lunes, mayo 5, 2025

La Costumbre del Poder: Nos dejamos despojar de la ideología y la fe, a cambio de publicidad y propaganda I/V

*Descubren que, si bien no todo pasado fue mejor, elementos, formas, procederes de ese pasado inocuo los alejan de ese misterio de la iniquidad usado para modificar, radicalmente, la civilización, de tal manera que pueda seguir produciéndose riqueza para unos y miseria para los más

Gregorio Ortega Molina

A los participantes del retiro en la

 Comunidad de El Aguacate

El reordenamiento civilizatorio, cultural y económico que conduce a un nuevo orden geopolítico, no inició este siglo XXI, sino antes de que concluyera el XX y fue fundamentalmente a través del lenguaje y la diversión, distribuida en las plataformas televisivas de paga.

     Debimos abrir los ojos y poner atención cuando el lenguaje común se transformó para abrir la economía, modificar los hábitos, el comercio, a través de los señalamientos en contra de los que no son incluyentes. Recordemos el caso de magistrade Jesús Ociel Baena, que es emblemático para este “nuevo orden”, o el más notorio de Chelsea Elizabeth Manning (nacida como Bradley Edward Manning); una exsoldado y analista de inteligencia del ejército de Estados Unidos, tan centrada que necesitó -para sentirse vivir- entregar a WikiLeaks información que su gobierno no deseaba que se conociera.

     Y de apenas ayer, Emilia Pérez, que se identifica con Rita, una abogada infravalorada que decide trabajar con un temido jefe de un cártel, para ayudarle a fingir su muerte y convertirse en la mujer que siempre soñó ser. El poder no lo es todo.

     El lenguaje se modifica para que nosotros, los usuarios de las palabras, transformemos nuestra idea del futuro, aceptemos una cultura que sustituya la ideología y las creencias que alientan la fe, porque ha de optarse por la publicidad, para que el comercio -de todo tipo, incluido el prohibido, como lo es el narcóticos- no deje de moverse y mover.

       Pero el sucedáneo más peligroso y que todo lo modifica, es la propaganda, porque sustituye las creencias milenarias, los proyectos nacionales o regionales, el fundamento legal de las instituciones que fueron creadas para preservar el orden cívico y civil, por esos otros datos, por la mentira flagrante, por la oferta política que nunca se cumple, debido a la necesidad que tienen los que gobiernan de permanecer en la cúpula.

     Asistimos al asentamiento de la iniquidad -del Mysterium iniquitatis tal como lo muestra en su ensayo Sergio Quinzio, donde de entrada nos advierte: “Ni siquiera la enseñanza de la Iglesia se ha librado: últimamente las afirmaciones más intransigentes en el ámbito moral, especialmente sobre ética sexual (afirmaciones que distan de un acuerdo general en la Iglesia), derivan la atención primaria dedicada a contenidos de la fe cristiana hacia otros contenidos que puedan ser compartidos también por una parte de los creyentes. A menudo, éstos están dispuestos a aceptar una nueva propuesta del antiguo formulario moral o moralista al que conceden, pese a considerarlo <<superado>>. Una venerable y, en el fondo, inocua coherencia”.

     Descubren que, si bien no todo pasado fue mejor, elementos, formas, procederes de ese pasado inocuo los alejan de ese misterio de la iniquidad usado para modificar, radicalmente, la civilización, de tal manera que pueda seguir produciéndose riqueza para unos y miseria para los más.

www.gregorioortega.blog                                             @OrtegaGregorio


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