*Pero nada podrá hacerse. Sólo José Saramago, en su Voto sobre la lucidez anticipa lo que puede ocurrir el dos, tres o cuatro de junio: “En un día lluvioso de elecciones en una ciudad que no se identifica, la mayoría de los electores decide, independientemente, votar en blanco. El gobierno decreta repetir las elecciones una semana después y el voto en blanco aumenta, resultando un ochenta y tres por ciento”… Responderán con las cuentas del gran capitán
Gregorio Ortega Molina
La reforma al Poder Judicial de la Federación es la cereza del despojo. Es momento de que los mexicanos se detengan a evaluar lo que perdieron a cambio de las tarjetas del bienestar, del ir arañando los fines de mes.
Imposible ocultar el daño hecho a las empresas del Estado que deben entregar cuentas porque están bajo el escrutinio internacional. Dejar de sentir en los bolsillos los sobrecostos de Dos Bocas, Tren Maya, Mexicana de Aviación, y otros dislates del príncipe Salina macuspano, pronto resultará imposible, porque la inflación dejó de serlo para transformarse en una recesión, que incluye al estado de ánimo cuando se padece hambre.
Sobre lo anterior, los mexicanos pagamos el sobreprecio de los plásticos del bienestar con la prisión preventiva oficiosa, con la anulación del sector salud, el seguro popular quedó reducido a cenizas, y las transas en Birmex, como lo sucedido en Segalmex, nulifican lo que quedaba de optimismo.
Y habrá que sumar que la educación pública es un reflejo del ideario de Marx Arriaga, de efectos tan dañinos como el consumo de la leche Betty. De la soberanía alimentaria ya ni hablar, crecerán los niveles de importación de alimentos, tanto de los necesarios para silenciar al México bueno y sabio, como aquellos que únicamente consumen los integrantes de este gobierno y la mafia del billete, aliado necesario, como lo muestra el silencio de Carlos Slim, quien no entregó cuentas por el derrumbe de la Línea 12 del metro.
El auténtico precio que pagaremos con la reforma judicial, empezará a sentirse cuando la prisión preventiva oficiosa deje de ser necesaria como amago para imponer silencio y orden, pues la república entera será una cárcel en la que los custodios adquirirán la imagen de lo que son: delincuentes, narcotraficantes, sicarios, y el celoso guarda del pudor de la República y la Constitución será Alejandro Gertz Manero.
Permitimos que transformaran la verdad histórica del gobierno de Peña Nieto, en el aquí no pasa nada del segundo piso de la 4T. Es el primer aviso de lo que en verdad dejará yermo al territorio nacional.
Pero nada podrá hacerse. Sólo José Saramago, en su Voto sobre la lucidez anticipa lo que puede ocurrir el dos, tres o cuatro de junio: “En un día lluvioso de elecciones en una ciudad que no se identifica, la mayoría de los electores decide, independientemente, votar en blanco. El gobierno decreta repetir las elecciones una semana después y el voto en blanco aumenta, resultando un ochenta y tres por ciento. Ante este hecho inesperado el gobierno emprende una serie de investigaciones y toma decisiones autoritarias, represivas e incluso ilegales, tratando de relacionar la victoria del voto en blanco con la llamada «ceguera blanca», enfermedad que había afectado colectivamente a la población cuatro años atrás y que fuera narrada en Ensayo sobre la ceguera. La parte final de la novela es protagonizada por un comisario de la policía enviado a la ciudad para encontrar a los culpables de la presunta rebelión que supuso la victoria del voto en blanco.
“Es una reflexión sobre los mecanismos del poder y las actitudes de los gobernantes ante una posible revolución pacífica protagonizada por un pueblo desesperanzado e incrédulo en medio de las elecciones que legitiman la democracia”.
Responderán con las cuentas del gran capitán.
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