LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- El debate de larga data sobre qué distingue a un actor principal de uno secundario ha resurgido en esta temporada de premios. Un buen ejemplo es la nominada de alto perfil de Netflix “Emilia Pérez”.
El musical en español, dirigido por el aclamado autor francés Jacques Audiard, ya ha cosechado críticas entusiastas y está en condiciones de ser un actor importante en múltiples categorías de los Oscar.
Pero la decisión del estudio de promocionar a Karla Sofía Gascón como mejor actriz y posicionar a su coprotagonista Zoe Saldaña como actriz de reparto ha provocado una acalorada discusión.
De acuerdo con Variety, el papel de Saldaña como Rita, una abogada que ayuda al jefe del cartel de la droga Manitas a fingir su muerte, someterse a una cirugía de reafirmación de género y convertirse en “Emilia Pérez”, impulsa la narrativa de la película. Su extenso tiempo en pantalla respalda este argumento.
Según Matthew Stewart de Screen Time Central , la actuación de Saldaña dura 57 minutos y 50 segundos, lo que representa el 43,69% del metraje de la película. También es un poco más que los 52 minutos y 21 segundos de Gascón (39,54%) en la película. Sus coprotagonistas, Selena Gomez y Adriana Paz, tienen 27:14 (20,57%) y 11:17 (8,52%) de tiempo en pantalla, respectivamente.
“Esto va más allá del tiempo en pantalla”, le dice Stewart a Variety . “En lo que respecta a Emilia y Rita, ambas son personajes independientes con su propio punto de vista. Eso se mantiene constante en todo momento. Yo diría que Rita tiene más un punto de vista, más como un sustituto de la audiencia. Entiendo las estrategias, pero cambiaría la campaña de Saldana por el bien de la pureza”. Significaría arriesgarse a que una de ellas no sea nominada”.
La diferencia de cinco minutos y medio sería la duodécima más grande de todas las categorías de actuación y la cuarta más alta entre dos actrices después de “Peyton Place” de 1957 (Diane Varsi sobre Lana Turner – 11:31), “The Favourite” de 2018 (Emma Stone sobre Olivia Colman – 7:32) y “Carol” de 2015 (Rooney Mara sobre Cate Blanchett – 5:52). Stewart mide el tiempo en pantalla en función de cuándo se ve físicamente al personaje en la pantalla o hablando, incluso si no está en el encuadre.
Esta discrepancia coloca a “Emilia Pérez” en un selecto grupo de películas en las que una interpretación “de reparto” tiene más tiempo en pantalla que su contraparte principal. Si Saldaña fuera nominada como intérprete de reparto, sería la 22.ª vez en la historia de los Oscar que esto ocurre. Otros ejemplos incluyen a Timothy Hutton en “Gente corriente” (1980), cuya victoria como actor de reparto eclipsó la actuación nominada a actriz principal de Mary Tyler Moore por más de 32 minutos.
Una nominación para Saldaña como actriz de reparto sería la 16.ª interpretación más larga en la categoría en términos de porcentaje y la 11.ª si se mide por duración. Si ganara, estaría entre las cinco mejores en ambas áreas, junto con Patty Duke (“The Miracle Worker”), Tatum O’Neal (“Paper Moon”) y Alicia Vikander (“The Danish Girl”). Más notable aún, una victoria para la estrella afrolatina sería la tercera estatuilla de actuación otorgada a una latina después de Rita Moreno y Ariana DeBose, quienes interpretaron el mismo papel en las dos versiones de “West Side Story” en 1961 y 2022.
El término “fraude de categoría” se ha mencionado en varios puntos a lo largo de las temporadas de los Oscar de hoy en día. Si bien la frase puede sonar un poco dramática, apunta a una estrategia sutil pero impactante que emplean los estudios y los activistas para aumentar sus posibilidades de ganar los Oscar.
Si bien la Academia permite a los votantes determinar la ubicación de la categoría independientemente de las campañas de los estudios, los estrategas a menudo guían estas decisiones para maximizar el potencial de nominación. Los casos notables incluyen a Alicia Vikander en “La chica danesa” (2015) y Casey Affleck en “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford” (2007), ambos con un tiempo en pantalla y una importancia narrativa que rivalizaban con sus coprotagonistas principales.
