Roberto Vizcaíno
Sin duda la entrega a EU de Ismael ‘El Mayo’ Zambada por su ahijado Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán el 25 de julio de 2024 en un pequeño aeropuerto cercano a El Paso Texas, el fue el parteaguas del predecible fin del narco en la etapa de la 4T en México.
Para entonces el gobierno norteamericano ya había juzgado al capo más importante en el mundo, al histórico Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y tenía en su poder a Ovidio ‘El Ratón’ Guzmán López quien fue extraditado muy a regañadientes por el presidente Andrés Manuel López Obrador en septiembre de 2023, luego de ser recapturado en México en enero del mismo año y quien fue el causante del llamado “Culiacanazo” ocurrido el jueves 17 de octubre de 2019.
Ahí, hasta donde se sabe, inició la gran negociación de ‘Los Chapitos’ y el Gobierno de EU para la demolición y fin del Cartel de Sinaloa, que en ese momento era el más poderoso del mundo con presencia en prácticamente todos los continentes, desde Asia a Australia, Europa, África, EU y muchos otros países de Latinoamérica como Colombia y en Ecuador donde se infiltró hasta llegar a su Presidencia.
De acuerdo a los análisis y seguimiento realizado por el Departamento de Estado, de Justicia, la DEA, el FBI y otros los ingresos de sus operaciones sumaron hasta los 70 mil millones de dólares por año.
Pero el mayor impacto de este Cartel bajo la conducción de ‘Los Chapitos’ ocurrió durante los últimos 5 a 8 años con la introducción del fentanilo que provocó una rápida adicción entre los estadounidenses y la muerte de hasta 120 mil de ellos por año.
El problema se convirtió en un asunto de seguridad Interior y de Estado para la Casa Blanca en cuyo combate el presidente Joe Biden encontró poco respaldo del mandatario mexicano.
En este contexto fue que el FBI tomó el control de la negociación que derivó en la operación de quizá un par de años que derivó en el inusitado y sorpresivo secuestro de Ismael ‘El Mayo’ Zambada y la auto-entrega de Joaquín Guzmán López.
Con esa operación el resto sólo era cosa de tiempo.
LA RESPUESTA ESTÁ EN LA AUTO-ENTREGA DE GRISELDA
Pocos entienden por qué ha ocurrido todo esto. Y la respuesta se encuentra, afirman quienes saben el fondo del entramado, en la autoentrega al FBI de Griselda López Pérez, segunda ex esposa de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y madre de Ovidio y Joaquín Guzmán López el pasado fin de semana en San Ysidro, en la Garita con Tijuana, y a pocos kilómetros de San Diego, California.
Quienes los conocen afirman que Griselda siempre se impuso ante ‘El Chapo’ cuando se trataba de cuidar los intereses y la posición de sus hijos frente a las del resto de las mujeres del capo.
Es así que sus hijos Joaquín y Ovidio -una vez detenido y deportado el capo-fueron quienes heredaron el poder y control de Cartel de Sinaloa a pesar de que no eran los mayores de los hijos de ‘El Chapo’.
Ella fue quien, afirman, ante los asesinatos constantes y cada vez más cercanos, las confrontaciones internas con otros carteles y grupos, de personajes y corrientes del narco en México, comenzó a hablar con ellos para dejar el Cartel de Sinaloa, preservar la vida de ellos y su familia… y su dinero.
El pasado fin de semana ella, Griselda encabezó al grupo de 17 familiares de ‘El Chapo’ que se entregaron al FBI.
La negociación está muy avanzada. Habrá sanciones, sin duda, años de cárcel. Pero todos ‘Los Chapitos’ -como ya se les conoce en todo el mundo- están a salvo. Para ella lo importante que va ganando su sentido de madre. Ese que detectaron los del FBI para iniciar y realizar toda la negociación.
MIENTRAS TRUMP SIGUE CERRANDO SU CERCO SOBRE LA 4T
En medio de esta gran operación sobre la que todavía se escribirá mucho, se da el caso del retiro de visas a la gobernadora de Baja California, la morenista Marina del Pilar Ávila y su marido.
El tema que mantiene enredados no sólo a ella y su gobierno sino que ya atropelló a las mañaneras de la presidenta Claudia Sheinbaum y a los líderes del Senado y la Cámara de Diputados, Adán Augusto López y Ricardo Monreal y de Morena, se centra en una interrogante: ¿porqué le quitaron la visa?
Desde un inicio todos saben por qué: por sus vinculaciones con el narco y por indagatorias sobre lavado de dinero y hasta por el huachicol que se da en esa zona.
Seguramente sonriente, el presidente Donald Trump dio el visto bueno para que su Departamento de Justicia acuse a Pedro Inzunza Noriega y su hijo Pedro Inzunza Coronel, del Cartel de Sinaloa, como narcoterroristas.
Ambos operan la producción y trasiego de fentanilo hacia EU. Y son los que ahora inauguran la etapa de acusados de ser narcoterroristas, con lo que formalmente el gobierno de Donald Trump puede ordenar operaciones militares directas en México.
Eso no significa que a este par mañana les vaya a caer un misil lanzado desde un dron o que vaya a entrar un comando por ellos, lo que si significa es que ahora las negociaciones de EU con la presidenta Claudia Sheinbaum incluyen estas posibilidades.
“Se les describe como líderes de una de las redes de producción de fentanilo más grandes y sofisticadas del mundo en nombre de la facción Beltrán Leyva del Cártel de Sinaloa”, indicaron las autoridades de EU.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana que encabeza Omar García Harfuch indicó el pasado 1 de julio de 2024 haber desarticulado un grupo delictivo del Cártel de los Beltrán Leyva, liderado por Pedro Inzunza Coronel alias “Pichon” o “Pájaro“, con presencia en Los Mochis, Sinaloa.
De acuerdo con las autoridades estadounidenses, las penas por narcoterrorismo van de cadena perpetua, 20 años de prisión mínima, a una multa económica por más de 20 millones de dólares.
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