Por José Antonio Chávez
El gobernador de Sonora, Alfonso Durazo no le cayó nada bien los señalamientos de su adversaria y paisana, Lilly Téllez.
Lo está presionando para que comparezca, por voluntad propia sobre los millonarios contratos del Instituto Sonorense de Transparencia que se otorgaron a la empresa Inmobiliaria Alta Sierra, en 2022 vinculada a su familia.
Lilly Téllez, senadora del Partido Acción Nacional, interpuso un punto de acuerdo para solicitar la comparecencia de la titular del INE. Guadalupe Taddei para que explique la adjudicación de esos contratos citados.
No pierda de vista que la legisladora por Sonora ventiló que familiares de Taddei se desempeñan en el gobierno de Durazo. Hay una especie de hermandad dirían las familias políticas, por no decir intercambio de favores.
Los panistas respaldaron a Lilly Téllez que, además de estos puntos de enfrentar al gobernador y la responsable de lo electoral, ha sido un verdadero dolor de cabeza y una roca en el zapato de la 4T.
Ella fue quien evitó que López Obrador acudiera a la tradicional entrega de la medalla Belisario Domínguez porque le advirtió que no la pasaría de día de campo, vaya que llevaría bajo el brazo un abultado expediente de reclamos.
Era en respuesta a López Obrador que todas las mañaneras le atizaba a la oposición todos los insultos existentes, no los bajaba de corruptos, que no tenían llenadera y que estaban amafiados con los conservadores, con los empresarios y con los medios de comunicación.
Sin embargo, no gusto nada y comenzó hacer berrinches de una molestia más que grave cuando Lilly Téllez le contestó, junto con las entonces senadoras, también panistas, Kenia López y Xóchitl Gálvez del desfalco de 15 mil millones de pesos en Segalmex que dirigía su amigo Ignacio Ovalle y la casa gris de Houston, donde vivía su hijo y cuya propiedad era de un empresario que mantenía contratos con PEMEX.
Naturalmente que ese fraude de Segalmex de unos 15 mil millones de pesos, la oposición la clasificó como su estafa maestra de la 4T. Y desde luego que fue un severo golpe que no se pudo recuperar.
Lilly Téllez es una política que ha destacado por su carácter al igual que el propio líder de los priistas, Alejandro Moreno “Alito”, dos personajes que no se agachan ni se echan para atrás. Son dos figuras que junto con Ricardo Anaya se perfilan como candidatos Presidenciales naturales de sus partidos al 2030.
Son los tres aspirantes en el radar, mientras que en Morena la lista sigue igual con las corcholatas que López Obrador dejó en el camino, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Adán Augusto. Cuantos más se sumarán, anote a Andy López Obrador, hijo del ex Presidente que puede ser la imposición, aunque la Presidenta Claudia Sheinbaum impulsará, con todo el sistema a su delfín, Omar García Harfuch.
Lilly Téllez y Alito son los políticos con más carácter que más enfrentan a la 4T y eso no ha gustado a la que hoy manda en Palacio Nacional. Basta recordar como le ha ido al presidente del senado, Gerardo Fernández Noroña que, la sonorense no pierde oportunidad para atizarle hasta con la cubeta, amén del apodo de chango león que le bautizo.
Y Alito, cuando subió, en el Pleno al lugar de Noroña para encararlo y con gritos de respétame, porque en la sesión no le quería dar la palabra, desde luego que los gritos en su cara, y que apunto de soltarle un descontón, lo pusieron a temblar.
Hoy se suma, como coordinador de la bancada panista, Ricardo Anaya y no crea que Sheinbaum tendrá un día de campo, puede darse la alianza para cerrar filas y responder a los de Palacio Nacional sobre lo que la oposición considere que son mentiras. Vaya el discurso que no corresponda a la realidad.