CIUDAD DE MÉXCICO.- En junio de 2025, el consumo privado mostró un desempeño positivo al crecer 0.8% mensual en cifras desestacionalizadas, con un avance anual de 1.1%. Ante ello, se confirma un patrón de crecimiento moderado, pero con clara divergencia entre componentes: el consumo de bienes y servicios nacionales se mantuvo estancado (0.0% mensual), con un repunte marginal en bienes (+0.3%) y ligera caída en servicios (-0.1%), mientras que el gasto en bienes importados repuntó con fuerza (+4.9% mensual y +4.4% anual).
En cifras originales, el consumo privado acumuló en el periodo enero–junio una caída de -0.5%, resultado de la debilidad en bienes nacionales y en importados, aunque con cierta compensación por el dinamismo en servicios.
Este desempeño refuerza que, si bien el consumo sigue aportando soporte al panorama económico, lo hace de manera más frágil y con creciente dependencia de los componentes externos. El consumo aporta cerca de dos terceras partes del PIB.
Por su parte, la formación bruta de capital fijo retrocedió -1.4% mensual en junio y una caída anual de -6.8%, manteniendo tendencia descendente. La inversión en construcción disminuyó (-0.8% mensual), reflejo de la contracción del segmento residencial (-2.0%), mientras la no residencial apenas compensó con +0.7%. La inversión en maquinaria y equipo cayó -1.6% mensual, con un marcado retroceso en el componente nacional (-3.3%) frente a una baja moderada en el importado (-0.5%). A tasa anual, la caída es más aguda en maquinaria y equipo (-11.4%), sobre todo en transporte nacional (-15.5%).
Estos datos confirman la desaceleración de la inversión y limitan el potencial de crecimiento del PIB. En el acumulado enero–junio de 2025, la formación bruta de capital fijo cayó -6.9% anual en cifras originales. La construcción retrocedió -5.4%, con un contraste marcado entre el avance de la residencial (+8.2%) y la fuerte contracción de la no residencial (-15.9%). La inversión en maquinaria y equipo disminuyó -8.4%. Reflejando la debilidad generalizada de la inversión productiva.
El panorama de la demanda interna se caracteriza por una marcada divergencia entre el consumo y la inversión. El primero mantiene una trayectoria de crecimiento moderado, impulsado recientemente por el dinamismo de los bienes importados, lo que ha permitido que el gasto de los hogares sea como un amortiguador en la demanda interna.
Esta resiliencia ha evitado una desaceleración más pronunciada, aunque también refleja cierta fragilidad, dado que los bienes de origen nacional continúan mostrando poco dinamismo.
En contraste, la inversión mantiene una tendencia descendente, con retrocesos tanto en maquinaria y equipo como en construcción, subrayando la debilidad de la inversión pública.
La demanda interna perfila un crecimiento que, en el corto plazo, se apoya en el gasto corriente de los hogares, pero que en el mediano y largo plazo enfrenta limitaciones significativas para elevar la productividad y sostener un ritmo más sólido de expansión económica.
AM.MX/fm
