sábado, enero 11, 2025

Indispensable una política financiera que apoye la igualdad de género en 2025

CIUDAD DE MÉXICO / SemMéxico.- El crecimiento mundial se mantendrá en el 2.8 por ciento en 2025, sin cambios respecto a 2024, y se advierte que se necesita un mayor crecimiento para reducir la pobreza y avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En la actualidad se requieren 360 mil millones de dólares adicionales por año en los países de desarrollo para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, señala el principal informe económico de la ONU, cuya presentación regional es este 10 de enero.

Un avance informativo señala que las perspectivas económicas de América Latina y el Caribe se deben fortalecer, apoyadas por un gasto más robusto de los hogares y la flexibilización de las políticas monetarias. Sin embargo, la región de América Latina y el Caribe se enfrenta a importantes riesgos a la baja, como las incertidumbres políticas internas y una demanda externa más débil de lo previsto.

El Centro de Información de las Naciones Unidas para México, Cuba y República Dominicana es quien hace la presentación del Informe Situación y Perspectivas de la Economía Mundial (WESP) 2025, el cual brinda un análisis detallado del panorama económico actual y futuro de la región.

El septiembre ONU recomendó política monetaria que promueva un crecimiento incluyente y sostenible.

El avance del informe dado a conocer el 3 de septiembre de 2024 destaca que los objetivos de la política monetaria convencional se limitan a la reducción de la inflación y el aumento o mantenimiento de las tasas de crecimiento tanto en las economías desarrolladas como en las economías en desarrollo, sin tomar en cuenta los contextos demográficos, de género o raciales.

Advierte que los periodos inflacionarios en sí mismos, en general afectan desproporcionadamente a las mujeres al aumentar los precios de los bienes de consumo de las mujeres más que de los hombres, aumentar el costo del cuidado infantil y exacerbar las disparidades salariales.

Por lo que proponen que la política monetaria sería más capaz de apoyar la igualdad de género si estuviera respaldada por otras políticas e instrumentos en los ámbitos macroeconómico, social y jurídico.

Aunque la economía mundial ha demostrado su capacidad de resistencia, soportando una serie de perturbaciones que se refuerzan mutuamente, el crecimiento se mantiene por debajo de la media prepandémica del 3.2 por ciento, limitado por la debilidad de la inversión, el lento crecimiento de la productividad y los elevados niveles de deuda.

Entre 2015 y 2024, el crecimiento medio del PIB regional fue de solo el 0.9 por ciento, la tasa más baja de cualquier década desde los años cincuenta. Así pues, el PIB per cápita sigue estancado, al mismo nivel que hace diez años. Para mejorar los resultados del mercado laboral, elevar el nivel de vida y avanzar hacia los ODS, es crucial acelerar el crecimiento económico.

La política monetaria puede afectar el ODS 5

El informe de septiembre 2024 propone promover un crecimiento incluyente y sostenible, ya que se advierte, que la restricción monetaria puede afectar a las mujeres al socavar los esfuerzo por lograr la igualdad de género representada por el ODS 5: Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas. La igualdad de género es fundamental para el desarrollo sostenible de la sociedad y para conseguir un mundo próspero y equitativo.

A pesar de los avances en las últimas décadas, las mujeres y niñas de todo el mundo siguen sin experimentar una igualdad de derechos real.

En la mayoría de las economías, la política monetaria se aplica con el foco puesto en un conjunto bastante limitado de objetivos como la reducción de la inflación y el aumento o el mantenimiento de las tasas de crecimiento. Sin embargo, pasa por alto el potencial de este poderoso instrumento macroeconómico para promover un crecimiento incluyente y sostenible.

La presencia de mujeres en puestos de liderazgo y de toma de decisiones en los bancos centrales también ayudaría a que la política monetaria fuera más incluyente en materia de género.

Advierte de implicaciones para la igualdad de género y el ODS 5, la política monetaria como muchas otras políticas macroeconómicas, se ocupa de los agregados económicos, pero presta poca atención a cuestiones distributivas como la desigualdad de género. Sin embargo, las herramientas de la política monetaria pueden actuar como un mecanismo de transmisión, y tener un impacto más amplio que sólo ayudar a reducir la inflación.

Detalla que los resultados de las políticas están influenciados por las características institucionales, el tipo de herramientas de política y la estructura socioeconómica de la sociedad y se transmiten de manera desigual entre mujeres y hombres. Por lo tanto, la política monetaria deber evaluarse en términos más amplios de impactos socioeconómicos, dado el contexto social de cada país.

Señala que los resultados diferenciados por género de la política monetaria se obtienen debido a las diferentes posiciones de mujeres y hombres en la economía, tanto en el mercado (remuneración) como fuera del mercado (no remuneración).

Las oportunidades limitadas de educación y empleo de niñas y mujeres, la feminización de la pobreza, los desafíos en el acceso a la financiación y en la acumulación de activos alimentan la desigualdad de género, que conduce la subutilización de las habilidades y talentos de casi la mitad de la población y socava el crecimiento agregado.

La desigualdad de género tiene un costo económico y afecta el crecimiento y el desarrollo de los países con implicaciones directas para el ODS 5 que buscan lograr la igualdad de género para un desarrollo inclusivo y sostenible. Por lo tanto, el objetivo final debe ser eliminar la desigualdad de género.

¿Cuál es la situación de las mujeres?

En el informe de septiembre 2024 sobre las perspectivas económicas se vio un regreso de la política monetaria convencional para reducir la inflación monetaria y la liquidez tanto en las economías desarrolladas como las economías en desarrollo.

Las posibilidades de lograr el ODS 5 para 2030 ya son escasas, desviar recursos de este propósito obstaculizará aún más el progreso hacia la igualdad de género y se necesitan más 300 mil millones de dólares adicionales para alcanzar la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas.

