Ciudad de México.- El Museo de la Ciudad de México recibió a especialistas y músicos para el conversatorio Cuba México Los caminos del danzón, organizado por la Secretaría de Cultura capitalina. La actividad contó con la participación de Cecilia Margaona, investigadora en patrimonio cultural; Pável Granados, divulgador musical; y Ethiel Failde, director de la Orquesta Miguel Failde, considerada una de las agrupaciones más representativas del género en Cuba. El encuentro formó parte de la antesala al Gran Baile de Danzón programado este 16 de noviembre en el Zócalo.
La identidad del danzón como práctica viva y colectiva en la sociedad
Durante su exposición, Cecilia Margaona compartió que el danzón no debe verse únicamente como una manifestación sonora, sino como una práctica que reúne códigos, rituales y formas de convivencia que construyen comunidad. Sostuvo que el patrimonio cultural inmaterial se preserva a través de sus propios portadores, quienes mantienen la transmisión intergeneracional. “El patrimonio inmaterial no se protege con cal o cemento, sino con afecto, con vida y con emoción. Los portadores, en este caso ustedes, son quienes mantienen vivo al danzón y quienes deben asegurar que llegue a las siguientes generaciones”, señaló.
El camino del danzón y su llegada afectiva a territorio mexicano
En su intervención, Pável Granados celebró la forma en que este género encontró un hogar en México, convirtiéndose en un símbolo compartido entre la memoria caribeña y el baile comunitario mexicano. Habló del tránsito natural de la música entre culturas y del fortalecimiento de escenas locales en plazas y salones de baile. “Quiero agradecer a México por apapachar el danzón que nació en Cuba. Me emociona ver cómo esta música forma parte de la vida cotidiana de tantas personas aquí”, expresó.
Una herencia rítmica afrodescendiente que sigue creciendo en la actualidad
Finalmente, el músico cubano Ethiel Failde expuso una mirada histórica sobre el nacimiento del género en Matanzas y explicó que su ritmo base, el cinquillo cubano, proviene de raíces afrodescendientes que marcaron la identidad de las primeras orquestas. Destacó la permanencia de la práctica danzonera gracias a escuelas, clubes, festivales y agrupaciones que continúan transmitiendo la tradición dentro y fuera de Cuba. “El danzón está vivo, más de 120 clubes en Cuba se reúnen semanalmente para bailarlo; niños, niñas, jóvenes y músicos lo estudian y lo heredan. Es un patrimonio que sigue creciendo de generación en generación”, indicó.
La Secretaría de Cultura convocó a la ciudadanía a celebrar esta memoria compartida en el Gran Baile de Danzón en el Zócalo, donde participarán la Orquesta Failde, Acerina y su Danzonera y La Danzonera La Playa, en un evento público que reafirmará este lazo cultural entre ambas naciones.
AM.MX/CV
