lunes, mayo 19, 2025

ÍNDICE POLÍTICO

FRANCISCO RODRÍGUEZ

Pleito en el gabinete deja a EU la política de seguridad

Ni falta hace que le diga que la historia es cíclica. Que se repite como en el caso de los titulares de la seguridad pública o ciudadana, como ahora le llaman, dejando fuera a niños, jóvenes y extranjeros. Sólo para quienes tengan credencial del INE.

Reeditada, hoy vivimos lo mismo que sucedió en el calderonato cuando el ahora recluso y entonces, según algunos de sus fans era el policía de titanio Genaro García Luna se enfrentaba a diario con los titulares de las Fuerzas Armadas y de la entonces llamada Procuraduría General de la República.

Hoy ya no es quien cursa una pena de 38 años de prisión en los Estados Unidos, sino el favorito de Palacio Omar García quien trae pleito casado con el secretario de la Defensa, Ricardo Trevilla, aunque haga tours en los medios para desmentirlo y hasta haga viajes a los estados al lado del general de cuatro estrellas.

Todo inició cuando El Batman, como llaman sus paniaguados al titular de la SSC, nombró a quien fuera su segundo de abordo en la policía de CDMX, Israel Benítez López, como titular de Pemex Logística, área de la petrolera encargada de vigilar ductos y evitar el huachicoleo entre otras tareas. Mismo cargo que ocupó, por cierto, el general peñista Eduardo León Trauwitz de infausto recuerdo.

Pero sucede que El Jefe Máximo, como también llaman a Benítez, ha sido ampliamente cuestionado por la posesión de lujosos ranchos, salones de fiestas, residencias de las que se hizo durante su carrera policiaca que culminó como subsecretario de Operación Policial en la SSC-CDMX. Pésimos antecedentes para un cargo en el cual se debería exigir máxima honradez.

Ante ello, en Lomas de Sotelo comenzó a manejarse que dicho nombramiento de don Omar le había pegado directamente en los bolsillos a muchos altos jefes militares, pues el cargo en Pemex siempre se había reservado para un general del Ejército Nacional.

Los roces García-Trevilla continúan pues, sin personal operativo y sin que todavía se haga cargo de la “inteligencia”, el joven Omar se adjudica en boletines y redes todos los logros que alcanzan militares y marinos, a quienes relega o de plano ignora cuando da a conocer los operativos exitosos. Se cuelga medallas que no le corresponden, pues.

Y las diferencias SSC-Defensa llegaron a su clímax hace unos días por los archivos confidenciales y reservados por cuestiones de seguridad nacional que García está empeñado en que le sean entregados por Trevilla.

¡No se los van a dar!

Ni, aunque patalee y haga berrinche frente a quien lo convirtió en su favorito.

Desconfianza bien ganada por la 4T

Y así, mientras ambos colaboradores de Claudia Sheinbaum se pelean por recursos económicos y por sus parcelitas de poder –sin que ella los llame al orden y les repita cuáles son sus prioridades–, el gobierno estadounidense ya tomó el control de la lucha contra la delincuencia.

Desde la Casa Blanca y dependencias como Seguridad Interior, la del Tesoro y el Pentágono se dan las órdenes y aquí la Fiscalía de Alejandro Gertz se pliega a ellas, coordinado, él sí, con elementos de la Marina Armada y de la Defensa Nacional, como sucedió la semana anterior cuando se difundió un operativo que resultó en la destrucción de narcolaboratorios y decomisos de enervantes.

Tal es la muy cacareada soberanía nacional. Los güeros dicen qué, cómo, cuándo y dónde. Los morenistas actúan en consecuencia. Eso sí, “sin subordinación –no se ría– sólo con coordinación”.

¡Pamplinas!, pues. Donald Trump y sus funcionarios más allegados a cada rato expresan que México es un narcoestado en el que el gobierno de Cuarta… Transformación mantiene una “intolerable alianza” con los delincuentes. Desde el norte ven a su vecino del sur con recelo, y por tal anuncien acciones punitivas, en tanto mantienen buques de guerra en los límites de nuestras costas, vuelos de reconocimiento tanto de aviones como de drones, decenas de miles de soldados y guardias nacionales en a línea fronteriza e infiltración de sus agentes en los operativos anticrimen.

Y sí, es cierto, nuestro aparato gubernamental –de alguna manera hay que llamarlo– tiene miedo de enfrentar al poder del narco, no sólo por el incremento de la violencia que de ello resultaría, sino por la pérdida de un socio y compinche que hasta ahora le ha resultado funcional a la (mal) llamada Cuarta Transformación.

