Cada 11 de diciembre se celebra el Día Internacional de las Montañas, una fecha par concientizar sobre la importancia de estos ecosistemas vitales que proveen agua dulce, biodiversidad y recursos; así como para destacar las amenazas que enfrentan por el cambio climático y la degradación, buscando apoyar a las comunidades montañesas.
Es por ello que en esta fecha recordamos al Dr.Atl, un famoso artista reconocido por sus pinturas de paisajes montañosos, quien plasmó la belleza de estos gigantes naturales capturándolos con su pincel. A continuación te mostramos cinco datos curiosos sobre el Dr. Atl, el hombre que pintó el alma de los volcanes mexicanos.
Curiosidades sobre el Dr. Atl y las montañas
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Científico y artista
Gerardo Murillo, más conocido como Dr. Atl, nació en 1875, teniendo desde chico un gran interés por la geología, llegando incluso a estudiar vulcanología en Italia, para regresar a México a explorar y documentar la actividad volcánica.
2. Expediciones artísticas
En 1909, se convirtió en la primera persona de ascendencia mexicana en escalar y llegar a la cima del volcán Popocatépetl, una hazaña que lo llevó a conocer más sobre la naturaleza del país.
3. Registro pictórico de los volcanes mexicanos
Su afición por los volcanes lo llevó a escalar el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, llegando a realizar cientos de bocetos y pinturas al óleo de ellos. Así logró capturar el desarrollo de estas montañas a diferentes horas del día y desde distintos ángulos.
4. Literatura en las montañas

Además de pintar a estos majestuosos volcanes, su amor por el Popocatepetl hizo que escribiera el libro “Las sinfonías del Popocatepetl”, un poema en prosa donde relata la experiencia de habitar esta montaña.
5. Presenció la erupción del Paricutín

El 20 de febrero de 1943, el volcán Paricutin hizo erupción, en Michoacán, a la cual el artista acudió a presenciar el fenómeno de primera mano, sufriendo un accidente que le costó una extremidad.
Sin duda, para el Dr. Atl los volcanes mexicanos eran más que montañas, eran símbolos de fuerza, cambio, vida y muerte, por los que valía la pena arriesgarse para capturar su esencia.

