Alejandra Munguía Cambrán
⦁ Tratar de desvirtuar la marcha del sábado no la desaparece.
⦁ Del activismo en vía pública al de redes.
⦁ LA ALUMNA SUPERÓ AL MAESTRO. Ninguna de las marchas en contra de la administración del vgt ogt alcanzó los niveles de movilización y rechazo que hubo el pasado sábado en contra no sólo de Sheinbaum Pardo, sino de todo su partido. El gritar a los cuatro vientos que era una narcopresidenta (que sí lo es), fue peor que decirle desnalgada (que también lo está), y comparar la represión a los manifestantes con la del movimiento del 68, estuvo aún peor. Seguramente los mexicanos pensaron que ya lo habían visto todo y que aquella condenable escena no se repetiría, pero no contaban con el surgimiento de la 4T, movimiento que si algo tiene es superar las expectativas de propios y extraños. Como era de esperarse, de una y mil formas trataron de no darle importancia a la presencia de miles de mexicanos en las calles, no sólo en la Ciudad de México, sino en casi todo el país, donde la concentración de gente en Monterrey, Guadalajara, Michoacán entre otros estados del interior del país no le pedían nada a la de aquí, con la única gran diferencia de los petardos, los gases lacrimógenos y las madrizas montoneras de los uniformados a los chavos, principalmente, en la explanada del Zócalo. Lo que ensombreció la iniciativa (Sheinbaum y sus lacayos pensaron que como los organizadores fue la generación Z, sólo irían chavos. A ver si lo entienden, convocatoria abierta y además no sólo ellos están hasta el requeque), es que haya terminado violentamente con heridos de ambos lados. Sheinbaum Pardo que seguramente tiene hasta chorrillo piensa que desvirtuando la marcha, diciendo que eran pocos los jóvenes que acudieron y bla bla bla, cambia la realidad. No es así ñora, los mexicanos salieron a las calles a tan sólo un año de su administración y ya no hubo manera de seguir sosteniendo sus niveles de aprobación ficticios.
⦁ REBASÓ FRONTERAS. Posiblemente quienes estamos en el país preocupados por la creciente inseguridad y la corrupción, entre muchas otras cosas, no somos muy objetivos al calificar lo sucedido el sábado; sin embargo, la prensa internacional se dio vuelo y todos coinciden en algo, este es el principio del fin de la 4T (Dios los oiga). Lo que parecen olvidar quienes minimizan el movimiento de la generación Z, es que estos jóvenes han liderado protestas en varios países, ya no son sólo activistas en vía pública, ahora lo hacen en redes, porque nacieron con el celular en la mano y esa fuerza la ejercen contra el autoritarismo en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Perú y más allá en Nepal o Marruecos y ahora México. La Generación Z no es un fenómeno aislado de un país, sino parte de una ola de descontento juvenil global por la corrupción, la inseguridad, la inestabilidad política y el futuro incierto y eso sobra en México. Después de lo del sábado nadie puede dudar de la autenticidad del movimiento, aun cuando se empeñen en vincularlo con la oposición. Hay algo que quedó súper claro, el hartazgo es generalizado, la única diferencia es que el descontento social provocado por Morena, ahora es impulsado por la juventud y sus herramientas digitales.
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