplio espectro, densidad variable, siempre alta, enlaces prácticamente infinitos, canales innumerables, para este inmenso caudal de datos danzando por los espacios…, todo este panorama es de tal envergadura, que podríamos decir que vivimos rodeados, atrapados si se nos permite esta pincelada melodramática, en una inmensa telaraña invisible, operada por seres invisibles, presumiblemente humanoides, desconocidas, al menos para el común de los mortales…
Hay una falsa aureola en todo este tinglado cibernético, haber incorporado estas tecnologías a la vida de millones de usuarios, miles de millones tal vez…, parece haber propiciado algún tipo de felicidad a las ciudadanías, desde las comunicarnos sin barreras…
Todo está permitido en este mundillo, la libertad es el gran señuelo de estas plataformas, con infinidad de “traductores”, canalizadores, guías, sugeridores, consejeros, interpretes… detrás de los cortinajes.
Todo el mundo puede participar, todos los que quieran navegan, hay mil mares disponibles, millones, lo pueden hacer; se puede tener voz y, simultáneamente, escuchar, conectar, con los que quieras oír, leer, observar…una turba inmensa, inabarcable de actores gesticulando en las pantallas y/o mensajeando sobre indescriptibles escenarios…
Parece que los ciudadanos del mundo, expresándose libremente, prácticamente sin ataduras, llegan al paroxismo de la Felicidad…; pero no, No, falso, engaño, trampa. En realidad estamos inmersos en una inmensa algarabía, algo, de alguna manera, equivalente a una Gran Guerra, nuevos formatos, sibilinos mecanismos bélicos, perfectamente camuflados, es la situación de fondo que se ha instalado en nuestro “feliz” mundo del siglo XXI, primera mitad…
Batalla que se está librando fuera de coordenadas tradicionales, no hay especiales ruidos, las bombas no se oyen, las metralletas no tabletean, los tanques no aparecen…, las víctimas no sangran, no vemos escenas dantescas en las ruinas, después de bombardeos brutales…
Solo teclas, “ratones”, enlaces, infinitas flechas, pantallas, cientos de miles de posibilidades, para responder a una consulta, imposible abarcarlas, sintetizar, soluciones indigeribles…
Panorama con potencial destructivo y también constructivo, debemos admitir, tremendamente alto, frecuentemente perturbador…, con entrelazamientos entre ambas columnas, casi indescifrables…
Un vistazo al modus opernadi imperante en este terreno de juego, en el que se acaba de escenificar un ataque cibernético, dimensiones mundiales, a través de una trampa, Malware, denominado WannaCry, en el argot de los entendidos, que puede bloquear potencialmente este mundo de las comunicaciones que hemos pergeñado, a través de instrucciones malignas con penetraciones geométricas…
Veamos. El Ciudadano puntual, Empresas, todos los tamaños y perfiles imaginables, Organizaciones de todo tipo, Industria, Banca, Comercio, Seguridad, Investigación, Espionajes, Turismo, ciudadanos particulares, también delincuentes, santos varones, periodistas, comunicadores de todo tipo y nivel, como el que escribe estas líneas…
Todos teclean sus mensajes específicos, que son recibidos en ciertos espacios virtuales; en ellos se incorporan determinados códigos y se les “orienta” dentro de la gran corriente que fluye en estos variopintos revoltijos, repletos de información, documentos, imágenes, ordenes, consignas, secretos, recetas, trampas…, canalizando todo hacia sus destinatarios respectivos…
Milagro nº 1, esta maniobra, que recorre espacios a velocidades de vértigo, 300.000 kms/seg es el tope máximo, nos mostró Einstein, resulta que es, prácticamente gratuita, para miles de millones de usuarios, siempre que dispongan de adecuadas pistas despegue-aterrizaje…
Las gigantescas, multimillonarias, Corporaciones, que propician estos “milagrosos transportes”, tienen un corto número de especialistas, para el volumen cibernético que mueven, en cuyas secuencias introducen infinidad de anuncios, difusión instantánea, mundial, millones de puntos potenciales para vender, lo cual genera enormes ríos de oro para las compañías gestoras de los movimientos…
¿Qué pasó en este, aparentemente idílico panorama de altas tecnologías, vertiginosas, eficaces, sin límites en sus alcances…? ¿por qué se pudo colapsar parte de la cadena mundial de envíos, hace pocos días…?
Un vistazo. Los transportes de datos que hemos señalado, van acompañados de claves para identificación e instrucciones de manejo; en algún lugar del circuito, “alguien”, incluso podría ser un robot, puede intervenirlos de alguna manera, hay miles de posibilidades, antes de entregar las “mercancía” en su destino, así el receptor queda, en cierta medida a merced de los códigos incorporados en el mensaje que está esperando…, todo puede suceder, no ocurre casi nunca, pero las intromisiones en las informaciones que cruzan los espacios, son posibles…
Posible, el ejemplo de hace pocos días es claro; se generaron miles de correos, intraducibles, imposible acceder a una información esperada, o a unos datos anunciados, si no se encuentra una “llave de liberación”, por la que los chantajistas cibernéticos piden dinero, a pagar en moneda virtual, indetectable…
Bueno, he tratado de mostrar apenas unas pistas, sobre lo que se cuece en este mundo “feliz” de las comunicaciones masivas, tan peligroso como imprescindible, dualidad que marca a la Humanidad en esta primera fase del actual siglo…
Unos conocimientos basicos son vitales, al menos para saber donde están los precipicios…, ojalá estas dispersas elucubraciones, junto a una buena imaginación lectora, sirvan algo a alguien…