CIUDAD DE MÉXICO.- Más de 580 migrantes partieron esta semana desde el sur de México rumbo a la Ciudad de México. Su objetivo no es cruzar la frontera con Estados Unidos, sino establecerse legalmente en el país, trabajar y construir una nueva vida.
“Estados Unidos no pasa por mi mente”, afirma Vladimir Ortiz Cassola, un cubano de 24 años que camina junto al grupo. Dice que huyó de su país por persecución política y discriminación por su orientación sexual. “Queremos regularizarnos aquí y aportar al país que nos ha recibido”, explica.
A diferencia de otras caravanas de años pasados, esta marcha no busca el norte. Está compuesta por personas originarias de Cuba, Venezuela, Haití, Nicaragua, Guatemala, Honduras y Colombia, muchas de ellas acompañadas por niños y mujeres embarazadas. El recorrido, de más de mil kilómetros, se hace lento debido al calor, la lluvia y las condiciones de vulnerabilidad de los caminantes.
El principal muro que enfrentan no es físico, sino burocrático. Los migrantes aseguran que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) tarda meses en responder sus solicitudes. Ortiz cuenta que presentó su solicitud hace más de cuatro meses y todavía no recibe una cita para entrevista.
“No tengo ni CURP ni permiso para trabajar. Nos dicen que hay atrasos, pero sin papeles no se puede vivir”, comenta.
Organizaciones civiles como el Colectivo de Monitoreo Frontera Sur han documentado que los recortes presupuestales y la falta de personal en Comar provocan demoras que superan los 120 días hábiles. Aunque la ley establece un máximo de 45, el trámite suele extenderse por la saturación en las oficinas.
Algunos solicitantes denuncian que quienes pueden pagar abogados logran avanzar más rápido en el proceso, lo que deja en desventaja a quienes carecen de recursos.
La presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que su administración mantiene una política de acompañamiento humanitario hacia las caravanas migrantes. Señaló que se ofrecen apoyos tanto para quienes deseen regresar voluntariamente a sus países como para los que busquen establecerse en México.
“Eso ha permitido que ninguna caravana llegue a la frontera norte”, afirmó durante una conferencia.
Sin embargo, desde el terreno, los migrantes sostienen que no han recibido acercamiento oficial. “La presidenta dijo que nos apoyaría, pero nadie se ha comunicado con nosotros”, señala Ortiz.
Mientras tanto, la caravana avanza con determinación. Entre el cansancio y la incertidumbre, las familias mantienen la esperanza de que México les abra las puertas para comenzar de nuevo, lejos del miedo y de la persecución que dejaron atrás.
AM.MX/fm