Pablo Cabañas Díaz
El ex gobernador de Chiapas, Absalón Castellanos Domínguez (1923-2017), en el periodo 1982 a 1988, egresó del Heroico Colegio Militar en junio de 1942. Fue comandante del cuerpo de cadetes, del Primer Grupo Mixto de Armas de Apoyo del Cuerpo de Guardias Presidenciales cuando fue mayor y teniente coronel, y luego de la guarnición de Manzanillo, Colima. Fue director de la Escuela militar de Clases “Mariano Escobedo”, comandante de la 18a. Zona Militar, de la 2a. Zona de Infantería y del Campo Militar No. 1, director del Heroico Colegio Militar, inspector general del ejército y comandante de la 31a. y de la 13a. Zona Militar.
Durante el levantamiento zapatista fue secuestrado como prisionero por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), al ser tomada su finca “El Momón” en Las Margaritas por un grupo de zapatistas el 1 de enero de 1994. Calificado como prisionero de guerra por los rebeldes, fue liberado luego de un juicio denominado “popular” encabezado por un tribunal “militar” de los zapatistas, pero “condenado” a vivir “hasta el último de sus días con la pena y la vergüenza de haber recibido el perdón y la bondad de aquellos a quienes tanto tiempo humilló, secuestró, despojó, robó y asesinó”, según la resolución sumaria de los guerrilleros.
Durante 46 días permaneció en la selva de Lacandona. Los zapatistas le quitaron un reloj Cartier de especial valor sentimental para él, porque -sostuvo- le fue regalado por sus excolaboradores, además de tres pistolas.
En vida pidió al comandante Tacho que le devolviera un reloj Cartier que le fue arrebatado cuando era rehén y que, asegura, vio en la muñeca del guerrillero. Castellanos Domínguez calculó en 2001, el valor del reloj Cartier en tres mil dólares. El comandante Tacho —identificado como Humberto Trejo Jiménez Tacho iba a la cabeza del grupo la noche del miércoles 1 de enero de 2003 que simpatizantes del EZLN ocuparon el centro de San Cristóbal, en compañía de los comandantes Esther, David, Fidelia, Omar, Míster y Bruce Lee.
El comandante Tacho sigue sin decir nada del reloj. Tras su liberación, el general vivió 23 años en un rancho cerca de Tuxtla Gutiérrez, jamás aceptó hablar para dar su versión del juicio del EZLN solo habló para reclamar se reloj Cartier.