Por Pedro Camacho
La Real Academia Española ha terminado por aceptar que retirar obstáculos, trabas o anclas a ciertas actividades o fenómenos, como la economía o los precios, es liberalizarlos, pero solo como una segunda acepción (innecesaria y errónea, por cierto) del término. En su acepción original, el verbo liberalizar significa hacer liberal algo que era, según el calificativo opuesto, conservador. Para definir lo que ocurre, por ejemplo, con los precios que estaban sujetos a control, pero se decide librarlos de él, es más apropiado decir que se liberan, porque se hacen libres, no liberales.