jueves, diciembre 26, 2024

OTRAS INQUISICIONES: La película que no existe

Pablo Cabañas Díaz

¡Que viva México! es una película inexistente, que sólo quedó en la cabeza de Sergei M. Eisenstein (1898- 1948), cuya  filmografía es corta, pero muy polémica y muchas veces prohibida. Eisenstein realizó la película, de la que más se ha escrito, “El acorazado Potemkin” (1925). Hablaba de manera fluida alemán, francés e inglés por lo que la compañía productora y distribuidora estadounidense Paramount lo llevó a Hollywood; en 1930.  En Hollywood fue tratado como un genio y escribió varios guiones, pero nunca lo dejaron filmar nada, porque temían que sus ideas serían la semilla para poner en problemas a la naciente  industria del cine.

Eisenstein tenía un enorme interés en conocer y filmar a la sociedad mexicana . Pero a las autoridades mexicanas les preocupaba que  retrataran la pobreza y los problemas sociales del país. El 12 de diciembre de 1930, cuando llegó a la Ciudad de México, Eisenstein acompañado de sus auxiliares para la filmación: Grigori Aleksandrov y Grigori Aleksandrov.

Al bajar del tren  fueron detenidos un par de horas. Fueron puestos en libertad y les otorgaron el permiso para poder filmar bajo una condición, que fueran acompañados por el etnólogo Agustín Aragón Leiva y el artista Adolfo Best Maugard. Habiendo aceptado la condición de tener que seguir su viaje “acompañados” de  Aragón Leiva y Best Maugard, Eisenstein, se fue a la Basilica de Guadalupe. Horas después pasaron a saludarlo, en distintos momentos los tres grandes muralistas de México: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco.

La película comenzó a rodarse en el pueblo de Tacubaya, con un presupuesto de 25 mil dólares auspiciados por la “Mexican Film Trust”, conformada por el escritor estadounidense Upton Sinclair y su esposa Mary Craig Sinclair, para cubrir en tres o cuatro meses de rodaje, a cambio de esto, la película debería ser concluida y entregada al año siguiente para ser estrenada. Eisenstein aceptó el plan con un desinterés admirable, no fijándose en apariencia en las desfavorables ventajas económicas que vendría a recibir de lo que produjese la obra, apenas un  tres por ciento sería para él , mientras Sinclair y los suyos se llevarían el 97 por ciento. Eisenstein estuvo en  México entre diciembre de 1930 y febrero de 1932, tuvo como amigo a Jorge Palomino y Cañedo, con quien tuvo una intensa pero breve relación sentimental y sexual. Palomino y Cañedo, lo conoció a través del pintor Roberto Montenegro. Montenegro era un talentoso creador gay , aunque a diferencia de Eisenstein, incomprendido.

En la XII Muestra Internacional de Cine, llevada a cabo en el cine Internacional de la Ciudad de México, en 1979, se estrenó el montaje  de Grigori Aleksándrov, asistente de dirección de Eisenstein que según dijo, hizo su trabajo consultando las notas de éste; tras medio siglo de espera. Para Eisenstein su concepto de dirección consistió siempre en darle prominencia al montaje. Aleksándrov con su versión en 1979, recuperó el título original, ¡Que viva México! (Da zdrávstvuiet Méksika!), en este trabajo se narra lo que Aleksándrov recordaba de México, país al que nunca regresó.¿Cómo habría sido ese montaje que estaba sólo en la mente de Eisenstein?. Aleksándrov sostuvo en la Unión Soviética que sólo él, Tissé y Eisenstein recorrieron México. Se olvidó por convenirle  en su  historia que también estuvo  presente en la filmación el cineasta ruso exilado en México, Arcady Boytler quien falleció en 1965. Hay documentos que hacen constar que estuvo en el rodaje, sin duda no todo el tiempo, pero al menos el suficiente como para recomendar ciertos enfoques ya que él tenía tiempo avecindado en nuestro país y pronto daría a la luz su obra maestra:”La mujer del puerto “(1933). Quien sí siguió de cerca todo lo referente a este rodaje, ya que fue designado por el gobierno mexicano para que fungiera como censor, com  lo apuntó en su momento Diego Rivera fue Adolfo Best Maugard quien había fallecido en 1964. Eisenstein murió en 1948. Queda como recuerdo la  habilidad política de Eisenstein que convirtió en buenos ayudantes y agentes suyos a quienes en realidad eran policías del gobierno de México para “dirigir” la filmación , incluso logró hacer actuar para su película al arzobispo y al presidente de México, Pascual Ortiz Rubio.

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