Teresa Gil
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La obra de Banksy sobre un juez que golpea a un manifestante tirado en el suelo con un cartel rociado de sangre, ha puesto de puntillas al gobierno inglés, su judicatura y a la realeza. El reconocido pintor, que suele dejar impresa su obra de manera anónima y que hasta este momento no se conoce su nombre, está sujeto a investigación y podría ser procesado y darse a conocer ese nombre. Al menos hasta el momento de escribir ésto no se ha dado a conocer lo anunciado. Pero llama la atención
el escándalo que hacen los poderosos cuando se les toca directamente, más tratándose de jueces que en casi todos los países se consideran intocables. No hemos olvidado que en ese país Julian Assange fue sometido a una sentencia injusta por varios años, solo por haber dado a conocer las agresiones de los imperios. A diario vemos a un mundo que es sometido a todo tipo de agresiones por personas del poder y todavía hay protestas por las críticas de parte de éste, y hasta sectores de la población que se suman. Lo estamos viendo en Brasil, donde se dirime el caso del golpe de Bolsonaro y la defensa que hacen de él sectores de la población, cuando fue violenta la acción del ex presidente para impedir que accediera al poder Lula da Silva. Incluso con anterioridad, jueces enviaron a prisión al actual mandatario, en casos que se demostraron injustos después.
EN APOYO A ISRAEL, TRUMP PRESUME DE QUE NO HAY VIOLENCIA EN SU PAÍS.
En este momento dos hechos confirman la contradicción que se expresa por ejemplo desde Estados Unidos, para evaluar la credibilidad que puede tener su gobierno: es atacado Hamas en el momento en el que se supone hay negociación con Israel para decidir el futuro inmediato de Gaza (sobre la que permanece además, la embestida) y mueren seis integrantes. Por otro lado, veamos la postura de Trump ante la agresión sufrida por el influencer de derecha Charlie Kirk, asesinado de un balazo en una reunión universitaria en Utah. Trump que ha impulsado la violencia de Israel, sigue apoyando a Netanyahu y ejerce esa violencia diaria sobre todo en los migrantes, señala palabras que pueden ser clásicas por inciertas, porque sabemos lo anterior: “la violencia no tiene cabida en nuestra vida pública”. Los casos son parte del comportamiento del gobierno gringo sobre el que desde luego no se puede confiar. A él mismo se le adjudica también el caso Assange, porque la devastación procedía de América.
LA CENSURA SOBRE LAS OBRAS DE ARTE, DEBEN TENER DEFENSA DE LA ONU
Como lo hacen miles de artistas en el mundo, las obras que producen pueden reflejar lo que vive un país o el mundo. Y exhibir el punto de vista de cada artista. Los derechos universales que al respecto protege la ONU entran en el respeto a exponer la visión individual. Si en el edificio de la Corte mexicana, se hubiera pintado en tiempos anteriores un signo de pesos por ejemplo, demostraría la verdad de lo impreso. De hecho en una protesta que se dio frente a la Corte hace dos años y que fue devastada por los opositores, los protestantes pusieron una serie de recados que involucraban a ese poder. La propia oposición grita ofensas y las lleva escritas en carteles mientras hace marchas contra los gobiernos de Morena. El poder judicial inglés que es el que se está lanzando contra Banksy puede estar actuando como lo hace la Corte gringa a la que recurre Trump, cuando jueces de bajada lo están sentenciando. De servil.
