CIUDAD DE MÉXICO.- El ajonjolí, conocido también como sésamo, es una semilla diminuta de color dorado que ha sido parte de la gastronomía mexicana durante siglos. Este ingrediente, valorado por su versatilidad y alto contenido nutricional, sobresale como un aliado natural para el cuidado de los huesos y articulaciones, gracias a su notable riqueza en calcio, ácidos grasos omega y antioxidantes, según datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER).
El ajonjolí no solo aporta sabor y textura a diversos platillos tradicionales y contemporáneos, sino que se ha consolidado como una opción saludable para quienes buscan fortalecer huesos y reducir molestias articulares. La SADER informa que México figura entre los principales productores mundiales de ajonjolí, con estados como Guerrero, Sinaloa y Michoacán liderando el cultivo de esta semilla.
Incorporar una cucharada de ajonjolí en la dieta diaria resulta simple: puede añadirse a panes, mole, aderezos o postres, permitiendo aprovechar sus propiedades sin alterar la preparación habitual de los alimentos. Este sencillo gesto matutino puede marcar la diferencia en el bienestar articular y óseo, especialmente en personas con desgaste debido a la edad, actividad física intensa o dietas deficientes en minerales.
El ajonjolí destaca por su elevado contenido de calcio, mineral crucial para el fortalecimiento de huesos y dientes, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER). Cada porción aporta, además, hierro, magnesio y zinc, elementos esenciales para mantener la producción de energía, la función inmunitaria y el equilibrio metabólico. Su consumo regular contribuye a la prevención de enfermedades óseas y ayuda a disminuir el riesgo de fracturas.
La fibra presente en el ajonjolí suaviza el tránsito digestivo y contribuye a la regulación de la glucosa en sangre, beneficiando a la salud metabólica general. Esta fibra también genera una mayor sensación de saciedad, ayudando a evitar el consumo excesivo de calorías a lo largo del día.
Una de las virtudes del ajonjolí es su aporte en ácidos grasos poliinsaturados, en particular el omega 6. Estos compuestos no solo apoyan la salud cardiovascular, sino que ayudan a disminuir el colesterol LDL (conocido como colesterol “malo”) y reducen la inflamación en articulaciones, brindando alivio ante molestias por desgaste o sobrecarga, según el reporte de SADER.
Además, el ajonjolí ofrece antioxidantes naturales capaces de proteger a las células del daño oxidativo. Estos antioxidantes resultan clave para la prevención de enfermedades crónicas y el retraso del envejecimiento articular y óseo.
Proteína vegetal y versatilidad en dietas especiales: cómo incluir el ajonjolí a tu rutina diaria
Aunque el contenido proteico del ajonjolí es inferior al de legumbres y frutos secos, aporta una cantidad significativa de proteínas vegetales para quienes optan por dietas vegetarianas o veganas. Esto lo convierte en un complemento idóneo para planes alimenticios que buscan fuentes alternativas de proteína y micronutrientes.
El ajonjolí puede incorporarse fácilmente en la alimentación cotidiana a través de granolas, batidos, ensaladas y hasta en postres, elevando el perfil nutritivo de los platillos de forma sencilla y accesible.
A pesar de sus múltiples beneficios, el ajonjolí no es un producto milagroso. Su efectividad depende del conjunto de hábitos de vida, una dieta balanceada y ejercicio regular. Además, personas alérgicas a las semillas deben evitarlo y siempre se recomienda consultar a un médico, nutriólogo o dietista antes de incrementar su consumo, especialmente en casos de condiciones de salud preexistentes.
Una cucharada de ajonjolí por la mañana puede convertirse en un pequeño gesto que brinde grandes beneficios para los huesos, las articulaciones y la salud en general. Su legado en la cocina y la medicina natural continúa vigente, respaldado por siglos de tradición y evidencia nutricional actual.
AM.MX/fm
