Ciudad de México.- En pleno corazón de la Ciudad de México, el Teatro del Pueblo celebró este domingo su 91 aniversario, reafirmando su papel como uno de los espacios escénicos más emblemáticos de la capital. Para conmemorar esta fecha, La pícara pandilla presentó la Nueva Revista Mexicana, un espectáculo que mezcló música, cabaret burlesque, comedia, teatro y el sonido tradicional de los organilleros, generando una atmósfera festiva que conectó al público con la esencia artística del lugar.
El festejo recordó por qué este recinto, perteneciente a la Secretaría de Cultura capitalina, sigue siendo un punto de encuentro para el talento mexicano y extranjero.
Autoridades culturales destacan la reapertura y el significado simbólico del teatro
El aniversario contó con la presencia de Julia Cabrera Solís, directora del Sistema de Teatros de la Ciudad de México; Mariana Gómez Godoy, directora general de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural; y Carlos Cervantes Godoy, coordinador general de la Autoridad del Centro Histórico. Durante el festejo, Cabrera Solís destacó el proceso que permitió que el teatro reabriera sus puertas tras años de cierre.
“El teatro estuvo muchos años cerrado, pero gracias a la iniciativa de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y a la dirección de Patrimonio que vela por la arquitectura de estos inmuebles históricos, junto a la Autoridad del Centro Histórico y al equipo maravilloso del recinto, es que tenemos otra vez las puertas abiertas desde hace ya un par de años. Se llama el Teatro del Pueblo, así que necesitamos al Pueblo (…) Esperamos seguir viéndolos por aquí”, expresó.
Las autoridades invitaron al público a seguir visitando el recinto, señalando su valor como símbolo cultural del Centro Histórico.
Un homenaje afectuoso al oficio tradicional y sonoro de los organilleros
La función estuvo dedicada a las y los organilleros de la ciudad, quienes trabajan cada día en el Centro Histórico y forman parte de su identidad sonora. Durante el evento, la Unión de Organilleros del Distrito Federal y la República Mexicana entregó un expediente técnico para avanzar en la declaración de su oficio como patrimonio cultural.
“El Centro Histórico es un mundo completo y también un punto económico y cultural importante. Hay algo que siempre escuchamos cuando vamos caminando y es esta música de los organilleros que siempre está presente”, comentó Gómez Godoy.
Cervantes agregó que buscan llenar cada plaza y cada calle con arte, música y cultura, además de proteger a sectores tradicionales que mantienen vivas las costumbres de la ciudad.
Una puesta escénica dinámica que abordó temas sociales y conectó con el público
La pícara pandilla, conformada por Brissia Yeber, Jessie Garibay y Luis Esteban Galicia, guió la presentación con humor, música y reflexiones sobre temas como violencia de género, machismo y el papel de las mujeres en la sociedad. Desde el inicio, compartieron datos del recinto, incluyendo su inauguración el 24 de noviembre de 1934 bajo el nombre Teatro Cívico Álvaro Obregón y los murales creados por Juan Campos W.
“La decoración no son dibujitos, son murales que fueron diseñados por Juan Campos W”, recordó uno de los actores.
La función incluyó la participación de Pájaro carpintero, Amista Music, Moisés Cerón, la Draga Matronna X y el cuerpo de baile Exótica, quienes contribuyeron a generar un cierre vibrante, lleno de aplausos y emoción colectiva. El aniversario 91 del Teatro del Pueblo reafirmó que este espacio sigue latiendo con fuerza gracias a su comunidad artística y a un público que lo mantiene vivo generación tras generación.
AM.MX/CV
