Pablo Cabañas Díaz.
Leopoldo Sánchez Celis nació el 14 de febrero de 1916 en el municipio de Cosalá, Sinaloa, y murió asesinado en Cuernavaca, Morelos en 1989. Fue diputado local, diputado federal, senador de la República y gobernador. Sánchez Celis floreció como una de las grandes figuras del PRI de la década 1950-1960. Representó la imagen del político de puro, sombrero; atrabiliario y con pistola al cinturón, socarrón y dicharachero; sonriente y despiadado. Una vez que Sánchez Celis llegó a la gubernatura, en su equipo de trabajo, más que consejeros abundaban los pistoleros.
A los pocos meses de haber llegado a la gubernatura, Sánchez Celis ordenó la persecución en contra de uno de los hombres más respetados y queridos del estado, el fundador y director del Museo Regional y de la Biblioteca Pública de Sinaloa, Antonio Nakayama Arce, a quien poco después destituyó de sus cargos. En no pocas ocasiones, pública y severamente, Nakayama había criticado a la administración estatal. Cuando se le preguntó a Sánchez Celis los motivos de la persecución y el despido del erudito, sin rubor dijo:
–Mi gobierno es para los amigos, y Nakayama no es mi amigo.
En 1963, con la llegada de Sánchez Celis a la gubernatura, Nakayama sin trabajo. Sin embargo, su fama labrada le permite cotizarse en el extranjero: en Berkeley, California, organizó el archivo colonial de la Biblioteca Bancroft, y luego el Archivo Histórico de la Universidad de Arizona.
Cerradas para él las puertas de Sinaloa, se va a vivir a Sonora, donde continúa su recopilación histórica. Vuelve terminado el gobierno de Sánchez Celis, apurado por su salud y la de su esposa. Es nombrado por un periodo breve como cronista de Culiacán y vuelve a la dirección del Museo Regional. Sin embargo, le va fallando la visión, y va perdiendo la posibilidad de trabajar. Durante los siguientes nueve años vivió en Culiacán y fue hundiéndose en la miseria y en la oscuridad de la ceguera, hasta que falleció el 4 de abril de 1978, sus restos fueron trasladados en 1984 a la Rotonda de los hombres ilustres y su nombre fue escrito con letras de oro en los muros del Congreso del Estado de Sinaloa. Sánchez Celis y Nakayama dos figuras antagónicas del siglo XX.