⦁ Gracias a la invitación de Fundación Kasuga, Coloria (Organización no gubernamental, con sede en Madrid, España) impartió, por primera vez en México, talleres de creatividad en los que niñas y niños de escuelas públicas escriben sus propios finales para cuentos sin conclusión; así, reflexionan sobre temas como la autoestima, la resiliencia y la empatía.
⦁ Hasta ahora, más de 20,000 niñas y niños alrededor del mundo han participado en este proyecto; los resultados muestran que el 84% de los menores que viven la experiencia mejora su confianza.
CIUDAD DE MÉXICO.- Más de la mitad de los 40 millones de niñas, niños y adolescentes que viven en México crecen enfrentando alguno o varios retos sociales y económicos, principalmente, según la UNICEF. En ese escenario, que los menores puedan imaginar un final distinto, para su día o para una historia es un acto de transformación y el primer paso para cambiar su realidad.
Con esta premisa, Coloria, organización sin fines de lucro con sede en Madrid, España que empodera a la niñez a través del autoconocimiento y la gestión emocional, llegó a México por invitación de Fundación Kasuga para realizar una experiencia educativa sin precedentes. En ella, estudiantes de escuelas públicas sensibilizaron sus sentidos, escucharon historias y luego fueron invitados a imaginar y escribir su propio desenlace.
“Esta iniciativa es una muestra de que es posible innovar en educación desde un punto de vista emocional. Nuestro compromiso está con las infancias y con impulsar aquellas áreas en las que el sistema educativo tradicional no tiene su objetivo principal, como las iniciativas para que niñas y niños comiencen a descubrir su gran potencial y a reconocer su valor en la sociedad. Esto implica escucharles, brindarles recursos para conocerse y fortalecer la confianza en su propia voz”, explicó Rodrigo Viesca, Consejero de Fundación Kasuga, asociación civil que tiene como objetivo identificar e impulsar la innovación educativa en México.
Escribir (y dibujar) para sanar
La experiencia se realizó en las escuelas públicas Profesor Federico Herrera Martínez y Héroes de la Naval, ambas de la CDMX, con grupos de segundo, tercero y sexto grado de primaria con estudiantes de entre 5 y 11 años. Tras una sesión de juegos creativos y multisensoriales para conectar con sus talentos, los menores conocieron las historias de Pequeño Roni y Samara y la gran pregunta, ambas con el final abierto; de manera que, al escribir y dibujar su propio desenlace, cada niña y niño se convirtieron en coautores.
Se trabaja con todo tipo de infancias, con especial foco en infancia vulnerable o en riesgo de exclusión social como aquellas que pueden experimentar migración, exclusión, distintos tipos de violencia y desigualdad social, entre otros problemas sociales, llevando talleres a centros comunitarios, bibliotecas, hospitales y escuelas públicas. Cada sesión ofrece una experiencia multisensorial que despierta la imaginación, fomenta la reflexión y fortalece sus habilidades emocionales.
“La experiencia fue emotiva. Verlos abrirse a crear y compartir nos enseñó mucho sobre las inquietudes que enfrentan las infancias en México. Además, nos encontramos con unos grupos especialmente participativos y comprometidos que vibraron con la propuesta”, afirmó Pedro Vaquero, fundador y CEO de Coloria.
“Me sigue fascinando el entusiasmo que surge cuando les propones actividades que parten de la metáfora; se conectan con la historia de forma natural, sin sentirse invadidos ni con la presión de que alguien les diga lo que va a ocurrir”, comparte Mar Somoza, Directora de Marketing, Comunicación y Contenidos de Coloria.
Más de 20,000 niñas y niños han formado parte del proyecto, y más de 5,000 han participado en talleres presenciales. Además, se han entregado más 500 becas y han beneficiado a más de 2, 500 menores. A nivel global, la iniciativa ha llegado a más de 70,000 personas en 130 países. Los resultados hablan por sí solos, el 84% se siente más creativo y con mayor confianza en sí mismo y el 90% muestra mejoras en su bienestar emocional durante la actividad.
Su historia, su libro
Los testimonios lo dicen todo. Ana, una de las docentes participantes, lo resume así: “la imaginación es algo que los estudiantes están perdiendo y este tipo de actividades les recuerda que pueden ir más allá”. Mientras que, para Josué, estudiante de sexto de primaria “el taller fue muy interesante y divertido porque pude imaginar distintos escenarios, y, haber ayudado a la protagonista del cuento me hizo sentir orgulloso y contento”.
Posteriormente, cada participante recibirá un libro físico con su nombre en la portada como coautor, acompañado de una ilustración realizada por ellos mismos y el final que redactaron para la historia.
Cabe señalar que para que esta gran experiencia fuera posible, se contó con el apoyo de Educación para Compartir, organización que promueve la educación a través del juego y quien también brindó acompañamiento a Coloria en las escuelas.
AM.MX/fm