● Para Alan Ramírez, presidente de la APCOB, la profesionalización en cobranza —con procesos estandarizados, tecnología y ética— es el único muro capaz de contener el avance de la morosidad.
CIUDAD DE MÉXICO.- La morosidad dejó de ser solo un dolor de cabeza administrativo y se ha convertido en un riesgo estructural capaz de comprometer la estabilidad de las empresas. Un retraso en los pagos no solo afecta el flujo de efectivo, también implica nóminas comprometidas, proveedores en espera y proyectos detenidos.
El tamaño del riesgo no es menor. Solo en el primer trimestre de 2025 se registraron 5,607 controversias en materia de cobranza ante la CONDUSEF, prácticamente el doble de los 2,792 casos del mismo periodo de 2024. Ese aumento de 100.8% en un año confirma que la falta de prácticas profesionales en cobranza no solo afecta el flujo de efectivo: también erosiona la confianza de clientes, socios e inversionistas.
“Frente a este escenario, la profesionalización de la cobranza emerge como un mecanismo indispensable para contener el impacto y devolver certidumbre financiera”, advierte Alan Ramírez, Presidente de la Asociación de Profesionales en Cobranza y Servicios Jurídicos (APCOB, A.C.).
Profesionalizar, la única vía sostenible
Profesionalizar la cobranza es un muro de contención que protege a las empresas, significa contar con procesos claros, respaldo jurídico sólido, tecnología que permita dar seguimiento puntual y, sobre todo, una gestión que cuide la relación con el cliente. Dejarla en manos de la improvisación abre la puerta a pérdidas.
En otras palabras, cobrar una cobranza estructurada evita confrontaciones innecesarias, mantiene la confianza de quienes pagan y asegura que el flujo de dinero siga sosteniendo la operación diaria.
“La verdadera eficiencia en la cobranza no está en la presión, sino en la técnica. Al aplicar metodologías estandarizadas y criterios de riesgo, la profesionalización incrementa la recuperación de cartera, reduce costos operativos y se convierte en un pilar para la sostenibilidad financiera de las empresas”, afirma Alan Ramírez, Presidente de la APCOB.
Y esta profesionalización, de acuerdo con el experto, se caracteriza por:
● Estandarizar procesos para evitar discrecionalidad.
● Capacitar en técnicas de negociación y mediación.
● Adoptar herramientas digitales para seguimiento de cuentas en tiempo real.
● Cumplir con normativas que protejan tanto al acreedor como al deudor.
● Incorporar criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) fortalece la gestión de riesgos y promueve la sostenibilidad, lo que se traduce en menores niveles de cartera vencida.
“Cuando la cobranza se gestiona con estándares claros y ética definida, se construye un círculo virtuoso: se protege el flujo de efectivo, se mitiga el riesgo crediticio, se fortalecen las carteras y se garantiza la sostenibilidad financiera de las empresas y del propio sistema”, concluye Alan Ramírez, presidente de la APCOB.
AM.MX/fm