CIUDAD DE MÉXICO.- El Senado aprobó una reforma por abuso sexual que modifica de manera profunda el Código Penal Federal y eleva las sanciones para quienes cometan agresiones de naturaleza sexual. Las y los legisladores cerraron filas y avalaron el dictamen por unanimidad, lo que marcó un consenso amplio alrededor de la urgencia de actualizar la legislación. Con esta decisión, la Cámara Alta envió el documento a la Cámara de Diputados para continuar el proceso parlamentario.
El debate tomó fuerza luego de la agresión ocurrida el 4 de noviembre contra la presidenta Claudia Sheinbaum, un hecho que impulsó la revisión inmediata del marco penal. Desde entonces, comisiones senatoriales, autoridades federales y colectivos de mujeres sostuvieron reuniones para revisar vacíos legales que dificultaban el acceso a la justicia.
La propuesta final surgió de un trabajo conjunto entre el Senado, la Secretaría de las Mujeres y legisladoras de la Comisión de Igualdad, con el propósito de construir un estándar jurídico más claro, centrado en la protección de víctimas y en la precisión del concepto de consentimiento.
Cambios legales, agravantes y alcances de la reforma
La reforma establece que cualquier acto sexual sin consentimiento constituye abuso sexual, lo que redefine el delito y elimina interpretaciones que permitían justificar agresiones bajo el argumento de que la víctima “no se defendió” o “no gritó”. Para legisladoras como Martha Lucía Mícher, este ajuste soluciona criterios que históricamente minimizaron la gravedad de la violencia sexual.
El dictamen fija una pena base de 3 a 7 años de prisión, con posibilidad de aumentar hasta 9 años cuando se acreditan agravantes. Además, el delito quedará sujeto a persecución de oficio, lo que permitirá abrir investigaciones incluso cuando no exista denuncia directa, una demanda reiterada por organizaciones defensoras de derechos de las mujeres.
Senadoras de distintas bancadas respaldaron los cambios. Alejandra Barrales comparó el avance con el modelo español “solo sí es sí”, mientras que Gina Campuzano destacó que la ausencia de resistencia no puede interpretarse como consentimiento debido a que muchas víctimas quedan inmovilizadas por miedo. Carolina Viggiano reconoció el impulso legislativo, aunque insistió en que la aplicación dependerá de recursos para capacitar a quienes operan el sistema de justicia.
La modificación también actualiza los artículos 260 y 266 Bis del Código Penal Federal, con sanciones más estrictas para conductas que atenten contra la integridad y la autodeterminación sexual. Entre las agravantes se incluyen ataques cometidos en lugares aislados, participación de varios agresores, uso de violencia física o moral, vínculos de poder como docentes o servidores públicos, y agresiones contra mujeres embarazadas, personas inconscientes o poblaciones vulnerables.
El Senado acompañó esta reforma con cambios a 17 leyes adicionales para garantizar coherencia jurídica en materia de igualdad sustantiva. Además, el dictamen incorpora talleres de reeducación para agresores y servicios de atención psicológica para víctimas, con el fin de fortalecer la respuesta institucional.
Con este paquete legislativo, México avanza hacia un marco más sólido para combatir la violencia sexual y subraya la relevancia del consentimiento como fundamento legal y social. La reforma por abuso sexual abre paso a una ruta más clara para la protección de la libertad y dignidad de las personas.
AM.MX/fm