Todo ello mientras la población indefensa está en el terror que provocan las bandas delincuenciales empoderadas.

¡Hasta los diagnósticos los hace la DEA!

Aparte de las cifras engañosas sobre descenso de homicidios, captura de delincuentes que quien sabe donde estén recluidos y toneladas de droga incautadas sin que sepamos dónde y quien las almacena, ¿conoce usted de algún diagnóstico real que las autoridades sin autoridad hayan presentado a la consideración de quienes los mantenemos con nuestro pago de impuestos?

No. Nadie sabe. Nadie supo. De no ser porque anualmente la DEA da a conocer un reporte llamado Evaluación Nacional de Amenaza de Drogas 2025, los funcionarios de aquí no sabrían ni a quienes enfrentar.

Lo que ya sabíamos es lo que hace años nos informó el ahora exjefe del Comando Norte de Estados Unidos, Glen D. VanHerck: que “narcóticos, migración, tráfico humano cubren el treinta o treinta y cinco por ciento de México”.

Declaraciones tonantes de VanHerck con los volvía a pasearse frente a la puerta de Palacio Nacional el fantasma de Manuel Noriega, aquel cacique panameño que fue defenestrado por las fuerzas armadas de Ronald Reagan por oponerse a las reglas del acuerdo contra el tráfico de drogas. Es importante no olvidarlo.

Por el reporte de la DEA emitido la semana anterior hoy sabemos –ojalá también lo conozcan en el llamado gabinete de seguridad– que ¡medio millón de mexicanos se emplean en los cárteles del narcotráfico! Muchos más, el doble, de los que están en la nómina de WalMart. Cuatro veces más que quienes trabajan en Pemex. La mitad de la nutrida burocracia federal.

Por la DEA ya sabemos que el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) son las organizaciones criminales con mayor presencia territorial y operativa en México. El primero con presencia en 31 de los 32 estados de la República. Y que por lo que hace al del llamado Mencho Oceguera tiene fuerte presencia en siete, moderada en diez, y significativa en el resto del país, además de presencia en 40 países.

La agencia también alertó sobre una posible alianza estratégica entre el CJNG y la facción de Los Chapitos, lo que podría aumentar su poder de forma sin precedentes y desbordar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.

El informe revela además que el Cártel del Noreste mantiene presencia en ocho entidades, con bastiones en Zacatecas, Nuevo León, Tamaulipas y la Ciudad de México, y se dedica a delitos como secuestro, extorsión, tráfico de personas y prostitución.

La Familia Michoacana y su facción más poderosa, La Nueva Familia Michoacana, operan principalmente en Michoacán, Guerrero, Morelos y el Estado de México, con células menores en la Ciudad de México. Esta organización controla el puerto de Lázaro Cárdenas, clave para la importación de precursores químicos y cocaína.

El Cártel del Golfo, por su parte, dejó de ser un grupo unificado y ahora actúa a través de facciones como Los Metros y Los Escorpiones, con presencia en Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Ciudad de México, Jalisco y Tabasco.

Y dio a conocer que todos los grupos criminales utilizan el robo y contrabando de combustibles de Pemex como una fuente clave de financiamiento. Este esquema, denominado “negocio negro del petróleo”, incluye operaciones de lavado de dinero entre México y EU.

Huachicoleo fiscal en el que también están “embarrados” funcionarios de la SSC de García, la Defensa de Trevilla, y Aduanas, de Rafael Marín Mollinedo, primo de Nico, quien fuera chofer de AMLO, y también dependiente de la SHCP de Edgar Amador.

¡La nueva mafia del poder!

 

Indicios

Se complicará todavía más la relación con los Estados Unidos en materia de seguridad tras el asesinato, la noche del viernes en una taquería de Tlaquepaque, de dos instructores que colaboraban con la embajada a cargo ya de Ronald Johnson y que habían impartido un curso en la Universidad Policial (Unipol) en Jalisco. En el lugar fallecieron César Guzmán González, un expolicía tapatío que también fue agente de la PGR y colaboró para la Interpol, y Carlos Amador Chavela, hidalguense y perito especializado en delitos financieros, lo mismo que Pablo Cajigal del Ángel, analista de inteligencia de origen chihuahuense –también colaborador de la embajada–, quien resultó con nueve heridas de bala. “El objetivo era César”, indicó una fuente. * * * Y por es todo de lo mucho que tenemos que platicar usted y yo. Le deseo, como siempre, que tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

 

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Redacción/dsc
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Periodista en crecimiento; siempre buscando algo que contar.

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