jueves, mayo 1, 2025

La última gran inundación de la Ciudad de México

Adrián García Aguirre / CDMX

*El fenómeno ocurrió hace más de medio siglo.
*En 1951, el agua se extendió en calles, casas y negocios.
*Serios y graves daños en el primer plano de la capital.
*Las afectaciones duraron más de tres meses.
*Los habitantes adaptaron puentes y pasillos improvisados.

Solamente así fue posible para llevar a cabo sus actividades.
La cuenca del Valle de México es endorreica, está rodeada de cuerpos montañosos y cubierta por áreas lacustre, y en la era glaciar durante el periodo cuaternario, se cerró, dejando sin salida las aguas pluviales, lo que derivó en la conformación de grandes lagos en la zona, como los de Texcoco, Xochimilco, Chalco, y al norte el de Zumpango.
La mayoría de estos cuerpos de agua se fueron desecando con el paso del tiempo derivado del desequilibrio ambiental.
En la cuenca de México se asentaron hace varios siglos antiguas culturas, una de ellas fue la civilización mexica, que llegó entre los años 1150- 1300 a asentarse en los lagos del valle de México. Actualmente es la zona más poblada del país, con cerca de 22 millones de habitantes.
Esta región ha enfrentado varios problemas derivados de que no se cuentan con suficientes salidas de agua, para ello se crearon varios desagües en la ciudad.
Uno de ellos fue el construido por Enrico Martínez, en 1607, fue el primer interesado que buscó sacar las aguas fuera de la cuenca, mediante la creación de un túnel y una abertura entre los cerros. Este sistema de ríos fue conocido como el “Tajo de Nochistongo”.
Un segundo intento se realizó hasta el año de 1900 cuando se construyó el “Gran Canal del Desagüe”, que tenía salida de la cuenca a través del Túnel de Tequisquiac; sin embargo, el aumento de la población requirió de más esfuerzos para filtrar el agua. Fue hasta la década de los años sesenta que se construyó el drenaje profundo en la ciudad.
No obstante, durante la década de 1940 del siglo pasado, el aumento de la población provocó que fueran superados los desagües existentes, lo que ocasionó que se inundaran las calles de la Ciudad de México en diversas ocasiones.
A finales de la década de los años cuarenta y principios de los cincuenta, la Ciudad de México enfrento grandes inundaciones que afectaron a toda la cuenca, provocando daños en la economía y en la sociedad.
Una de las inundaciones que más impacto tuvo en la población, fue la sucedida el 8 de junio de 1951, que provocó que el primer plano de la ciudad quedara bajo el agua, calles como Allende, República de Argentina y República de Chile registraron encharcamientos de mínimo 40 cm de altura.
Una de las crónicas que deja ver el impacto de esta inundación es la de Adrián Figueroa para el diario La Crónica, quien mencionó que:
“Aquella tarde noche dominical transcurría en forma normal. Las personas paseaban por las calles, se divertían en los cines o realizaban las compras, cuando el cielo se oscureció e inició la intensa lluvia, la mayor precipitación pluvial de la segunda mitad del siglo XX, con cincuenta milímetros cúbicos hora.
Las afectaciones de esta lluvia llegaron hasta las calles de República de Costa Rica, Tepito y La Lagunilla, que en un reportaje publicado en el periódico Excélsior, se convirtió en una verdadera laguna.
En Santa María la Ribera, Nonoalco, 16 de septiembre, Motolinía y Madero solamente se podía cruzar a través balsas de hule y lanchas madera, mientras otros lugares que sufrieron los estragos del aguacero fueron la colonia Condesa, Roma, Obrera, Doctores, San Pedro de los Pinos y Portales.
De acuerdo con crónicas de la época, las personas afectadas por las inundaciones fueron cerca de 30.000, y los daños de esta gran inundación duraron tres meses, en los que los comercios del centro de México tuvieron que adaptarse, colocando pasillos de tabiques y madera para que pudieran seguir trabajando.
Derivado de este suceso, el gobierno del Distrito Federal realizó la apertura de nuevos desagües en la ciudad, uno de ellos fue el acueducto que conducía al río Lerma. A pesar de que los desagües han aumentado, la Ciudad de México sigue siendo una ciudad propensa a inundaciones de menor y gran tamaño como la sucedida en el año de 1951.


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