Pablo Cabañas Díaz
Francisco de la Maza y de la Cuadra (1913-1972), inició la carrera de derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, que abandonaría pronto, y simultáneamente la de historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma Universidad. Su interés por el arte, especialmente por el mexicano de la época novohispana, hizo que se relacionara con Justino Fernández – que sería su amigo de toda la vida, y con Manuel Toussaint, entonces profesor en la Facultad en la cátedra de arte colonial y de quien sería el discípulo más cercano.
De la Maza substituyó a Toussaint cuando éste se retiró, y sería titular de la cátedra hasta que la salud se lo impidió, en 1967, y en su lugar fue nombrado Jorge Alberto Manrique. Su tesis de maestría fue sobre San Miguel Allende, libro que prologaría el propio Toussaint .
De Toussaint heredaría De la Maza las tres líneas fundamentales de su labor: la del estudioso, la del maestro, y la del defensor del patrimonio artístico e histórico. En la cátedra y en la conferencia fue excelente: con una magnífica voz, una envidiable capacidad de exposición y un sentido teatral de la exposición, pero sobre todo con una capacidad de comunicar sentimentalmente su pensamiento, atraía a quienes asistían a su clase; fue así una especie de caja de resonancia para transmitir el interés por el arte mexicano y, más aún, formó a varias generaciones que lo admiraron y se entregaron a seguir su tarea.