Adrián García Aguirre / Chichen Itzá, Yuc.
*Esta sobresalía en las alturas de Chichén Itzá.
*El hallazgo se produjo el 8 de julio de 1873.
*Nadie sabía que debajo escondía una joya pétrea.
*Se le considera una de las maravillas del mundo antiguo
Especialistas confundieron la cima de una colina semioculta y tupida de plantas, sin saber que se trataba de un monumento único en América Latina, cuyo hallazgo se produjo el 8 de julio de 1873 y dejó a la vista el mayor símbolo de la civilización maya, la más brillante y portentosa del pasado nacional.
Pensaron que era una pequeña construcción en la cima de una montaña y resultó ser un templo milenario”, explica Federica Sodi Miranda., ex directora del complejo al cuidado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)-
La investigadora refiere que fue Desiré Charnay, arqueólogo francés, uno de los primeros europeos en llegar a esa zona rica en vestigios prehispánicos, quien escribió que la llegada de estos a las costas de México fue un choque de culturas al descubrir diversas civilizaciones, entre templos sorprendentes, monumentos y necrópolis.
Sin embargo, la vasta extensión de la selva de Yucatán guardaba en su interior un templo que hasta 1873 no se halló tal como hoy se le conoce es nada menos que la pirámide de Chichén Itzá, confundida con una “casita de piedra”, a decir de Federica Sodi.
“Por estar bajo la maleza no se veía a cabalidad, pero en realidad ocultaba algo de mucho mayores tamaño s y dimensiones”, añade la antropóloga, luego de contar que la primera fotografía de la estructura fue lograda por Charnay antes de finalizar el siglo XIX, cuando México aún no contaba con instrumentos de exploración.
El monumento lo encontró en condiciones de total abandono. ¿Qué había sucedido siglos atrás? Federica Sodi asegura que los mayas existieron desde hacía 3000 años; pero su apogeo tuvo lugar entre el 200 d.C y el 900 d.C.
“Luego de ello sucedió un hecho todavía inexplicado científicamente que los obligó a dividirse en comunidades más pequeñas, más allá del avance español sobre su territorio, cuando el llamado Castillo, la pirámide de Chichén Itzá, estaba cubierta de maleza”.
Esta civilización fue de suma importancia y sus avances en astronomía, cultura, agricultura y tecnología de construcción la definió como la más importante del continente junto a los incas, olmecas y aztecas.
Este pueblo se extendió y habitó en las actuales Guatemala, Honduras, Belice y México, pero en el siglo XVI, tras la llegada de los españoles, se toparon con ciudades abandonadas, con escasa población y con todo convertido en vestigios silenciosos.
Una de ellas fue Chichén Itzá, que en el 900 d.C quedó totalmente sin habitantes y que hasta el 1200 d.C recibió grupos de poblaciones pequeños, que luego se retiraron de allí para convertirse en campesinos.
En tanto, en la estructura de la pirámide famosa, se puede ver cómo la hierba cubrió durante más de seis siglos casi todo su entorno y solo dejó expuesta la cima, y desde lejos, Charnay y sus acompañantes y otros investigadores pensaron que se trataba de una colina, pero al retirar las plantas, se toparon con enorme monumento.
“A la pirámide de Chichén Itzá también se le conoce como Templo de Kukulcán, y el autor de la foto fue Desiré Charnay, que encabezaba la expedición que tuvo lugar en 1873 y que luego, bajo la dirección de Augustus Plongeon tomó otra en 1892, con el retrato de su aspecto de entonces.
Federica Sodi resume así algo de la historia de Chichén Itzá: “Durante su existencia, la ciudad fue el centro político de Yucatán. Según explicamos en el sitio oficial de Historia Maya, Topilzin Quetzalcóatl llegó a estas tierras con la ideología de su dios Quetzalcóatl, -llamado Kukulcán en lengua maya”.
Prosigue: “Promovió el desarrollo y auge que engrandeció a la población. Su rostro más tarde se replicó en un sin fin de muestras artísticas que plasmaron el poder y la influencia que tuvo en la comunidad.
En el siglo XVI, cuando el español Francisco de Montejo desembarcó por primera vez en la península, se acercó hasta las inmediaciones de Chichén Itzá y propuso crear la capital de una provincia; pero esta idea se desmoronó inmediatamente y la zona quedó deshabitada por completo.
Algunas de las construcciones más importantes que acompañan a la gran pirámide son: el osario o la tumba del Gran Sacerdote, el templo del Venado, la plataforma del Caracol, la casa Roja y las plataformas anexas.
Para concluir, Federica Sodi dice que este centro de veneración es posible visitarlo durante todo el año, el cual se encuentra entre Mérida y Valladolid, al norte de la península de Yucatán, y por diversas excursiones hacia el interior de la selva, se pueden conocer las maravillas de la ciudad perdida.
“Hay que tratar de comprender el nivel y de las formas o modos en que se desarrolló la cultura maya, la más grandiosa del Nievo Mundo que encontraron los españoles”.