Carta Magna con política al “american style”

Fecha:

Rajak B. Kadjieff / Moscú, Rusia

*Borís Yeltsin requería de liderazgo unipersonal y fuerte.
*Tejes y manejes de una partidocracia incipiente.
*Nombres y más nombres en medio de la baraja de siglas.
*Luz Verde a la aparición del Partido Comunista de la Federación Rusa.
*Tregua y retiro de amenaza de referéndum presidencial.

El presidente de la Federación Rusa sometió a debate su idea de una Constitución política presidencialista al estilo estadounidense que sustituyera a la soviética en vigor, como el único modelo viable dadas las circunstancias, que, en su opinión, requerían un liderazgo unipersonal y fuerte.
Uno de sus antiguos aliados, Ruslán Jasbulátov, replicó que semejante concesión sería el “suicidio” de la democracia parlamentaria que él encarnaba; pero durante unos meses las transacciones evitaron la moción de censura al Ejecutivo o la retirada de los poderes especiales al presidente.
El 30 de noviembre de 1992, el Tribunal Constitucional, que presidía Valeri Zorkin, dictó una serie de sentencias de claro carácter conciliatorio sobre los decretos de Yeltsin posteriores al intento fallido de golpe de agosto de 1991.
Así, se confirmó la legalidad de disolver los órganos dirigentes del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y el Partido Comunista de Rusia (PCR); pero no la prohibición de las organizaciones de base del último, con lo que el restablecimiento de una estructura partidista, lo que luego iba a dar lugar al Partido Comunista de la Federación Rusa (KPRF en ruso), recibió luz verde.
En esta línea de apaciguamiento, el 25 de noviembre Yeltsin cesó a Mijaíl Poltaranin como ministro de Información y a Guennadi Búrbulis como secretario de Estado (el 14 de abril ya le había apartado como primer viceprimer ministro), dos de los principales satanizados por los congresistas.
El enfrentamiento no decayó y cuando el 1 de diciembre se inauguró el VII CDPR, las dos partes acudieron prestas a plantear una batalla que se presumía definitiva; pero la sangre no llegó al río, ya que Yeltsin descartó la solución autoritaria (léase la disolución del CDPR por decreto) y entre los diputados se impuso la tesis del derribo por cauces legales.
El presidente y sus detractores llegaron a una tregua por la que el primero retiraba su amenaza de convocar un referéndum para elegir entre él o el Legislativo a cambio de someter a Yégor Gaidar a la confianza de los diputados.
Los poderes especiales y la prerrogativa sobre los ministerios de fuerza fueron salvaguardados de momento; pero el 14 de diciembre los diputados le impusieron a Víktor Chernomyrdin, viceministro desde mayo y notorio representante del lobby militar-industrial, de entre los cinco candidatos presentados para presidir el gobierno.
El 19 de diciembre, Yeltsin retornó precipitadamente de China ante el amago de Chernomyrdin, azuzado por la Unión Cívica, de deshacerse del equipo de Gaidar, cuyo grupo Demócratas Radicales encabezaba el bloque de fuerzas yeltsinistas también participado por RD, el Movimiento Ruso para las Reformas Democráticas de Yakovlev, Popov y Sobchak, y el Partido Republicano.
El presidente demostró su autoridad manteniendo a los pesos completos del liberalismo, Vladímir Shumeiko, Anatoli Chubáis y Aleksandr Shojin, viceprimeros ministros los tres, a los que se sumaron los también notorios reformistas Borís Fyodorov, ministro de Finanzas a partir del 25 de marzo de 1993, y Yuri Yárov.
En los meses siguientes todos estos nombres iban a ubicarse en dos partidos nuevos, en la Opción Democrática de Rusia (DVR) fundado por Gaidar, o en el Partido de la Unidad y la Concordia, más independiente del Kremlin y sensible a la dimensión social de las reformas.
Los cuatro ministros de fuerza cuyo nombramiento se reservaba el presidente, Kozyrev en Exteriores, Grachev en Defensa, Barannikov en Seguridad y Víktor Yerin en Interior, mantuvieron sus puestos.
En contrapartida, el 22 de diciembre los diputados pasaron la nueva Ley de Gobierno por la que el Legislativo debía ratificar los nombramientos de estos cuatro ministerios, y Yeltsin se apresuró a quitar lustre a la autoproclamada victoria de los diputados asegurando que la reforma económica era irreversible, sin vuelta atrás.

 

Compartir

Popular

Artículos relacionados
Related

LOS CAPITALES: Las remesas suman 5 meses a la baja: en agosto, cayeron 8.3%

Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ Las remesas en agosto sumaron 5,578...

La Merced, corazón vivo de México

Adrián García Aguirre / Cdmx *Su origen se debe a...

LIBROS DE AYER Y HOY: Aquel 2 de octubre y la justificación priísta de la violencia

Teresa Gil laislaquebillaba@yahoo.com.mx Lo que está sucediendo en Gaza, es tratar...

La Espinita

Andy S. K. Brown*   Otro 2 de octubre para no...