Stewart advierte de la idea errónea de que el papel protagonista y secundario dependen únicamente de la cantidad de tiempo que aparece en pantalla. “No me fijo únicamente en las cifras”, afirma, “todo es subjetivo. Si estás argumentando que ella es secundaria, no hay mucho que lo respalde si miras el panorama general”.
Vale la pena señalar que los votantes no cuentan los minutos de tiempo en pantalla cuando llenan las papeletas, y las intenciones de los realizadores sí importan.
Netflix y los cineastas dicen que el personaje central es Emilia (la película lleva su nombre). Cuando se tiene en cuenta que Gascón interpreta los valientes papeles duales de Manitas y Emilia, se ve cómo la historia gira en torno a ella. Aunque el tiempo en pantalla de Saldaña en “Emilia Pérez” es mayor que el de Gascón, su ubicación en la categoría de reparto sigue un precedente establecido por campañas anteriores, como la ganadora de la mejor película “Chicago” (2002), donde Catherine Zeta-Jones ganó la categoría de actriz de reparto mientras que Renée Zellweger compitió en la categoría de actriz principal.
El debate también funciona al revés. Los votantes del Oscar han reconocido actuaciones como protagonistas que algunos expertos en premios argumentaron que deberían haber hecho campaña como actores secundarios, como Michelle Williams en “The Fabelmans” y Lily Gladstone en “Killers of the Flower Moon”. A veces, ese tipo de cambio da resultado. Anthony Hopkins ganó el premio al mejor actor con solo 24 minutos de tiempo en pantalla en “El silencio de los inocentes” (1991).
Pero seamos claros: el papel de Saldaña ha sido aceptado por los Globos de Oro en la categoría de reparto, mientras que los premios SAG y BAFTA honran la ubicación de la campaña. Cuando llegue el momento de que la Academia complete sus votaciones en enero, es muy poco probable que tomen una decisión consciente de ir contra la corriente estacional. E incluso si deciden hacer un cambio de actitud al estilo de Kate Winslet (cuando obtuvo una nominación como protagonista, en lugar de como actriz de reparto por “The Reader”), podría estar orgullosa junto a su talentosa coprotagonista.
La historia ha demostrado que conseguir dos nominaciones a mejor actriz por la misma película es algo poco frecuente. Solo cinco películas han logrado esta hazaña: “All About Eve” (1950) con Anne Baxter y Bette Davis, “Suddenly, Last Summer” (1959) con Katharine Hepburn y Elizabeth Taylor, “The Turning Point” (1977) con Anne Bancroft y Shirley MacLaine, “Terms of Endearment” (1983) con Shirley MacLaine y Debra Winger, y “Thelma & Louise” (1991) con Geena Davis y Susan Sarandon. De estas, solo ganó MacLaine. Mientras tanto, los coprotagonistas masculinos han tenido nominaciones dobles 12 veces, la más reciente con “Amadeus” (1984), en la que Tom Hulce se enfrentó a su coprotagonista F. Murray Abraham. Eso terminó con una victoria para Abraham.
El debate sobre la manipulación de categorías no es exclusivo de Saldaña. Los votantes de la industria han compartido sentimientos similares con respecto a sus competidoras, como Ariana Grande en “Wicked” y Saoirse Ronan en “Blitz”. Ambas actrices pasan mucho tiempo en pantalla. En última instancia, lo que más importa es si los miembros de la rama actoral se lo creen o no.
Si la narrativa de Saldaña y su tiempo en pantalla resuenan entre los votantes, nada les impedirá desafiar la sugerencia de las diversas estrategias de campaña y nominarla como actriz principal. Alternativamente, pueden honrar el posicionamiento del estudio y recompensar a Saldaña con una nominación a mejor actriz de reparto y a Gascón con una nominación a mejor actriz principal.
Pregúntate: ¿Se llama “Emilia Pérez” o el abogado de Emilia Pérez? Solo los votantes deciden.
AM.MX/fm