Las mujeres tienen más probabilidades de ser pobres, de acuerdo con una proyección de ONU Mujeres, 380 millones de mujeres vivieron con 2,15 dólares al día en 2024, en comparación con 366 millones de hombres.

Según las tendencias actuales, más de 350 millones de mujeres y niñas seguirán viviendo en la pobreza extrema en 2030, y una de cada cuatro sufrirá inseguridad alimentaria moderada grave. En un escenario de “daños elevados”, la situación puede ser mucho peor con más de 400 millones de mujeres y niñas viviendo en la pobreza extrema.

La pobreza de las mujeres suele deberse a condiciones discriminatorias en los mercados laborales, un acceso limitado a recursos y activos financieros y normas culturales profundamente arraigadas que limita la participación de las mujeres en la educación, el empleo decente y la toma de decisiones.

Por lo tanto, es fundamental comprender el papel de la insuficiencia de leyes y la aplicación de las leyes existentes que regulan la vida laboral de las mujeres y protegen sus derechos económicos y sociales.

El Índice de la Mujer, la Empresa y el Derecho del Banco Mundial muestra que las condiciones de juego no son equitativas para las mujeres y para los hombres (Banco Mundial 2024). Los sesgos de género en las leyes afectan a las mujeres tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo, pero los efectos de estos sesgos son más pronunciados en Oriente Medio y el norte de África.

A nivel mundial más de tres mil 900 millones de mujeres se enfrentan a barreras legales que afectan su participación económica. De las 190 economías evaluadas en 2024, 98 han promulgado leyes que exigen la igualdad de remuneración para las mujeres por un trabajo de igual valor, pero sólo 35 han adoptado medidas de transparencia salarial o mecanismos de aplicación para abordar la brecha salarial.

Sólo el 44 por ciento de las disposiciones jurídicas que apoyan la iniciativa empresarial de las mujeres están en vigor.

En 21 países no se concede a las mujeres el mismo poder administrativo y los mismos derechos de propiedad sobre bienes inmuebles, incluida la tierra. En todo el mundo, alrededor del 23 por ciento de los países emplean leyes sucesorias sesgadas, que discriminan específicamente a las viudas y a las hijas.

La desigualdad de derechos legales en materia de recursos financieros, propiedad y herencias obstaculiza la capacidad de las mujeres para acumular activos.

Las prácticas laborales discriminatorias y las disparidades salariales limitan aún más las oportunidades de las mujeres para adquirir propiedades o crear riqueza de forma independiente. Las mujeres se quedan con activos limitados y una estabilidad financiera reducida, lo que las hace más vulnerables a las crisis económicas.

Impacto en los resultados del mercado laboral

Las actividades económicas de las mujeres y los hombres difieran en los shocks económicos. En los mercados laborales, la segregación laboral, las diferencias en la vinculación al mercado laboral y la permanencia en el empleo, la concentración en empleos temporales y de tiempo parcial pueden servir como canales de transmisión de efectos diferenciados por género de los shocks de política monetaria.

Las actividades empresariales de las mujeres tienden a ser más sensibles a los cambios en la política monetaria debido a las condiciones ya desfavorables que enfrentan en el acceso al crédito y los servicios financieros.

Alrededor del 80 por ciento de las empresas propiedad de mujeres con necesidades de crédito no están atendidas o están desatendidas, lo que implica una brecha de financiamiento de 1,7 billones de pesos para la pequeña y la mediana empresa.

Es evidente, a las mujeres enfrentan más rechazos que los hombres al solicitar préstamos y cuando obtienen un préstamo pagan intereses más altos que los hombres.

Impacto de ajustes monetarios en ahorros y deudas y activos financieros

El ajuste monetario puede afectar a las mujeres en el acceso a los activos, es decir tierra, vivienda y activos financieros.

Los precios de los activos como vivienda caen cuando aumentan las tasas de interés, lo que hace a las mujeres más difícil acceder a finanzas para comprar activos o realizar pagos. Además, son más reacias al riesgo y menos alfabetizadas financieramente.

Consecuencias no deseadas de la restricción monetaria para las mujeres

Los mercados laborales de los países desarrollados se mantuvieron resilientes en 2023 y 2024 debido, entre ellos, a una sólida actividad económica a pesar del ajuste monetario políticas laborales eficaces, acaparamiento de mano de obra y modalidades de trabajo (por ejemplo, reducción de horas laborales).

La resiliencia de los mercados laborales de los países en desarrollo puede atribuirse en gran medida a las modalidades de trabajo informales, que experimentaron un modesto aumento desde el inicio de la pandemia de COVID 19 y superaron los dos mil millones de personas (de las cuales el 96 por ciento reside en países en desarrollo) en 2023, alcanzando su nivel más alto en dos décadas de acuerdo a la OIT.

Cuatro de cada cinco empleos creados para mujeres se encuentran en la economía informal, para los hombres la proporción es dos de cada tres empleos.

La media de horas trabajadas no se ha recuperado desde la pandemia tanto para hombres como para mujeres, lo que puede afectar la oferta laboral general a largo plazo.

A mediano plazo se prevén importantes ajustes monetarios y fiscales a nivel mundial que probablemente afectarán negativamente las condiciones del mercado laboral. Es probable que el crecimiento del empleo se desacelere, ya que reacciona con retraso a los cambios de producción.

La disparidad en materia de educación y competencia en los sectores que experimentaron un auge tras la pandemia, las responsabilidades de cuidado y la disminución del acceso a un trabajo decente son algunas de las razones del menor crecimiento del empleo para las mujeres.
AM.MX/fm

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